Coca-Cola ha llevado a cabo distintas iniciativas encaminadas a reducir su impacto medioambiental en los últimos meses. La que acaban de presentar consiste en un experimento para fabricar botellas con el plástico que termina convertido en basura en el mar.
Una botella de plástico marino
Han producido en torno a 300 botellas de muestra utilizando un 25% de plástico marino reciclado y recuperado del mar Mediterráneo y las playas. Desde la compañía aseguran que se trata de la primera iniciativa de este tipo en su sector y una pequeña muestra de lo que se podrá hacer en el futuro por el medio ambiente gracias a la tecnología.
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En concreto, la tecnología que han usado en este proceso descompone los componentes plásticos y elimina las impurezas para que puedan reconstruirse de nuevo. Esto implica que los plásticos de menor calidad, que por norma general estarían destinados a la incineración o al relleno sanitario, ahora pueden recibir una segunda vida. Al mismo tiempo, esto permite que haya más materiales disponibles para hacer contenido reciclado, lo que reduce la cantidad de PET virgen que se necesita de los combustibles fósiles y da como resultado una menor huella de carbono.
Para este experimento, la multinacional se ha asociado con Ioniqa Technologies, Indorama Ventures y Circular Seas. De momento se trata de una prueba para mostrar su potencial, aunque, a partir de 2020, Coca-Cola planea usar este material reciclado mejorado en algunas de sus botellas.
Bruno van Gompel, Director Técnico y de la Cadena de Suministro de Coca-Cola en Europa Occidental, ha asegurado que el potencial de la tecnología para el reciclaje de este tipo es enorme: “Acelera la perspectiva de una economía de ciclo cerrado para el plástico, por eso estamos invirtiendo en ello. A medida que se comience a escalar, veremos todo tipo de plásticos usados transformados en nuevos no solo una vez, sino una y otra vez, desviando las corrientes de desechos de la incineración y los vertederos”.
