Dieter Bohn, periodista en The Verge ha tenido acceso exclusivo al prototipo de Intel
No llevan ninguna cámara, no son aparatosas, no parecen un casco y no hay que pulsar ningún botón para que funcionen. Las gafas inteligentes Vaunt son, aparentemente, gafas normales. Y ese es precisamente el gran logro que ha conseguido Intel, a diferencia de otras compañías como Google con sus Google Glasses, al diseñar su prototipo.
Las gafas Vaunt
Las gafas Vaunt tiene un diseño minimalista, y cuando se pongan en el mercado estarán disponibles en varios modelos, y aunque parecen gafas normales, hay una gran diferencia.
Y es que llevan un láser de baja potencia, para no dañar el ojo, capaz de proyectar en la retina del usuario una imagen monocromática a 400 x 150 píxeles. Internamente en Intel las han bautizado como las “Superlite” porque pesan menos de 50 gramos y su batería de momento es capaz de aguantar sin cargarse unas 18 horas, por lo que están pensadas para que el usuario las lleve puestas todo el día. Aunque deberían funcionar tanto en interiores como en exteriores, todavía no se han probado bajo la luz del sol.
Según cuenta el portal tecnológico The Verge, que ha tenido acceso exclusivo al prototipo de Intel, las gafas Vaunt pueden proyectar información directamente a los ojos del usuario, ya sean notificaciones, recetas o mapas gracias a que las gafas a que cuentan con un procesador, acelerómetro, compás, bluetooth y brújula. Funcionan tanto con teléfonos móviles Android como con iPhone siguiendo órdenes de una aplicación que las controla.
La salida al mercado
Intel no comercializará directamente estas gafas sino que abrirá un plan a fin de año para que distintos desarrolladores creen sus propias versiones. Algo que abre la puerta a posibilidades como la conectividad 4G o micrófonos. En este último caso, sería posible que las gafas inteligentes de Intel funcionasen con un asistente digital como Siri o Alexa,.
Desde Intel, insisten en que su gran logro está en haber conseguido que las gafas inteligentes “tenga un coste social cero”, es decir, que a la gente no le importe ponérselas durante todo el día porque no son socialmente molestas.