Cada vez es más habitual encontrarse una bolsa, una botella o cualquier tipo de plástico en la playa. Y es que, según los cálculos de Naciones Unidas, cerca de 8 millones de toneladas de este material se vierten cada año en mares y océanos; pero lo peor es que se espera que esta cifra aumente hasta los 10 millones en los próximos años.

Por eso, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha lanzado la campaña “Life Below Water” (La vida bajo el agua), con la que pretende concienciar del daño que produce el plástico al ecosistema marino. Un objetivo que se engloba dentro de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se ha marcado la organización supranacional para el futuro más próximo posible.

La agencia Goodby Silverstein&Partners ha sido la encargada de crear este mensaje, que imita un documental marino y que cuenta con la voz de Morgan Freeman para narrar y contextualizar el problema.

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“Estas criaturas no tienen cerebro, dientes, ni sistema nervioso. Pero, milagrosamente, consiguen viajar cientos de kilómetros y sobrevivir mil años”, denuncia la pieza audiovisual mientras muestra escenas de cómo el plástico está conquistando el océano y modificando la vida de los seres que lo habitan.

Más allá de los grandes residuos que se aprecian a simple vista, la campaña también pone la atención sobre los microplásticos, que acaban con la vida de un millón de peces al año. De hecho, se calcula que en 2050 haya más plásticos que peces en el mar. Cambiar esta estimación depende del esfuerzo de todos.