China crea un centro para tratar la adicción a Internet

China se ha convertido en el mayor mercado online del mundo. La penetración de la tecnología en el gigante asiático alcanza tasas de vértigo y los primeros efectos de esta dependencia comienzan a hacerse visibles en su población.

El FOBO (‘Fear Of Being Online’) o miedo a estar desconectado afecta a más de 24 millones de jóvenes. Así lo atestiguaba el estudio de la Asociación de la Juventud China para el Desarrollo de la Red en 2009, que califica este desorden como un trastorno clínico.

Aunque el problema no es nuevo. Los primeros visos se manifestaron con la implantación de carriles mobile. Una iniciativa que evidenciaba la adicción de sus ciudadanos a los dispositivos móviles y que el ejecutivo se ha propuesto atajar ahora con clínicas de desintoxicación de Internet.

Ubicados en Pekín, estos sanatorios pretenden acabar con la adicción tecnológica a través de actividades de tipo militar. Es decir, los internos realizan labores propias del ejército con las que mejoran su forma física y favorecen la socialización.

A medio camino entre los centros de salud y los campamentos militares, el programa incluye, entre otras actividades, simulacros y aprendizaje de himnos nacionales. Un elenco de ocupaciones con las que mitigar la ansiedad que genera la desconexión bajo una férrea disciplina.