Hace unos días Ikea se contagió de la fiebre de los emojis que desde hace unos meses viven las grandes marcas y decidió lanzar su propia colección de emoticonos.
La multinacional sueca recreó a través de estos iconos los productos más emblemáticos de sus tiendas en un intento por reforzar su Branding y dar un impulso a su comunidad. Pero la jugada ha resultado no ser maestra.
Apenas dos semanas después del lanzamiento, la aplicación no ha dado la talla. IKEA Emoticons ha registrado fallos en el envío y, en lugar de emoticonos, la app sólo añade imágenes reales de sus productos sobre un fondo blanco.
Así lo atestiguan las opiniones de los usuarios, que aseguran que estos iconos convierten sus mensajes instantáneos en MMS (con el coste extra que esto conlleva en el envío):
En este sentido, la tecnología le ha dado la espalda a la compañía nórdica que ha visto frustrado su intento de hacer campaña a través de estos gráficos. Una iniciativa que se ha encontrado además con la resistencia del público, saturado ante el uso creciente de estos smileys por parte de los anunciantes.
Así, lo que en un principio surgió como una novedosa forma de comunicación entre las marcas y su público ha resultado ser una estrategia tan manida que ha perdido su impacto.
Y es que de la innovación a la saturación sólo hay un paso, e Ikea parece que ya lo ha dado con el lanzamiento de una app que, además de repetitiva, no funciona correctamente...