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La startup española se ha dado cuenta de que su media naranja es la corporación. Un 80% de los emprendedores tiene entre sus objetivos prioritarios cerrar acuerdos de negocio con una corporación, el mismo porcentaje que persigue generar visibilidad para su startup, mientras que un 72% busca lograr inversión para el proyecto.
Para María Benjumea, fundadora de Spain Startup-South Summit, “esta tendencia demuestra que el modelo de innovación abierta se va asentando en el ecosistema español. Sobre todo debido a un aumento de la demanda de innovación rápida en las corporaciones”.
Esta es una de las principales conclusiones del Mapa del Emprendimiento 2018, elaborado por quinto año consecutivo a partir de una muestra de 1.252 startups del total de 3.200 proyectos presentados a la Startup Competitionde South Summit, con un 52% de iniciativas internacionales y un 48% de proyectos nacionales inscritos.
Además, del estudio se desprende que las startups españolas se han hecho mayores: un 66% sobrevive al primer año y, de media, los emprendedores ya han soplado las velas de los 2,3 años de edad de sus proyectos, superando la cifra de 2017, que se situaba en 1,87.
También se ha consolidado la startup en temas de negocio, un 17% cuenta con un EBITDA positivo, frente al 14% que lo registraban en 2017. Y, por otro lado, las startups también han aumentado el número de contrataciones y han creado equipos más sólidos, con una media de siete profesionales en su plantilla, frente a los seis integrantes observados en el informe del año pasado. Asimismo, a corto plazo, un 83% de proyectos está buscando nuevos miembros.
El nivel de desarrollo de los proyectos españoles va creciendo paulatinamente, según este informe. Y, aunque la mayoría se encuentra en fase seed (33%) y early (39%), un 20% de startups españolas ya han alcanzado la fase de desarrollo growth, con niveles similares al ecosistema europeo y latinoamericano.
El papel de la mujer en las startups españolas
Por primera vez, crece el porcentaje de mujeres fundadoras de startups en España, que se sitúa en un 22% frente al 18% de 2017. Además, las startups lideradas por mujeres tienen menor índice de fracaso (22% frente al 51% de proyectos que tienen a hombres al frente) y sobre todo están enfocadas a emprender en el sector de la educación.
Pese a ese avance de la mujer, el retrato robot del emprendedor español responde mayoritariamente a un hombre de 35 años de media con estudios universitarios (93%) y una sólida trayectoria profesional, que es emprendedor recurrente, en concreto, un 46% ha creado ya más de una startup.
Sólo uno de cada diez emprendedores estaba antes en situación de desempleo, lo que demuestra la constante de los últimos años de emprender por oportunidad y no como necesidad para obtener un trabajo. De hecho, entre los motivos que apuntan los emprendedores para la creación de una startup, 6 de cada 10 reconocen que siempre quisieron emprender y un 23% se unió a un proyecto en el que creía.
A la hora de poner en marcha su proyecto, los emprendedores en serie lo tienen claro: mejor acompañados. Sólo un 18% de startups tiene detrás a un único fundador. Un 35% cuenta con dos fundadores y un 29% ha sido creado por tres emprendedores.