No es la primera vez que la selección de contenidos juega una mala pasada a Mediaset. En noviembre de 2011 la cadena tuvo que hacer frente a una fuga masiva de sus anunciantes tras la emisión de una entrevista a Rosalía García, la madre de uno de los imputados en el caso Marta del Castillo en La Noria.
El caso, convertido entonces en foco de toda la atención mediática, sirvió como reclamo a Telecinco para ganar espectadores a través de este espacio. Tanto el pago de 10.000 euros a García como la emisión de la entrevista fueron duramente criticadas por la audiencia.
Pese a que el programa obtuvo una cuota de pantalla del 15,2%, los telespectadores interpretaron este movimiento como una falta de ética profesional y decidieron castigar la decisión de Telecinco.
Una medida de la que también se hicieron eco las grandes marcas. Así, anunciantes como Nestlé, Bayer, Puleva y President pusieron pies en polvorosa y decidieron retirar sus anuncios del programa.
En cuestión de días, el talk show perdió a todos sus anunciantes. Vitaldent, Wilkinson, Panrico, Donuts, El Corte Inglés, Pronto y WC Net, se desmarcaron de La Noria en señal de desacuerdo.
Otros como Campofrío fueron más lejos e hicieron público su alejamiento con una publicación en Facebook en la que aseguraban que “no sólo nos solidarizamos con su petición, sino que también pedimos disculpas (a pesar de que ignorábamos esos contenidos tan lamentables) y hemos dado orden URGENTE a nuestra agencia de medios de cancelar cualquier spot en La Noria de modo indefinido”.
Pese a que en un primer momento aseguraron que no iba a haber ningún movimiento en la parrilla, la realidad devolvió una estampa distinta. En abril de 2012, Telecinco comunicó la cancelación de este espacio tras cinco años en antena.
En su lugar, la cadena emitió El Gran Debate, un magacín en el que mantuvo a Jordi González y Sandra Barneda como presentadores, pero en el que se alejó de la polémica generada por su antecesor.