Jenaro Gajardo Vega fue dueño de la luna entre 1954 y 1998. Ahora protagoniza la nueva campaña Imagina Chile, del gobierno chileno, para promocionar el año de la innovación.
¿La luna puede pertenecer a alguien?
Cuando Jenaro Gajardo inscribió la luna a su nombre, las leyes de Chile establecían que cualquier territorio que no fuese propiedad de nadie se podía inscribir como propio. Gajardo hizo exactamente eso con la luna, que no pertenecía a nadie. Lo hizo para poder entrar en un club social que exigía a sus miembros ser dueños de alguna propiedad.
Estados Unidos reconoció de forma implícita la propiedad de Gajardo. Cuando Neil Armstrong, Michael Collins y Buzz Aldrin viajaron a la luna, en 1969, el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, escribió una carta a Gajardo solicitando el alunizaje. Gajardo le respondió:
“En nombre de Jefferson, de Washington y del gran poeta Walt Whitman, autorizo el descenso de Aldrin, Collins y Armstrong en el satélite lunar que me pertenece, y lo que más me interesa no es sólo un feliz descenso de los astronautas, de esos valientes, sino también un feliz regreso a su patria. Gracias, señor Presidente.”
Prolam Y&R Chile ha creado esta campaña para el gobierno de Chile. Su objetivo, ser una fuente de insipiración para los jóvenes chilenos, con una historia que demuestra que el ingenio no tiene límites.
Imagina Chile ha nacido para motivar al público a utilizar el ingenio y pensar ideas para mejorar el país, que luego pueden subirse a la web de la campaña.
¿De quién es la luna ahora?
Cuando Jenaro Gajardo murió, en 1998, dejó establecido en su testamento que dejaba la luna al pueblo chileno. Sin embargo, la ONU inscribió la luna en el tratado del espacio exterior, que establece que los objetos celestes no se pueden poseer, comprar, vender, ni usarse con fines bélicos. Chile ha firmado y ratificado este tratado.