“Cuando se habla de drones la gente piensa inmediatamente en “peligroso”, pero realmente no es así. También pueden ser hermosos”, afirma Horst Hoertner, Director de Ars Electronica FutureLab.
Y es que la tecnología no es mala ni buena, es una herramienta que el ser humano utiliza para diferentes objetivos. Y si bien los drones pueden ser usados para entregar paquetes o incluso diseñados para fines atroces como quitar vidas, también pueden contribuir a crear belleza nunca vista.
E Intel lo sabe.
Por eso su CEO, Brian Krzanich, aprovechó el CES de Las Vegas para hablar de cómo los drones pueden sustituir a los fuegos artificiales en el futuro. “Veo un futuro donde los fuegos artificiales y todos sus riesgos de humo y suciedad son cosa del pasado, y son reemplazados por espectáculos de ilimitada creatividad y potencial, ejecutados por drones”, afirma Krzanich.
De hecho, Intel no habla sin fundamento: ya ha hecho la prueba.
Ideó un espectáculo cuyo único fin era sorprender al público y crear algo hermoso a partir de la tecnología. Creó un software para que 100 drones se elevaran, a diferentes alturas, y realizaran una performance con música en vivo.
¿Quiénes fueron los músicos que les acompañaron? Pues una orquesta sinfónica al completo que interpretó la Quinta Sinfonía de Beethoven.
Y el resultado fue todo lo bello que se esperaba. Además de valerle a la compañía tecnológica el récord Guiness del mayor número de drones volando simultáneamente.
¿Demuestra esto la posible coexistencia de arte y tecnología? ¿De razón y humanidad?