Uber, el servicio de transporte compartido, atraviesa una crisis. Y es que, debido a un fallo de seguridad en su aplicación, ha dejado al descubierto la información personal de 1.000 conductores en EEUU.
Los datos a los que se podía acceder eran nombres, licencias, documentos personales e inluso formularios de declaración de impuestos de los usuarios. Información a la que se podía acceder tras completar el registro en la app: sólo había que completar los pasos iniciales, e intentar editar o añadir más información.
Una vez hecho esto, se obtenía acceso directo a la base de datos de todos los conductores, pudiendo ver todas las licencias y documentos alojados en la plataforma.
No es la primera vez
No obstante, esta polémica ha salpicado a Uber en varias ocasiones. Ya en Mayo de 2014 hubo indicios de que terceras personas accedieron a la base de datos, situación que no se descubrió hasta septiembre de ese mismo año.
De acuerdo a Katherine Tassi, Managing Counsel of Data Privacy de Uber, la compañía enmendó inmediatamente esta vulneración de la seguridad. Y aunque la empresa rehusó hacer más declaraciones por estar llevando a cabo la investigación, parece que es un error que vuelve a hacer su aparición.