“Oslo no es tan… quiero decir, ¿es siquiera una ciudad?”
Un habitante de la capital de Noruega habla con indiferencia, casi con desdén, de las características de la ciudad en la nueva campaña de Visit Oslo, el organismo turístico de Oslo. Ideado por el estudio creativo NewsLab, el anuncio se apoya en la ironía y en la psicología invertida para promocionar las ventajas de la ciudad frente a otras grandes urbes europeas y resaltar su atractivo.
A través de la poco entusiasta visión de Halfdan, un nativo de Oslo de 31 años, el spot realmente descubre las diferentes virtudes de Oslo, entre las que se encuentran la disponibilidad, el ambiente y la acogida de la gente, la oferta cultural -sin necesidad de esperar largas colas- o la facilidad para desplazarse por la ciudad.
“Todo está tan… disponible. No hay exclusividad”, comenta mientras pasea tranquilamente por las calles de Oslo. “Oslo parece un pueblo. Giras las esquina y ”oh, ahí está el Primer Ministro", señala la locución sobre imágenes de absoluta cotidianidad que alejan la campaña de las espectacularidad y trabajada producción que buscan algunas de sus homólogas para atraer turismo. No obstante, la campaña muestra algunos de los sitios emblemáticos de la capital noruega, entre ellos el Museo Nacional y la obra “El Grito” de Edward Munch
Pero lo hace con un enfoque discreto y una estética agradable que traslada el mensaje de que Oslo es una ciudad apacible e interesante y un lugar en el que abrazar placeres simples. Así, crea un contraste con los códigos visuales y narrativas instaurados en el sector turístico en los últimos años, que buscan más la grandiosidad publicable en Instagram que las experiencias auténticas.
Lo cierto es que la campaña recoge, en parte, la esencia de la creciente tendencia que se ha denominado “turismofobia” y que nace del impacto que el turismo excesivo está causando en las comunidades locales. Por ejemplo, en puntos de Islas Canarias o Islas Baleares se han puesto en marcha iniciativas vecinales que buscan desincentivar el turismo.
La campaña, que se ha difundido en redes sociales y plataformas digitales, incluye un espacio dedicado dentro del sitio web de Visit Oslo en el que destaca algunos de los sitios por los que el protagonista del spot no ha quedado impresionado. De esta forma, con ironía destaca algunos de los sitios de mayor interés de la ciudad.