La penetración del teléfono móvil en el día a día de los africanos avanza a pasos agigantados. Y no solo porque el número de terminales en el continente se multiplique o porque la cobertura y el 3G lleguen a los lugares más insólitos, sino porque el pago a través del smartphone ha encontrado en África un sólido feudo.
Aunque una tarjeta de crédito y una cuenta bancaria son grandes desconocidos para la mayor parte de la población africana (especialmente la que habita los países en vías de desarrolllo). Y es que la incapacidad de ahorro provoca que la propia base de las cuentas bancarias no tenga sentido.
Pese a esa situación, el envío de dinero y el pago inmediato es una necesidad para la sociedad. Ahí es donde entra en juego M-Pesa. “Con M-Pesa, el envío de dinero es instantáneo y se puede realizar en cualquier lugar, lo que supone una ventaja frente a un banco, ya que no es necesario desplazarse”, ha explicado a El Mundo el dueño de uno de los establecimientos que utilizan a la compañía para gestionar las transacciones.
Pagos Mobile
El objetivo de esta compañía nacida en Kenia en 2007, es facilitar el pago a través del móvil. De ahí viene su nombre: M de Mobile y Pesa, dinero en swahili.
Pero no llegó sola. M-Pesa se mueve bajo el abrigo de la compañía móvil Safaricom, una filial de Vodafone. Y sus capacidades no se limitan únicamente a las transacciones económicas.
Con ella también se puede enviar y recibir dinero entre usuarios, reservar hoteles y entradas o retirar dinero en cajeros. A efectos básicos, para los africanos es como tener una cuenta bancaria y una tarjeta de crédito en su mismo dispositivo.
Además, para contratarlo no es necesario acudir a un banco. Mediante el número de teléfono de Safaricom, el usuario queda registrado con sus datos. Un número que deberá proporcionar cuando quiera recibir ingresos de otros. Del mismo modo, podrá ingresarse él mismo en ese número cuando lo necesite.
Para las retiradas, en cambio, emisor y receptor deben acudir a uno de los establecimientos autorizados y dar su número identificatorio. “Solemos atender a una media de 80 personas que quieren hacer algún envío o retirada de dinero. Actuamos como una sucursal bancaria sin necesidad de pagar tasas por abrir una cuenta. A veces llegamos a tener en efectivo hasta 100.000 khs (cerca de 860 euros), pero nunca hemos tenido ningún intento de robo”, ha explicado el mismo comerciante de Nairobi.
Una rápida expansión
M-Pesa despegó después de las revueltas violentas que se vivieron en el país tras las elecciones de 2008, momento en el que miles de personas utilizaron el servicio para mandar dinero a familiares y amigos en las zonas de conflicto.
Otras compañías telefónica copiaron el mismo modelo de M-Pesa, por lo que la proliferación del sistema creció rápidamente. En 2014 tenía más de 17 millones de usuarios y más de 40.000 distribuidores en Kenia.
Tal es el éxito de este servicio gratuito que otros países se han querido sumar a la iniciativa: Ruanda, Uganda, Tanzania, India y Afganistán ya cuentan con versiones de M-Pesa como MTN o AirtelMoney.
Aunque inicialmente el foco de la compañía estaba puesto en la gestión de los microcréditos. El objetivo era que los usuarios pudieran recibir y pagar el dinero de los préstamos evitando el paso por el banco.
Un foco que pronto evolucionó para ayudar al flujo del capital en el país y dotar a los kenianos de un sistema que consideran más seguro que los propios bancos.