El pasado mes de mayo Grace Choi presentaba al mundo una idea que podría revolucionar por completo la industria de la cosmética. Bajo el nombre de Mink, Choi dio a conocer una máquina que permite imprimir maquillaje en 3D. La joven ha pasado los últimos meses buscando la forma de llevar la impresión de maquillaje a todos los consumidores de forma masiva.
Y es que Grace Choi siempre ha dedicado todos sus esfuerzos a la innovación. Hija de inmigrantes coreanos, cuando se instaló en Nueva York aprendió sobre negociación y empresa gracias a la pequeña frutería que abrió su padre para mantener a la familia.
En la Harvard Business School es donde Choi inventó su primer producto de belleza: la BB Cream para las pieles más claras. Bajo el nombre comercial de "Grace Choi Porcelain Skin BB Cream” la vende a 34 dólares.
Tras graduarse, Burger King la fichó para el departamento de innovación. Pero después de tres meses dejó el trabajo y volvió a dedicarse a inventar. Y es que entre sus objetivos se encontraba el de conseguir precios más asequibles en la industria de la cosmética.
Con el color como centro de todo, Grace Choi tardó un mes en pasar de la idea a un prototipo que funcionara. Y así surgió Mink, la herramienta creada por Choi para que todo el mundo pueda tener maquillaje a un precio asequible y en cualquier color gracias a la impresión 3D.
En una entrevista concedida a Business Insider, Choi asegura que probó 20 impresioras hasta que dio con la adecuada para imprimir el maquillaje de la mejor forma posible.
A día de hoy Choi no tiene empleados a su cargo y carece de la financiación tradicional mediante inversores. El motivo es que antes quiere enseñar a la gente a fabricar su propia impresora 3D para revolucionar realmente la industria de la belleza.