Nunca antes un anuncio de Tampax había sido tan... incómodo. Tampax acaba de sacar a la luz toda una joya de la publicidad polémica, a medio camino entre un guión de una peli porno y una clase de educación sexual de primero de la ESO.
Después de tantos spots con eufemismos, con chicas bailando con falditas blancas, preguntándose a qué huelen las nubes y maravillándose de lo bonito que es ser mujer, este spot es, como mínimo... chocante.
Para bien o para mal, Tampax Pearl ha roto con dos enormes tabúes de la publicidad de tampones y compresas.
1. El sexo
Todo el spot en su conjunto parece intentar imitar una película porno de los años ochenta. Ya sólo la vestimenta de los actores recuerda a ello, y qué decir de las miradas seductoras, la música de fondo, el chupetear una hoja de menta o la pajita del cóctel...
Amaia Salamanca llega a la piscina corriendo, y todos se quedan mirándola, fascinados. Aunque los hombres tienen un ramalazo homosexual bastante evidente, quedan todos cautivados por Amaia.
¿Son gays que de repente se tienen que cuestionar su sexualidad al ver a Amaia Salamanca? ¿Son heteros muy, pero que muy metrosexuales? ¿Se sienten sólo atraídos sexualmente por el Tampax? Pues puede ser...
La mirada pervertida del actor que roba el tampón del bolso de Amaia no tiene pérdida. Por favor, un Oscar ya para este señor. Aunque el que espía disimuladamente detrás del periódico se merece también ser nominado.
Claro, en cuanto Amaia ve que un hombre le está robando un Tampax de su bolso, se lo quita inmediatamente de las manos. Muy natural.
Pero, cuando ya esperábamos oír el grito de “¡Pero qué haces tío!”, Amaia procede a darle una explicación de cómo se coloca un Tampax. Por cierto, usando con mucha delicadeza y sexualidad la mano del ladrón del Tampax como si fuera una vagina ficticia.
Lo mejor de todo es que a los tres hombres que están en la piscina les interesa muchísimo saber cómo colocarse el Tampax. Y quedan encantados con la explicación. Acaban persiguiéndola mientras ella se tira a la piscina (uno de ellos mordiendo seductoramente una ramita de menta). Parece que fueran a decirle “Amaia, vuelve a enseñárnoslo, pero esta vez de verdad”.
Para poner la guinda al pastel, el anuncio acaba con Amaia saliendo de la piscina justo hasta la altura del pecho y diciendo “Este verano, mójate”.
2. La explicación
El acierto del spot está en la explicación que da sobre cómo colocar el tampón. El producto tiene la ventaja de que se coloca más fácilmente. Pues vamos a explicar exactamente cómo se hace.
Usando la mano del ladrón de tampones, Amaia explica de forma muy convincente cómo se pone y lo cómodo que es Tampax Pearl. Por fin la marca ha entendido que las indirectas y los eufemismos no sirven. Las chicas que empiezan a usar tampones no saben cómo ponérselos y un anuncio así puede echarles una mano.
La diferencia con el anterior spot es radical.
El problema del anuncio es que ha intentado llegar al mismo tiempo a las chicas jóvenes que no saben usar tampones y a las mujeres más expertas, a quienes pueden interesar las indirectas sexuales del spot. La mezcla acaba siendo una pieza publicitaria rara, muy absurda y bastante incómoda.