Dominique Ansel es una de esas mentes creativas que tienen ideas sencillas pero rompedoras.
Unir un croissant con un donut para crear el “cronut” es algo que se le podría haber ocurrido a cualquiera. Pero se le ocurrió a él. Y no fue algo casual: la idea surgió tras décadas de trabajo.
Antes de abrir la Dominique Ansel Bakery en 2011, que a día de hoy es la más concurrida del Soho neoyorquino, trabajó para otras pastelerías en las que cogió experiencia suficiente como para poder definirse a día de hoy como “diseñador”.
A partir de materia prima típica en repostería (harina, azúcar, mantequilla…) Ansel es capaz de crear postres sorprendentes y darle una vuelta a las texturas tradicionales. Él es el hombre que ha convertido una cookie de chocolate en un vaso de chupito relleno de crema dulce.
En una entrevista concedida a FastCo Design, Ansel asegura que “el cronut es una creación maravillosa, pero no hay que dejar que la creación mate la creatividad. Tengo otras muchas ideas para nuevos productos”.
La clave de la creatividad en repostería, según Ansel, está en “no tratar de recrear el Cronut cada vez. Se trata de darle a la gente algo nuevo sin obsesionarse por su viralidad. Si les gusta, genial. Si no, también. No podemos elegir por el consumidor”.
Dominique Ansel asegura que ha recibido ofertas por parte de grandes marcas para comercializar el cronut pero, según el “diseñador”, se trata de un producto que no está preparado para la producción masiva. “Se fríe en aceite de pepitas de uva y se rellena de crema. Tiene que reposar un par de horas antes de comerlo”. Por lo tanto, no es un producto que se pueda congelar y meter en una caja. “Sería destrozar el producto y ya no sería lo mismo”.
En cuanto a la incapacidad para llevar la idea de algún postre a cabo, Ansel asegura que cuando quiere hacer algo, “hago que ocurra”.
Entre sus mejores ideas de repostería, aparte del cronut y del chupito de cookie, se encuentran otras como el sundae en una lata. Las imágenes de sus postres hablan por sí solas…
Nos recuerda mucho a Pep Torres, el inventor del café con leche mojado en croissant.