Se acerca el buen tiempo, el momento ideal para tomar un cremoso y refrescante helado. A muchos puede hacérseles la boca agua con sólo pensarlo, pero para Michael Massaia estos refrigerios cobran un sentido diferente.
Para este fotógrafo de Nueva Jersey los helados también tienen su connotación artística. Así ha querido captarlo en este proyecto en el que ha plasmado su creatividad a través de helados que se derriten.
Como a lo largo de toda la obra de Massaia, el foco se centra en el aislamiento del producto. Unos artículos comunes que, sobre el fondo negro, quedan desconectados de todo lo demás.
Aunque el portfolio de este artista se centra en las capturas en formato blanco y negro de película, en esta ocasión el color ha cobrado protagonismo para irse diluyendo, mediante sugerentes formas, en el oscuro fondo.