Nueva York acoge una exposición de hologramas

  • Holocenters House es el nombre de este museo de verano que expone arte holográfico
  • Fue fundado en 1998 por Ana María Nicholson y Dan Schweitzer

Los hologramas están de moda. Y no lo decimos sólo por el éxito cosechado por la pieza de DDB Spain, “Hologramas por la Libertad”, en Cannes Lions 2015. 

Sino porque esta “forma de expresión” ha llegado a los museos. Y es que los hologramas no sólo sirven para manifestarse cuando no haya otro medio de personarse en un sitio. También pueden verse como una forma de arte.

Una idea que llevó a Nueva York el “Holocenter House” en Governors Island. Se trata de un espacio en el que los más curiosos pueden ver, tocar y caminar a través de una amplia gama de hologramas.

El Holocenter es un museo de verano que inició sus andanzas en la torre del reloj de Long Island City y que ha despertado el interés de los “exploradores” urbanos, ya sean turistas o autóctonos. Eso sí, la idea es un poco diferente a la que tenía DDB en mente: aquí las figuras representan piezas artísticas sumidas en un bucle temporal.

Las obras parecen estar congeladas en el tiempo

De hecho, el museo se encuentra dentro de una casa victoriana con pintura descascarada y suelos que crujen. Un escenario propicio para recrear un ambiente que simula la aparición fantasmagórica de las piezas que se exponen como si estuvieran congeladas en el tiempo.

Y es que en la planta principal, con poca luz, se puede ver una serie de hologramas giratorios que se intercambian durante todo el verano. La pantalla cuenta con las obras de Rudie Berkhout, Sam Moore y Ray Park, artista conocido por su obra “Convivencia-Banana”. Una de las piezas más populares que representa “el cuerpo de luz” o el “alma del plátano”. Un fruto que parece quedarse suspendido en el tiempo sin poder madurar.

“Es tan real que la gente quiere meter sus manos dentro del holograma”, ha comentado Martina Mrongovius, actual directora del centro.

“La tecnología holográfica aún está en proceso de desarrollo, pero los hologramas ya apuntan hacia la forma en que podríamos utilizar la óptica en el futuro. En las esculturas de arte holográfico se puede congelar el tiempo, o se puede capturar un bucle temporal que se reproduce mecánicamente”.

La exposición también cuenta con retratos de Keith Haring, Walter Cronkite y Tony Bennett, entre otros, realizados por Ana María Nicholson. Artista holográfica que fundó el museo en 1998 junto a Dan Schweitzer.

Pero el museo de verano no sólo cuenta con exposiciones. Los niños también tienen su espacio reservado en el que pueden tomar algunas clases sobre este tipo de arte. Además, el diseñador australiano Yandell Walton ha creado un vídeo interactivo que juega con las luces y las sombras. Mientras que el músico Steve Pavlovsky realizará espectáculos de luz líquida durante el mes de julio.

“Hay algo mágico en los hologramas”, ha comentado Mrongovius. “Nos permiten asomarnos a un espacio o interactuar con una escena que no es tangible”. Una razón que quizá pueda determinar el éxito de este museo.

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