Espiar el WhatsApp de otro puede llevarte a la cárcel

La gran mayoría de aplicaciones que contienen una gran cantidad de datos personales posee un problema común: la privacidad. Y todo lo que se deriva de ella, como pueden ser los problemas de espionaje.

Precisamente para solucionar estos problemas se ha establecido que el acceso a las conversaciones privadas de WhatsApp sin el consentimiento de la persona se constituya como un delito de descubrimiento y revelación de secretos a través del artículo 197 del Código Penal, provocando incluso penas de prisión.

Y es que hay distintas formas de espionaje en el entorno mobile. Desde observar la contraseña de esa persona e intentar acceder a su contenido cuando no esté presente, hasta el uso de aplicaciones de acceso remoto que permiten ver el contenido de los mensajes, los contactos o incluso cambiar las cuentas de correo o acceder a la copia de seguridad del dispositivo seleccionado.

Sin embargo, parece que la manera más “práctica” de espionaje es la de coger el terminal de la otra persona cuando no esté. Eso sí, interceptar mensajes para descubrir la intimidad de la víctima sin su consentimiento puede conllevar penas de prisión.