Las gafas de realidad mixta Vision Pro, presentadas en la conferencia de desarrolladores del pasado mes de junio, han constituido la gran novedad de Apple en el presente año. La compañía espera que su comercialización se inicie a principios de 2024 y se habla de su lanzamiento como el más importante de la historia de la empresa de Cupertino desde la llegada del iPhone.

Los pasos hacia ese próximo lanzamiento podrían estar incluyendo dos notables cambios en el diseño del dispositivo, de acuerdo con una información recientemente publicada por Bloomberg. Uno afecta a su peso y el otro, a su uso por parte de personas que llevan gafas graduadas

Apple no ha informado acerca del peso específico de las Vision Pro, pero diversas fuentes ha apuntado a que ronda los 454 gramos. Parece que, en los test a los que está siendo sometido, el dispositivo causa molestias en el cuello por su tamaño y los ingenieros están trabajando para hacerlo más pequeño y ligero. 
En la información de Bloomberg se apunta a que incluso podría añadirse una cinta adicional que las sujetara a la cabeza para que llevarlas cause menores molestias.

Las gafas graduadas y Tim Cook

El otro cambio consiste en hacer las Vision Pro más fáciles de usar para las personas que llevan gafas graduadas. En este sentido, la figura de Tim Cook, CEO de la compañía, puede haber tenido una influencia muy directa. Aunque no se han visto imágenes suyas -ni de ningún otro directivo de Apple- llevando puestas las Vision Pro, se ha comentado que Cook las usa a diario y que él mismo, como usuario de gafas graduadas, podría haber solicitado los cambios en el diseño.

La cuestión es que las Vision Pro no tienen espacio para las gafas y, siempre según la información de Bloomberg, Apple estará estaría trabajando con la empresa óptica Zeiss en el desarrollo de unas lentes que se adhieran magnéticamente al dispositivo.

El problema es que resulta complejo desarrollar todos los tipos de lentes graduadas que se precisan para atender las diferentes necesidades individuales de los usuarios, así que una posibilidad en estudio es la de fabricar unidades de Vision Pro con las lentes graduadas ya preinstaladas en el dispositivo. La solución, sin embargo, tampoco es perfecta, puesto que dificultaría la eventual reventa de las gafas y no tiene en cuenta, además, que los defectos visuales de las personas evolucionan con el tiempo. 

Una opción para solventar estos inconvenientes sería crear unas gafas de realidad aumentada que incorporaran la información precisa para adaptar las lentes a las necesidades del usuario. De acuerdo con la web Digital Trends, estos dispositivos no darían acceso a la realidad virtual, pero proporcionarían una experiencia más confortable y con muchas características atractivas.

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Los ajustes en las Vision Pro -a las que Apple no califica de gafas, sino de “ordenador espacial”- antes de su comercialización son los últimos pasos en un proceso de desarrollo de producto que se ha prolongado durante siete años. 

El lanzamiento supondrá un gran reto para Apple por varios motivos: los 3.500 dólares que, según se ha anunciado, costarán las gafas son un precio muy elevado; hay dudas sobre el desarrollo de las realidades aumentada y virtual y su eventual interés para el público general; y además está la cuestión de si Apple conseguirá que las Vision Pro no sean consideradas un producto para frikis que haga que la gente tenga un aspecto no muy atractivo cuando las lleve puestas.