Israel es el segundo país del mundo en poner en marcha proyectos tecnológicos. A este auge tecnológico ya se le conoce por el apodo “Silicon Wadi” haciendo un guiñó al mítico Silicon Valley de EEUU.
Israel es el país del mundo con el mayor número de startups per cápita, de las que el 67% se concentra en Tel Aviv, la segunda ciudad más grande del país.
Y es que Israel tiene dos caras. Por un lado su cara más amable se presenta en forma de destino turístico y tecnológico. Por el otro, el reciente conflicto con Gaza hace apenas 2 años nos recuerda la cara más triste del país.
Que Israel, y en concreto Tel Aviv, ofrezcan un ecosistema propicio para el desarrollo de startups tecnológicas no es fruto de la casualidad. Hace décadas Israel emprendió una estrategia económica basada en la creación de un entramado de empresas tecnológicas para atraer inversión al país.
Algunas claves de su éxito
Por supuesto, el planteamiento estratégico que emprendieron años atrás fue el punto de partida de la irrupción tecnológica que se está experimentando actualmente. El funcionamiento del sistema está basado en el apoyo de inversores, sobre todo judíos, que no dudan en apostar por proyectos cuyo futuro parezca prometedor. Según la ciudad, cuentan con el nivel de inversiones de capital riesgo per cápita más alto del mundo.
Israel cuenta con una tasa altísima de jóvenes emprendedores y formados con ganas de despuntar en el mercado global. Un dato que avala esta afirmación es la existencia de 140 ingenieros por cada 10.000 israelíes.
La ciudad ha desarrollado gran cantidad de programas dirigidos también a aquellos estudiantes extranjeros que quieran introducirse en el mercado de los negocios tecnológicos.
El networking está a la orden del día. Las empresas situadas en Tel Aviv se esfuerzan por organizar eventos, conferencias y congresos para facilitar el intercambio de conocimiento entre los profesionales del sector.
Más de 4.000 startups al año
Israel va muy por delante de otros países también punteros en cuanto a la tasa anual de creación de startups. Es cierto que muchas de ellas tienen poca esperanza de vida pero las que consiguen prosperar lo hacen coronándose como compañías con un futuro prometedor a largo plazo y asegurándose un éxito a nivel mundial.
Por numerar algunos ejemplos, Google pagó 1.000 millones de euros por Waze el verano pasado y Facebook hizo lo suyo al comprar Onavo por 120 millones de dólares. IBM desembolsó 1.000 millones de dólares al adquirir Trusteer y Apple pagó 345 millones por PrimeSense.
En 2012 se vendieron poco más de 50 empresas por un precio total de 5.550 millones de dólares: 111 millones de dólares es el precio medio por venta. Según el Centro de Investigación IVC, entre enero y septiembre de 2013 se invirtieron 1.630 millones de dólares en 474 empresas israelíes.
El entramado de empresas tecnológicas que hacen de Tel Aviv el nuevo Silicon Valley nada tiene que envidiar a otras economías mundiales basadas en la innovación como Londres, Dublín, Moscú o Miami. Ben Lang, CEO de la empresa israelí Mapped, tiene claro cuál es el secreto del éxito de 'Silicon Wadi':
“Tel Aviv es una de las comunidades de startups más vibrantes del mundo y se ha convertido en la segunda en el top mundial de startups. Si caminas por la ciudad verás emerger startups por doquier. Lo que hace que este lugar sea tan propicio para la creación de nuevas empresas tecnológicas es la comunidad que se ha creado alrededor de ellas: gente con talento que disfruta ayudando a los demás”.