Disney lleva años innovando, desde la creación de Mickey Mouse. ¿Lo último? Sus Magic Bands. Unas pulseras de goma de colores con chip, resistentes al agua y que se pueden escanear. Hacen las veces de llave del hotel, ticket de entrada, FastPass y tarjeta de crédito.
Tras cada innovación que pueda implicar cierto riesgo para la privacidad, saltan las alarmas. Si no, que se lo digan a la NSA… Las pulseras, que ya están disponibles dentro del nuevo paquete vacacional MyMagic+, ya tienen defensores y detractores.
Ed. Markey, senador de Massachusetts, criticó públicamente el nuevo sistema de la empresa de entretenimiento infantil afirmando que ponía en entredicho la privacidad de millones de niños. Bob Iger, CEO de Disney, escribió una carta acusándole de estar “desinformado”.
Las opiniones contrarias también van en la línea de la funcionalidad. Varios usuarios se han quejado de los problemas técnicos que dan los brazaletes y de la falta de preparación de los empleados para resolverlos. El asunto también se complica cuando se reserva el hotel y un restaurante con nombres distintos.
Pero hay críticas más trascendentes. “¿Los datos de las pulseras pueden ser leídos y copiados por los smartphones? Y, ¿qué pasa si clonan la información de tu brazalete y usan tu tarjeta de crédito y se cuelan en tu habitación?”. Son solo algunas de las preguntas que se hacen los más críticos.
Ante este panorama, Disney se ha pronunciado. La compañía informa de que el sistema funciona mediante RFID (Radio Frequency Identification) y que requiere un PIN, lo cual eleva la seguridad de los datos almacenados.
Fieles defensores de su nuevo paquete vacacional y, en especial, de la innovadora pulsera, acaban de lanzar la línea “MagicBand Accesories” con accesorios que pueden comprarse por Internet.