Aunque está muy de moda todo eso del marketing sensitivo, con cosas para oler, tocar e incluso probar, el oído tiene más importancia de la que muchas veces se le da. Una experiencia sonora en condiciones puede hacernos vibrar... literalmente. La alta definición también tiene algo que decir en este ámbito.
Aunque el proyecto del HD lleva más de 40 años funcionando, fue en 2004 cuando pudimos ver por primera vez en Europa las primeras imágenes en ‘high definition’. Hicieron falta algunos años más para que pudiéramos disfrutar de esta tecnología en nuestras casas, pero una vez llegó, se extendió de manera rápida.
Pues bien, ahora que ya está casi implementado el tema de la imagen en alta definición, le toca al sonido. Operadores de la talla de France-Telecom están apostando muy fuerte por el sonido HD, llegando al punto de arriesgar mucho, pagando codecs muy caros y teniendo que actualizar el sistema de sus dispositivos. Pero fuera del tema de las telecomunicaciones también queda mucho por inventar.
Cada vez más hogares cuentan con potentísimos dispositivos de audio, para ver la televisión, escuchar la radio o disfrutar de películas. La información/publicidad que llega a esas casas lo hace a través de estas vías y, muchas veces, ni siquiera estamos prestando atención, pero nuestro subconsciente sí que sigue escuchando. Si potenciamos el audio, seguramente podremos sorprender y captar a más de un despistado.
El sonido suele ser uno de los principales factores por los que la gente puede llegar a enamorarse de un spot, y la prueba está en que cada vez más marcas deciden añadir el logotipo de Shazam en sus anuncios para que nos acordemos de pillar la canción. Si encima, esa canción que tanto nos gusta está en formato HD, casi con total seguridad será el elemento por el que recordaremos a la marca durante algún tiempo.
Una mala elección en cuanto a música puede mandar al traste toda una campaña publicitaria, y las marcas lo saben. La ventaja es que ahora ya no tenemos el impedimento de no contar en nuestras casas con equipos lo suficientemente avanzados como para reproducir el sonido en la calidad que se necesita. Ahora quien más, quien menos, todos tenemos cacharros lo suficientemente potentes.
Un pasito más para seguir avanzando en el mundo multimedia. El enfoque ha pasado de la imagen, a la que le falta poco para llegar a términos de realidad absoluta, al sonido, al que realmente se le ha empezado a sacar todo su potencial en el siglo XXI. Aunque hay algunos que ponen las cosas cada vez más difíciles. La diferencia entre Gaes y la SGAE es de solo una letra, pero mientras unos viven la música, los otros viven de ella.