Siete de las economías más destacadas el mundo, agrupadas en el G7, llegaban a un acuerdo histórico el pasado mes de junio para establecer un impuesto mínimo global del 15% a las grandes corporaciones tecnológicas en aquellos países en los que operan. De esta forma, los ministros de finanzas de Canadá, Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido fijaban las bases para una fiscalidad internacional que busca generar un campo de juego más equilibrado.
Ahora, la OCDE ha anunciado "un acuerdo fiscal innovador para la era digital" por el que finalmente 136 países -que representan más del 90% del PIB mundial- establecerán ese impuesto mínimo del 15% en Sociedades desde 2023 y para reasignar entre los países más de 125.000 millones de dólares al año.
El debate sobre un gravamen global llevaba varios años sobre la mesa económica, pero la conversación se aceleró a raíz de la pandemia. Con Estonia, Hungría e Irlanda adheridos al acuerdo, ahora cuenta con el apoyo de todos los países de la OCDE y del G20. Cuatro países -Kenia, Nigeria, Pakistán y Sri Lanka- aún no se han adherido al acuerdo.
Los dos pilares del acuerdo
Por un lado, este acuerdo garantizará "una distribución más justa de los beneficios y los derechos fiscales entre los países con respecto a las empresas multinacionales más grandes y rentables". Para ello, reasignará algunos derechos impositivos sobre las empresas multinacionales de sus países de origen a los mercados donde realizan actividades comerciales y obtienen beneficios, independientemente de si tienen presencia física allí o no.
Así, las multinacionales con ventas globales superiores a 20.000 millones de euros y una rentabilidad superior al 10%, a las que la OCDE considera "ganadoras de la globalización", estarán afectadas por las nuevas reglas, con un 25% de los beneficios por encima del umbral del 10% que se reasignará al mercado.
Por otro lado, se introduce una tasa impositiva corporativa mínima global del 15% que se aplicará a las empresas con ingresos superiores a 750 millones de euros. La OCDE estima que generará alrededor de 150.000 millones de dólares en ingresos fiscales globales adicionales anualmente.
Mathias Cormann, Secretario General de la OCDE, destaca que "esto hará que nuestros acuerdos fiscales internacionales sean más justos y funcionen mejor. Es una gran victoria para un multilateralismo eficaz y equilibrado", y añade que "se trata de un acuerdo de gran alcance que garantiza que nuestro sistema fiscal internacional sea adecuado para su propósito en una economía mundial digitalizada y globalizada".
El acuerdo se llevará a la reunión de ministros de Finanzas del G20 en Washington el 13 de octubre y luego al G20 en Roma a finales de este mismo mes. Y es que los países tienen como objetivo firmar una convención multilateral durante 2022, con una implementación efectiva de las medidas en 2023.