La tecnología wearable registra un crecimiento sostenido del 30%

Los artículos que llevan incorporados sensores para hacernos la vida más sencilla pertenecen ser un sector emergente. En crecimiento desde 2011, sus creadores piensan ahora en las posibles mejoras para aumentar su penetración.

Los sensores se incorporan cada vez más a los productos que usamos habitualmente. Desde televisiones y pulseras hasta aparatos para medir la tensión. Sin embargo, la penetración que tienen en la sociedad no está siendo como la que sus fabricantes desearían. 

 

El sector de la tecnología que se lleva (wearable en inglés) se enfrenta a varios obstáculos. El primero de ellos es el rechazo inicial de la gente a usar productos que puedan recabar información sobre ellos mismos y sus actividades. En la era tecnológica en la que vivimos la controversia sobre la privacidad está a la orden del día

 

Según los expertos que se pasean esta semana por la feria CES en Las Vegas, el segundo terreno que los sensores deben conquistar va en la línea de convertir los productos inteligentes en artículos esenciales en nuestras vidas. De nada vale innovar si no se trata de una innovación útil para la vida cotidiana de las personas, como es el caso del cable protector del cargador del MacBook.


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Dentro de este emergente sector, la producción de prendas inteligentes es considerada un nicho de mercado por los avanzados en la materia. La Consumer Electronics Association (CEA) ha previsto que este año las ventas de estos sistemas superarán por primera vez los 1.000 millones de dólares en EEUU.

 

Actualmente este mercado se encuentra en un crecimiento sostenido del 30%. No es una cifra negativa pero Kevin Tillman, analista de CEA, ha anunciado que “aún estamos en una primera fase”. Por tanto, podemos esperar que dentro de unos años estemos más acostumbrados a los productos inteligentes.

 

La mujer es el público objetivo de los fabricantes de prendas inteligentes. Por eso hay un gran debate en el sector sobre cuál debería ser la estética adecuada para alcanzar a este target. Están los que hablan de eliminar el sensor de la vista mientras que otros apuestan por convertir las prendas en moda más comercial, como el brazalete de Netatmo que ha diseñado Camille Toupet. Esta joya sirve para detectar la exposición solar diaria de su portadora.

 

La tecnología wearable registra un crecimiento sostenido del 30%-moda-inteligente

 

Si hay un ganador en este terreno, son los dispositivos que registran la actividad física. Según estudios de la CEA, el perfil que compra estos aparatos es hombre de entre 25 y 34 años y con alto poder adquisitivo. 

 

A los que están detrás de estas innovaciones les ha llegado la hora de pensar un poco más en el aspecto comercial para conquistar a un público que todavía se muestra reacio a ellas: las mujeres.


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