Todos hemos estado de viaje, contemplado unas vistas increíbles y sentido la necesidad de colgar al instante una foto en Instagram.
Lástima que no se pueda hacer lo mismo cuando buceas... Oh, wait!
Un equipo de ingenieros y científicos no están tan de acuerdo con esta afirmación. De hecho, han descubierto que hay formas de conectar pequeños dispositivos en aguas profundas para poder mandar tu mensaje al mundo exterior.
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Este descubrimiento podría hacer que los buzos tuvieran en sus manos la posibilidad de subir al instante información a la red. Siempre y cuando haya empresas dispuestas a instalar los sensores submarinos que permitan enviar y recibir los bytes en tiempo real.
El sistema de estos sensores se basa en redes inalámbricas de aire conectado que permiten los envíos mediante ondas de radio. Aunque aquí llegan los problemas: estas ondas no viajan bien a través del agua salada.
Una barrera que los investigadores llevan años intentando saltar y no solo porque deseen subir sus fotos de la fauna marina a las redes sociales en el momento, sino porque esta tecnología podría ayudar en la detección temprana de tsunamis, la exploración de recursos y la vigilancia de contaminación.
Tommaso Melodia, Profesor de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Northeastern (Boston), ha arrojado un poco de luz sobre el objetivo final: que los datos se envíen de forma inalámbrica desde los océanos a la superficie en tiempo real.
“Estamos tratando de desarrollar nuestros propios prototipos de dispositivos bajo el agua”. Algo que facilitaría la investigación. Y es que los datos que se transmiten bajo el mar no son compatibles con las señales que se envían entre smartphones y ordenadores.
Hablar bajo el mar es cosa de militares
Aunque la investigación de Melodia se remonta a 2013, la comunicación bajo el agua ya había dado sus primeros pasos tiempo atrás. La cuestión despertó la curiosidad del Ejército de EEUU que lleva décadas construyendo maquinaria que escapa de las manos del dominio público. Aunque solo se trata de redes individuales de comunicación que no establecen un paradigma de comunicación eficiente con redes externas o con la superficie.
Sus sistemas de datos inalámbricos funcionan de forma indirecta: se conectan con boyas cercanas que convierten los datos en ondas de radio. Estas son enviadas a los satélites que las envían después a su destinario. Un largo camino por recorrer que ralentizan el proceso.
Sin embargo, el protocolo que contempla el equipo de Mediodia está más unificado. Los datos bajo el agua no estarían aislados. Es decir, la red sería capaz de conectarse inmediatamente y compartir los datos con la superficie. Una rapidez que resulta vital en casos de emergencia. Porque si un buceador necesita ayuda, poder informar de su situación de manera urgente puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte.
Por su parte, algunas compañías están haciendo sus propios avances en telefonía móvil subacuática. De hecho, Subnero está ya construyendo su propia red bajo el agua. Un proyecto muy similar al de Mediodia. Su idea se basa en las ondas de sonido, ondas que viajan más fácilmente bajo el agua. Aunque también tienen sus propios problemas: el intercambio de datos sigue siendo demasiado lento.
Los problemas que solo puede solucionar el dinero
Como siempre, muchos obstáculos solo pueden saltarse si te aupas en un buen fajo de billetes. Y es que como dice Melodia: “puedes comprar un módem subacuático pero va a costar 15.000 dólares y va a ser lento”.
Y ahí precisamente es donde se enfocan los esfuerzos del Profesor: la creación de una formas más factible y más asequible de desplegar un sistema de comunicación eficaz bajo el agua y del océano a la superficie.
Con su universalización las empresas y gobiernos podrían actuar más rápidamente ante problemas como el derrame de petróleo de 2006 en el Golfo de México. Una válvula defectuosa tuvo como consecuencia millones de dólares en destrucción marina. “Con un seguimiento en tiempo real de las plataformas subamarinas, esto podría haberse evitado”, explica Melodia.
Y es que no solo se trata de poder publicar una foto in situ, se trata de conocer un poco más la incertidumbre que son los fondos marinos.