¿Cuántas veces te ha surgido una idea y no has tenido dónde anotarla? Esta realidad tan extendida podría estar cercana a extinguirse.
Y es que desde Kickstarter, el portal que recientemente ha anunciado su apertura a España, se ha lanzado Phree, un dispositivo que lleva la escritura digital a cualquier superficie ya sea una mesa, el salpicadero del coche o la propia mano del usuario.
De momento el proyecto ya ha recaudado más de medio millón de dólares a falta de 31 días para acabar el plazo de financiación. Concretamente, en el momento de escribir este artículo, han conseguido $532.024 de los 100.000 dólares previstos con 2.626 patrocinadores.
Pero, ¿dónde quedan almacenadas estas notas?
El diseño del dispositivo le permite sincronizarse con cualquier otro terminal como smartphones, tablets, portátiles o incluso televisiones mediante conexión Bluetooth. Algo que permitiría visualizar todas las notas que el usuario haya dejado dispersas a lo largo de su recorrido diario.
Además, Phree es compatible con diferentes softwares y aplicaciones entre los que se encuentran Office, OneNote, EverNote, Acrobat, Google Handwriting Keyboard o Viber.
Por otro lado, su conexión Bluetooth le permite funcionar como un auricular para mantener conversaciones telefónicas en cualquier momento. Incluso mientras se apunta una dirección en la superficie más próxima. También cuenta con una pequeña pantalla que puede mostrar textos breves o información más básica como la hora o las funcionalidades disponibles.
Una nueva puerta a la realidad aumentada
Últimamente los avances tecnológicos en realidad aumentada van en aumento. Una tendencia que está moviendo a los gigantes tecnológicos a apostar fuerte por la optimización de dispositivos que potencien la percepción de esa nueva realidad. De hecho, ya se ha podido ver con casos como las HoloLens de Microsoft o las Gear VR de Samsung.
Y hasta ahora, precisamente las gafas de realidad virtual han sido las que han dominado las estrategias tecnológicas. Pero, con la llegada de otros dispositivos como sería el caso de Phree, las posibilidades se vuelven ilimitadas.
Los consumidores ya no sólo serán capaces de ver un mundo creado a base de código binario sino que también podrán interactuar con él de un modo mucho más activo. O, al menos, por ahí parece que va a pasar el futuro de la realidad aumentada…