Comenzó su ponencia explicando la gran revolución de la tecnología móvil. “Hay una especie de ley que dice que cada diez años aparece un tipo de mercado nuevo”, afirma Emilio Avilés, CEO de SlashMobility, en eShow Madrid 2015.
Y es que actualmente nos encontramos en la revolución de los smartphones y, por lo tanto, de las aplicaciones. Ya son 2.080 millones de personas las que disponen de un teléfono inteligente, y más de la mitad de ellas acceden a su dispositivo unas 60 veces al día.
Sin embargo, muchos hablan de que el uso del móvil conlleva una adicción, comportamientos asociales o pérdida de habilidades como la de escribir a mano. Pero, ¿y si en vez de pensar en lo negativo, pensamos en las cosas buenas que nos pueden aportar los smartphones?
De esto ha hablado Avilés en su ponencia “Cómo las apps pueden hacer felices a los empleados”, en la que ofreció una serie de claves para mejorar el estado anímico y la autorrealización de las personas a través de la tecnología.
La sabiduría emocional reside en elegir cómo te vas a sentir
Una mesa, y en ella dos amigos charlando sobre trabajo. Lo más habitual (que no normal) es que se pronuncien frases del tipo “es que mi jefe…“ “cómo se atreve a decirme que…” o el tradicional “No puedo más”.
Avilés ha expuesto que la razón de esta situación reside en que no se respeta la pirámide de autorrealización del empleado. Una pirámide creada a partir de la pirámide de Maslow, y cuyas variantes cambian para asegurar el bienestar de los trabajadores:
A partir de ahí, las aplicaciones juegan un papel fundamental. El segundo peldaño de la escala es la seguridad, que no sólo se refiere a seguridad salarial sino también en cuestiones relacionadas con la salud. En este sentido, las empresas pueden disponer, por ejemplo, de smart watches o dispositivos inteligentes que midan las pulsaciones de los empleados y avisen de un posible riesgo.
En cuanto a la inclusión en el grupo, los actuales Whatsapp, Line o Snapchat ya cumplen una función social de crear comunidad. Los chats que tienen lugar entre empleados hacen que el entorno laboral sea más cálido y cercano.
Y es que, en palabras de Avilés, “la línea entre la vida personal y la laboral es cada vez más fina”.
El hecho de que el trabajo sea un sitio para pasarlo mal y sólo nos podamos divertir fuera de él es una situación de la que la sociedad va escapando cada vez más.
Quizá por eso ya se ha incluido la gamificación como un elemento impulsor tanto de la unión de grupo como de los reconocimentos. De esto también han hablado Carlos Martín (Comarch), Sergio Jiménez (Game On! Lab) y Óscar Ruiz (Atta Community) en su ponencia “Gamificación:las técnicas de juego pueden revolucionar tu negocio”, en la que han expuesto cómo la gamificación puede ayudar también a fidelizar a los clientes y a generar tanto lazos emocionales como recuerdo de marca.
Así pues, el ejemplo que ha puesto Avilés a la hora de ilustrar recompensas divertidas ha sido este vídeo. ¿Te imaginas que tu empresa te recompensara con cerveza por terminar a tiempo tu trabajo?
No cabe duda de que la felicidad de los individuos se hace notar en todas las facetas de su vida. Y es que, tal y como afirma Avilés, “la forma más fácil de ser productivos es ser felices en el trabajo”.