Las tiendas tradicionales se encuentran inmersas en la búsqueda de estrategias de marketing para “empujar” a los consumidores a comprar en el punto de venta físico. Algunos atraen al cliente con regalos, ofreciendo descuentos para la siguiente compra.
Y es que ha llegado un nuevo modelo de compra: el showrooming, que consiste en ir a las tiendas, probarse los productos y finalmente pagar pero, por internet, donde los productos son más baratos.
Pero hay medidas que no resultan tan favorables para el consumidor a la hora de evitar el desastre comercial. En Australia una tienda de comida especializada ha decidido cobrar cinco dólares por “el alto volumen de personas que utilizan esta tienda como una referencia y luego compran artículos en otros lugares”, según publica Daily Finance.
En Estados Unidos han ido un paso mas allá. Una cadena de zapaterías ha implantado la norma de cobrar 20 dólares a sus clientes sólo por entrar a su tienda. Habían observado que la gente se probaba zapatos y luego los compraba en webs a precios más bajos. En caso de que la persona finalmente decidiera comprar se descuenta “la entrada” del precio final.
Ante el showrooming, webrooming
Entre otras tendencias de consumo actuales se encuentra el webrooming, que consiste en comparar productos por Internet y luego buscarlos en las tiendas físicamente. Así el comprador puede mirar, ojear lo que quiere comprar sin presión alguna y a cualquier hora del día.
Pero, aunque las webs parten con la ventaja del precio, como Amazon que realiza descuentos agresivos, tienen desventajas como los gastos de envío y la imposibilidad de probar el producto.
Según Enrique Dans, experto en tecnología del IESE Business School, la competencia online es enorme, por tanto tienen que ofrecer buena información del producto, críticas de clientes y el proceso de compra debe ser rápido y seguro. Sin embargo, “deben mejorar más allá del precio.
