Conversación con los clientes, paso 1: el marketing de contenidos

Para romper el silencio de una marca hay que hacer marketing de contenidos, y hacerlo bien. Ni autopromoción, ni engañar a los lectores, ni basura con forma de palabras. Tiene que ser un gran contenido.

Cuando hacemos marketing de contenidos, una de las funciones que realizamos es la de desenterrar a la masa de empleados de su rutina para contarles una pequeña historia que les insufle algo de aire. Algo que esa persona quiera mandarle a algún amigo porque le mola. 

 

El generador de contenidos de una empresa tiene que tener una visión global y una estrategia definida sobre la que se tiene que guiar todo lo que escriba, para conseguir los objetivos finales de la compañía. Lo mejor suele ser una mezcla entre información muy concisa, que no haga perder el tiempo a la gente a la que llega, y algo de paja para que el mensaje no sea demasiado tostón. Todo ello aderezado con un toque emocional, que llegue a su público.

 

Por ejemplo, la marca de coches Lincoln, tipiquísima de señores mayores, respetables y serios, ha querido enfocar su estilo de manera distinta, para empezar a atraer a un público algo más joven. Para ello, no se ha limitado a cambiar su marca propiamente, sino que ha buscado otros medios, mucho más atractivos y visuales, como antes comentábamos. 

 

 

Lincoln

 

 

En su página web podemos encontrar casos muy curiosos, como el de un fotógrafo de Nueva York, que hace capturas de las calles desde el punto de vista de las ruedas de las bicis. Y eso es solo uno de los apartados.También hay un artesano que restaura instrumentos de cuerda e las innovaciones en los e-books. En resumen, contenido mucho más fresco y dinámico.

 

 

Ejmplo Lincoln

 

 

Aunque hay profesionales del sector que consideran que el marketing de contenidos está muerto, está más que demostrado que las marcas tienen que pasar de intentar impresionar a su audiencia a prestarles un poquito de atención. De esta manera es como se consigue saber qué quieren en realidad. Y el marketing de contenidos es un buen primer paso para comenzar con esa conversación que muchas marcas aún no han empezado a mantener con los clientes. 

 

Un mensaje impersonal, lo único que le está diciendo al receptor es que la marca pasa de dedicarle el tiempo necesario para hacer que esa información vaya dirigida específicamente a él. Y en publicidad pasa lo mismo, ¿cuántos usuarios realmente prestan atención a los ads de Facebook? ¡Algunos parece que los han hecho a carrerilla! 

 

El problema es que hacer marketing de contenidos es caro y requiere mucho más tiempo que escribir cualquier cosa y mandarla a discreción. Pocos piensan en el apoyo presupuestario que conseguirían a cambio. 

 

Como dijo Michael Brenner, profesor de la universidad de Harvard, hace unos días en una sesión de Google Air sobre el tema: No hay que intentar conseguir presupuesto para hacer lo que funciona, sino “intentar que la gente deje de hacer lo que no funcione”.