Las capacidades de ChatGPT, el chatbot de lenguaje natural de OpenAI, para elaboración de textos con notables niveles de redacción e información, tiene muchas implicaciones potenciales y entre las más evidentes están las que se producen en el ámbito de la enseñanza. 
Es muy fácil pedirle a ChatGPT un trabajo o redacción sobre cualquier asunto y puede ser difícil para el profesor que tiene que evaluarlo discernir si el texto lo ha escrito el alumno o la inteligencia artificial, a pesar de que ya existen algunas herramientas capaces de desvelarlo. 

Una de las soluciones al problema es exigir que los trabajos se presenten escritos a mano y, si esa costumbre se extiende, habrá más consumo de artículos de escritura manual, como los bolígrafos. De forma que, si ese consumo aumenta, una compañía como Bic podría salir beneficiada.
Así lo ha manifestado el Director Financiero de la compañía, Chad Spooner, en la presentación de los resultados del año 2022, según se recoge en una información de la página web Gizmodo. 
“Aunque el mundo se esté volviendo digital”, comentó Spooner, “algunos profesores podrían decirles a sus alumnos que ya no quieren trabajos escritos con ordenador”. El directivo señaló asimismo que Bic “tiene que abrazar la tecnología, pero quien sabe a dónde puede llevar esto”.

La capacidad de ChatGPT para hacer un buen trabajo académico, incluso a nivel colegial, es dudosa. Recientemente, el diario El País publicaba los resultados de una prueba por la que había sometido al chat de OpenAI al examen de Historia de España que hicieron los alumnos de Aragón en la última Selectividad o Evaluación de Acceso a la Universidad. ChatGPT sacó solo un 5,3 y necesitó una tercera corrección para conseguir el aprobado.

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Las precauciones que, para evitar el uso indebido de herramientas en el ámbito de enseñanza, no impedirán seguramente su desarrollo y se encontrarán fórmulas para integrarlas de modo provechoso, pero mientras, cómo dice Spooner, quizá las ventas de bolígrafos y otros instrumentos de escritura manual aumenten en un periodo de tiempo más reactivo. 

El grupo Bic, que comercializa bolígrafos y otros objetos de escritura, encendedores y maquinillas de afeitar, registró en 2022 unas ventas netas de 2.233 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 13,8%. Las ventas de la división denominada Human Expression, en la que se incluyen los bolígrafos y rotuladores, crecieron un 16,9%.