Cómo conseguir un feedback positivo entre cliente y diseñador

Nikki Clark, Director Creativo de Moonke-Boy, ha establecido 7 principios básicos que todo cliente debería aplicar en su relación con un diseñador para conseguir un feedback positivo y constructivo. De esta manera el resultado final será mucho más efectivo.

El feedback en diseño web es indispensable para el éxito de un proyecto.

Conocer la opinión y la valoración del cliente en todo momento es fundamental para que el trabajo del diseñador resulte más efectivo y eficiente.

 

Nikki Clark, Director Creativo de Moonkee-Boy ha establecido 7 principios básicos que todo cliente debería aplicar en su relación con el diseñador para conseguir un feedback constructivo y positivo. Una comunicación constante que consiga hacer partícipe del trabajo a todo el mundo y que implique y saque lo mejor de cada uno de los miembros que lo realizan.

 

1. Evaluar los problemas, no las soluciones

A veces evaluar los problemas es más difícil de lo que parece. Puede resultar complicado explicar por qué no gusta algo o por qué no encaja con la idea que se tiene concebida. Es mucho más fácil decir “esto no me gusta” o “quita eso de ahí” en lugar de aportar argumentos y justificaciones.

 

El diseñador va a construir una herramienta con la que el cliente tendrá que trabajar y convivir cada día. Por eso es tan importante que le comunique todo lo que piensa y cómo lo piensa al diseñador. 

El feedback constructivo es el que realmente cuenta.

 

 

2. Ser específico

La jerga popular o las expresiones inventadas que sólo el cliente entiende entrarían en este punto. Esas del tipo “Le falta Rock and Roll”. La vaguedad no está permitida en el trabajo del diseñador porque puede dar lugar a muchos resultados diferentes

 

No merece la pena tirar el dinero retrasando la salida final del proyecto por una falta de comunicación tan simple y trivial como esta. 

Cuanto más especifico y concreto sea el cliente con el diseñador, más probabilidad habrá de que el trabajo resulte plenamente satisfactorio para ambas partes. 


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3. Centrarse en el porqué

El cliente tiene que preguntarse por la razón de las cosas. ¿Por qué no me gusta este azul? ¿Por qué este formato es el más indicado?

Esto que parece una obviedad no siempre se cumple en la relación entre cliente y diseñador. 

Por ejemplo, si el cliente sólo indica que las letras del logotipo son grandes, pero no explica que su idea es que las letras y la imagen formen un conjunto afín y compacto, el diseñador sólo se limitará a hacer más pequeñas las letras pero no prestará atención al grupo ni lo tendrá en cuenta en sus futuras modificaciones. 

 

El trabajo del diseñador también consiste en buscar alternativas y encontrar nuevas ideas a elementos que no funcionan

En palabras de Nikki Clark:Dar un porqué para que el diseñador pueda resolverlo con un cómo”. 



4. Preguntar al diseñador

Aunque el diseñador siempre expone su proyecto con explicaciones y argumentos es importante que el cliente pregunte acerca de todo aquello que no entienda. Hasta los más mínimos detalles. 

El motivo principal de hacer esto es resolver pequeños malentendidos que han podido quedar pendientes durante todo el proceso creativo y que han derivado en un resultado inesperado.

 

Según Nikki Clark estas son algunas buenas preguntas: “¿Cómo representa esta fuente nuestra marca?”, “¿Cómo puede relacionarnos esta paleta de colores con nuestro público?”, “¿Qué pasa si hago clic aquí?” y “¿Qué pasaría si no lo tenemos listo para su lanzamiento?”.

 


5. Filtrar las opiniones

La presión por tratar de complacer a todo el mundo siempre ha sido un obstáculo. 

Cuando el diseñador presenta su trabajo todo el mundo comienza opinar y a hacer sus propias aportaciones. Aunque no hayan estado presentes en el proceso creativo. Por esa razón es fundamental que el cliente sepa filtrar las opiniones y otorgar diferentes rangos de importancia a los comentarios de sus compañeros.

 

Lo mejor en estos casos es volver al principio número 3 y preguntarse por qué cada persona quiere una cosa. Por qué el departamento de marketing quiere más verde en el logotipo, por qué el de contabilidad quiere que la fuente tenga serifa… Una vez aclarado esto se presenta un proyecto al diseñador que tenga en cuenta todas estas observaciones de un modo ordenado y lógico.

 

Para tener más control y evitar que esto se lleve hasta el extremo lo mejor es que una persona del equipo de diseño trabaje mano a mano con el cliente. Para que el contacto y el feedback sea positivo y no se pierdan aspectos del proyecto por el camino. 

 

 

6. Hacer caso al diseñador cuando dice que algo traerá consecuencias

Hay decisiones que conllevan consecuencias. Por ejemplo una letra de gran tamaño limita mucho el número de caracteres si se quiere conservar la integridad del diseño. O también la legibilidad de un texto cuando el cliente se empeña en meter una imagen de fondo. 

Estas consecuencias son las que el diseñador tiene que advertir al cliente. Tiene que mostrarle las diferentes consecuencias de tomar una decisión para que éste elija cuál le satisface más. 

 

 

7. Respetar

Nikki Clark recuerda una premisa fundamental para cualquier tipo de trabajo en equipo: el objetivo es el mismo para todos

Cada participante del proyecto tiene que conocer al milímetro su papel y dar lo mejor de sí mismo para conseguir el mejor resultado posible. Se trata de respetar el trabajo de otros siendo responsable del que realiza cada uno.

 

Solo de esta manera el resultado será positivo y satisfactorio para ambas partes del equipo: cliente y diseñador.


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