La movilidad eléctrica es el futuro de la conducción en nuestro país. Cada vez son más las compañías automovilísticas que lanzan al mercado alternativas sostenibles -híbridos o eléctricos- a sus automóviles convencionales como un paso al frente en su apuesta por una energía limpia y no contaminante.
Hace apenas unos días, el ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Seat, Volkswagen e Iberdrola anunciaban la creación de un consorcio público-privado para montar la primera fábrica de baterías en España, con el objetivo de seguir con la transición hacia el vehículo eléctrico y conectado. Una noticia que llegaba también tras el anuncio de Ford Europa de invertir 1.000 millones de dólares para transformar su planta de montaje más grande de Europa en un centro de e-movilidad.
Iberdrola suministrará energía renovable en la cadena de valor del vehículo eléctrico
Estos son algunos de los pasos que han precedido a lo anunciado hoy por Seat, Grupo Volkswagen e Iberdrola. Las tres compañías han llegado a una alianza estratégica para dar un nuevo impulso a la electrificación en España. El acuerdo convierte a Iberdrola en el mayor proveedor de energía para Seat y Volkswagen en nuestro país. Esto quiere decir que suministrarán energía renovable en la cadena de valor del vehículo eléctrico, además de desarrollar y crear una red de infraestructura de recarga pública.
El proyecto ha sido presentado en el marco del “Power Day”, organizado por Volkswagen, y contempla el suministro de energía renovable a las instalaciones del grupo en la Península Ibérica. Así, el fabricante alemán sigue dando pasos hacia su objetivo que es, en sus propias palabras, convertirse en una compañía neutral para el medio ambiente en 2050.
Todo ello en línea con lo que marcan los Acuerdos de París. Para el CEO del Grupo Volkswagen y presidente del Consejo de Administración de Seat, Dr. Herbert Diess, España tiene “tiene un gran potencial para convertirse en un hub de movilidad eléctrica en Europa”. Y, para ello, “hay que transformar la segunda mayor industria europea del automóvil”, ha señalado.
Otro de los ámbitos clave de actuación del acuerdo para impulsar la electromovilidad será la contribución al desarrollo de la infraestructura de recarga en el país. Los tres socios estiman que, teniendo en cuenta la evolución prevista del parque de vehículos eléctricos en España, se necesitaría el despliegue de una red de alrededor de 350.000 puntos de recarga pública urbana e interurbana en 2030.
Iberdrola desplegará un plan de infraestructura de recarga pública que asegurará una capilaridad suficiente de puntos de recarga, incluyendo carga rápida y ultrarrápida (HPC), para dar servicio a los principales corredores y ciudades del país. Para Ignacio Galán, Presidente de Iberdrola, el acuerdo tendrá un “enorme impacto positivo” en el entorno y la biodiversidad, así como en la recuperación económica, fortaleciendo la cadena de valor y creando “millones de puestos de trabajo sostenibles” en toda Europa.
El acuerdo muestra la unión de líderes de la industria para acelerar la descarbonización de la economía.
Ignacio Galán, Presidente de Iberdrola
Por su parte, Wayne Griffiths, presidente de Seat, ha afirmado que se encuentran en un “momento histórico” en el que tienen la oportunidad de sentar las bases para el futuro industrial y sostenible en España. Para ello, el primer paso es crear un ecosistema para el vehículo eléctrico y la infraestructura de recarga pública es “indispensable”.
La idea es que esta alianza se haga extensible a otros países
Se espera que esta alianza se haga extensible a otros países. La idea es acelerar el desarrollo de un ecosistema de movilidad eléctrica y, para ello, los fabricantes de automóviles quieren liderar este proyecto con la idea de que se convierta en tractor de grandes y medianas empresas, con la colaboración de organizaciones clave de diferentes sectores.
En el caso de España, la segunda mayor industria de producción de automóviles de Europa, tiene la responsabilidad de alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo en 2030. Para ello, será necesario que acelere la creación del ecosistema del vehículo eléctrico, estimule la demanda y desarrolle la infraestructura pública de recarga. Y este parece ser un paso más en el camino para conseguirlo.