Hablamos del Cambio

¿Perderemos la habilidad de gestionar imprevistos por depender tanto de algoritmos y herramientas que lo controlan todo?

Seguimos con los Episodios de la tercera temporada de 80/20, ¡con una nueva experiencia de audio interactiva!

En este Episodio #64 sobre el Cambio participan:

  • Marta García Aller, Periodista, Profesora y Autora de "Lo imprevisible"
  • Javier Guadiana, CEO & Founder de Reason Why
  • Natalia Marín, Managing Director & EIC de Reason Why
  • Manu Sánchez, Colaborador de Reason Why

Hablamos del cambio

Javier: ¿Hay algo que no vaya a cambiar?

Marta: Entre las cosas más fascinantes que me han enseñado mirar al futuro, está fijarme en lo que vamos dejando atrás, creo que esa es la gran pista de a dónde vamos y si hay algo que no va a cambiar es aquello que nos vuelve imprevisibles a los humanos.

Natalia: Titiri, tiri, tiri...

Javier: Muy buenas a todos y bienvenidos a 80/20, el podcast de Reason Why. Qué no va a cambiar y qué va a cambiar, de eso vamos a hablar, vamos a hablar del cambio. Me encanta, insisto, escuchar tu melodía, sobre todo cuando nos acompaña gente del mundo de los medios, del periodismo, que dice no me puedo creer que la melodía sean NataIia entrando, es brutal. (Risas) Muy buenas Natalia.

Natalia: Hola a todos, ¿qué tal?

Javier: ¿Cómo te encuentras?

Natalia: Pues me encuentro muy bien, con muchas ganas de este podcast. Me gustaría que fuera un podcast profundo, metafísico y que le demos vueltas a la cabeza a ver si hacemos pensar a la audiencia también.

Javier: Bueno, yo hoy me encuentro un poquito peculiar porque como sabes he estado malito. He tenido un pequeño golpe de estrés, de algo raro que me ha pasado, he tenido 38,6 de fiebre en un día y al día siguiente como si nada.

Natalia: Pero decir esto en estos tiempos no es buena señal, ¿eh?

Javier: Ya, no, pero está todo controlado.

Natalia: Todo bien, ¿no?

Javier: Lo digo para que os portéis bien conmigo durante el podcast. Entonces, este momento metafísico yo hablaría así como bajito y tal, ¿vale?

Natalia: Vale.

Javier: Para envolver más....

Manu: Como programa de radio de las 2 de la mañana. (Risas).

Javier: En realidad sabéis que es una especie de fetiche mío, ¿no? Ya que nos acompañas... Ya le habéis escuchado. Muy buenas, Manu Sánchez.

Manu: Muy buenas.

Javier: ¿Qué tal Manu? ¿Cómo te encuentras?

Manu: Pues... Por no cambiar, pues me encuentro bien. (Risas).

Javier: Joe macho. En fin, vamos a lo que vamos. Vamos a hablar del cambio. Y ya la habéis escuchado. Habéis escuchado a Marta García Aller: periodista, autora, profesora también y autora de "Lo imprevisible". Muy buenas Marta.

Marta: Encantada de estar aquí con vosotros a una distancia además prudencial, viendo que se cumplen todos los protocolos. Espero que la audiencia también se haya lavado bien las manos con gel hidroalcohólico como hemos hecho nosotros. (Risas).

Javier: ¿Qué te ha parecido la melodía?

Marta: Fantástica, innovadora, imprevisible.

Javier: Lo podrías llevar a Onda Cero. (Risas)

Marta: Vamos, vamos a proponerlo y a ver qué pasa.

Natalia: No, yo tengo copyright, ¿eh?

Manu: Voy a proponer un...

Marta: Cómo sois los del marketing... (Risas).

Manu: Voy a hacer la propuesta.

Natalia: A ver Manu.

Marta: ¿Qué penitencia le ponemos a Marta cada vez que diga imprevisible? (Risas) Porque en dos frases van dos. (Risas)

Javier: ¿Lo haces por publi eso? Directamente ya dices "voy a aprovechar, ya que voy...".

Marta: Hombre, es que yo venía a hablar a una audiencia selecta, experta en esto del marketing y de la publicidad y lo mínimo que podía hacer era estudiarme los trucos básicos de primero de promoción del libro en Editorial Planeta, que no le hemos dicho todavía.

Natalia: Nada, el minuto de publi, Marta, va a estar repartido entre todo el podcast ¿eh? (Risas).

Javier: Eso está hecho.

Marta: Pero, ¿qué tal? ¿Ha quedado muy natural o no? Yo creo que un poco forzado.

Natalia: Vas bien, para estar en primero, oye...

Marta: En primero, vale, vale.

Javier: Has mencionado una entradilla que me ha encantado, que es: "cosas que no van a cambiar", que muchas veces estamos constantemente fijándonos en ideas, teorías o previsiones de cosas que, a priori, van a cambiar o queremos que cambien, y a lo mejor le dedicamos poco tiempo a atender las que consideramos que se van a quedar un poco más inmutables. A lo mejor, fijándonos en esos conceptos podemos desarrollar estrategias en torno a la certidumbre que en alguna ocasión lo hemos hablado, porque desarrollar estrategias en un momento de incertidumbre es mucho más difícil.

Natalia: Estás muy de acuerdo con Jeff Bezos, que lleva diciendo eso toda la vida, ¿eh?

Javier: Es que Jeff... Últimamente lee demasiado Reason Why.

Natalia: Yo creo que sí. Jeff Bezos lo que dice es eso. "Pregúntate, obviamente también que es lo que va a cambiar en los próximos diez años y estate prevenido, estate preparado, pero pregúntate también qué es lo que no va a cambiar, que no van a cambiar tus clientes para poder llegar a ellos". Y es la mejor manera de poder plantear estrategias a largo plazo, pensando en lo que se va a quedar inmutable.

Marta: Claro es que en un mundo que cambia tan deprisa, al final hacen falta palancas, algo a lo que sirve como si estuviera subiendo una montaña y necesitas saber dónde pones el pie para dar el siguiente paso. El siguiente paso es lo que cambia, pero en algún sitio tienes que apoyarte, pues puedes al final ver lo que tiene más posibilidades de permanecer¡ nos puede ayudar a tomar muchas decisiones, ver también qué es lo que está desapareciendo. Es que el problema con lo que viene, el problema con el futuro, yo le he dado muchas vueltas a cómo hacer una aproximación periodística al futuro, cómo hablar desde un punto de vista de los hechos, de algo que no ha sucedido todavía porque el futuro no existe, es una ilusión para la que, además, ni siquiera tenemos palabras. Si pudiéramos viajar a hace cinco años a decir: "Ostia, tío, tenemos que montar TikTok", nadie entendería nada. ¿Cómo explicas TikTok a tu yo de hace cinco años? ¿Cómo le explicas WhatsApp a tu yo de hace 20? Es que hay situaciones para las que no entenderíamos las palabras que utilizamos, no entendemos ni las que tenemos ahora ya aquí, como 5G, Blockchain... Podríamos hablar de ellas durante una hora en el podcast porque somos profesionales, pero eso quiere decir que eso no quiere decir que sepamos lo que estamos viviendo.

Marta: Pero fíjate que..

Javier: Manu del 5G no podía hablar de por vida.

Natalia: Patrocinador oficial del 5G.

Manu: No, pero hablas de WhatsApp. Y, ¿hay algo más previsible que WhatsApp? Quiero decir, WhatsApp es son mensajes entre personas. Quiero decir, eso lo lleva haciendo un chat, el chat de Terra, lleva haciendo en internet mucho tiempo. Simplemente consigue dar con la tecla en que la gente adopte esa tecnología.

Marta: Pero es un es un cambio de paradigma en la manera de usarlo.

Manu: Claro.

Marta: Es estar permanentemente conectado, disponible a cualquiera que quiera algo de ti, incluso aunque no le conozco de nada y sea el padre o la madre del compañero de tu hijo del colegio que no le has visto en tu vida. Pero esa persona está presente en tu cena. ¿Por qué? ¿En qué momento hemos perdido el control de la comunicación de nuestra vida cotidiana? Creo que es una de las preguntas que más nos costaría explicar a nuestro yo del siglo XX, si es que tenemos todos la edad de haberlo vivido (Risas). Que era un siglo que hasta hace no mucho la gente vivía sin internet en el bolsillo, creo realmente que eso lo cambió todo y tener constantemente la comunicación, como dices tú, a través de los mensajes en WhatsApp, es verdad que nos ha vuelto mucho más previsibles porque vamos dejando un rastro de datos increíble que nos hace analizables en nuestro comportamiento más cotidiano, en esa cantidad de datos accesible nunca la habíamos tenido hasta ahora y poderlo procesar es lo que está haciendo... Por eso, insisto, tanto en lo imprevisible. Para es una palanca muy buena para entender cuánto estamos cambiando, porque todo aquello que no sea posible prever, por más datos que tengamos, es lo que permanecerá inmutable en un mundo en el que el big data y la inteligencia artificial está volviendo cada vez más cosas en nuestra vida cotidiana previsibles porque estamos dando más información de nosotros de la que nunca habíamos procesado.

Manu: Porque cada vez, además, se da menos pie, digo en el día a día, damos menos pie también a la incertidumbre. antes, a lo mejor quedabas con unos amigos que dabas a una hora en un sitio, podías llegar tarde, había también otra cosa que no si os acordáis de que había una cosa que se llamaba la paciencia.

Javier: Antes, antes estaba permitido llegar tarde, ya no, ¿no?

Marta: Había una cosa que se llamaba cabina telefónica, donde no tenías un imprevisto.

Manu: Había una palabra que era la paciencia y que sabías que si alguien llegaba tarde podía ser porque siempre llegaba tarde que, ahora tiene la tecnología y sigue llegando tarde.

Natalia: Ahora avisa de que llega tarde.

Manu: Ahora avisa de que llega tarde. Pero claro, ahora si alguien no llega en diez minutos ya le tienes el WhatsApp frito. Entonces también ha cambiado, que creo que también va ligado a esto va otro tema que es de las cosas que más ha cambiado, que es la paciencia. O sea, la paciencia está claro que ha desaparecido no solamente para cuando quedas con un amigo y le esperas para ver que llegue tarde y qué tal, la paciencia para cuando pides algo y te tarda en llegar tres días. Por favor, tres días sin poder tener mi....

Marta: Y es una de las cosas. El fin de la paciencia es una de las cosas que más está afectando a las empresas y a los modelos de negocio sin lugar a duda. Y es algo profundamente vinculado al mundo conectado. Estamos en un mundo en el que la paciencia la hemos erosionado y también la posibilidad de decir no lo sé, como lo tienes todo en Google, o debería o crees que lo deberías tener, no tener respuestas a lo que nos pasa es algo que gestionamos mal. En realidad tenemos más incertidumbre que nunca y esta es la gran paradoja de la predictibilidad técnica en la que estamos llegando con los algoritmos: cuándo más previsibles nos habíamos vuelto, porque nuestro comportamiento es analizable, podemos prever qué tiempo va a hacer cuando salgamos de casa, el tiempo que va a hacer el próximo fin de semana, podemos prever los minutos que tardamos en llegar al trabajo o cuántos minutos tarda en llegar el próximo autobúS. Podemos anticipar muchas cosas que hace pocos años, cuando no teníamos el smartphone en el bolsillo, no podíamos ni soñar con anticipar. Podemos saber los hobbies de la cita que vamos a tener el fin de semana siguiente, antes incluso de conocer a la persona, porque hemos cotilleando sus redes. Tenemos un acceso a la información que nos reduce teóricamente la incertidumbre y sin embargo, está haciendo que vivamos más incertidumbre que nunca todo aquello que no podemos prever. Porque hace 20 años o antes del WhatsApp como decía Manu, el no saber por qué alguien llega tarde o no llega no generaba ansiedad. Simplemente son cosas que pueden pasar. No sabes que le ha podido pasar. "Algo le habrá pasado". Eso decíamos antes. Algo habrá pasado y ahora necesitamos saberlo todo, si no genera incertidumbre y en un contexto de incertidumbre como el que estamos con el Coronavirus se hace más evidente la falta de control. Cómo nos preocupa el no saber lo que sucede y lo mal que gestionamos esa incertidumbre.

Javier: Está claro. Lo que podríamos definir como certidumbre es la capacidad de saber y la incertidumbre no saber y en cierta medida de nuestra capacidad de saber, se ha visto suplantada por nuestra capacidad de buscar qué es lo que decías que está todo en Google. No hace falta saber las cosas con que sepas buscarlas bien... Entonces eso en cierta medida te da como seguridad de que puedes acceder a la información, pero incertidumbre en ti mismo de decir que me falta muchísima, muchísimo conocimiento.

Natalia: Luego también la variable imprevisto está ahí, existe y eso es algo que no vamos a poder controlar y que los algoritmos, obviamente, por su propia definición de imprevisto, un algoritmo no puede prever un imprevisto. Entonces, estamos perdiendo práctica yo creo también en ese sentido, de querer tenerlo todo y casi haber alcanzado la perfección en el sentido de controlarlo todo y saberlo todo. Y Google Maps te dice cuánto tiempo vas a tardar y qué tiempo va a hacer, te lo dice la aplicación del tiempo. Pero si en el trayecto hay un imprevisto, ojo, que el que lo tienen que gestionar eres tú, no hay una app que te diga cómo gestionar el imprevisto. Eso va a ocurrir. Entonces creo que como seres humanos estamos perdiendo facultades en ese sentido.

Manu: Es más, voy más allá ¿y si el imprevisto es que te falta tu centro de datos neurálgico? Y es que algo tan simple como quedarse sin batería puede convertirse en todo un drama en según qué situaciones. Esto parece una tontería, pero si estás viajando o quedarte sin batería o perder el momento, estás de viaje, estás en Croacia, estás viendo un Google Maps y tienes el...

Javier: ¿Por qué Croacia?

Manu: Porque me gusta Croacia, Croacia capital.

Javier: Por saber (hablan y ríen todos a la vez).

Manu: Que estás en Croacia, pierdes el teléfono y tienes en el móvil la dirección del sitio donde vas a ir, a dónde vas a quedarte a dormir, tienes la reserva, tienes los billetes de avión que tienes que coger a la mañana siguiente, tienes todo ahí... Pierdes el móvil y ya todo lo que tenías previsto, pasa a ser un imprevisto y un imprevisto gordo, con solamente que te falla una tecla, porque esa tecla es la que mueve, la que mueve todo.

Natalia: Hay que llevarlo impreso también Manu, plan B. (Risas).

Manu: Natalia, un momento, esto yun poquito de 20...

Natalia: Sí, yo soy.

Manu: No me digas que lo llevas en una fundita de estas de plástico (risas).

Natalia: Depende de la duración del viaje. Si me voy de finde pues no, pero si me voy en plan típio viaje a Cuba dos semanas, hombre, llevo ahí mi Briefing, todo. Claro que sí. Si yo soy, me gusta poco la incertidumbre y me gusta tenerlo todo controlado, soy así de maniática.

Marta: En los viajes, seguramente sea una de las situaciones donde más se note cómo nos ha cambiado la vida, el mundo conectado a volverlo previsible. Y ahí se da la gran paradoja que queremos que la vida nos sorprenda, pero a la vez queremos tener la verdad a Natalia. Todo bajo control. Entonces, ¿Cuántas aventuras de la historia, de la literatura y del cine y de nuestra vida emocional dejarían de suceder en un mundo con un smartphone? Creo que una de las razones por las que está fascinando tanto ahora series como Friends a las nuevas generaciones de adolescentes es porque casi todas las tramas que suceden en los capítulos de equívocos, si os fijáis, en realidad, si la gente tuviera móvil, no habría sucedido porque todo se arreglaría de manera muy fácil. Y eso creo que nos está quitando espacio para la aventura y también nos está quitando, práctica en la gestión de los imprevistos, que al final es la esencia de lo que nos diferencia de las máquinas en un mundo que cada vez se automatiza más. Los algoritmos son mejores que nosotros en las rutinas y en la gestión de imprevistos somos los humanos los que no tenemos competencia, pero claro, tenemos que ser humanos con capacidad de reaccionar.

Javier: Estáis hablando de algoritmos, has hablado de series Marta. a me gustaría recomendar una serie a todos nuestros oyentes que es DEVS. Es una serie yo creo que todo el mundo tendría que ver, está en HBO. Es una serie en la que se habla de algunos conceptos que yo creo que vienen muy al caso en este podcast: hablan del multiverso, poneros un poco son metafísicos, que decía Natalia. Pero sobre todo hablan del determinismo y el determinismo hasta un punto en el que intentan, a través de un algoritmo, definirlo, definirlo y controlar el futuro, que es de lo que lo que va el determinismo. El determinismo lo que dice básicamente, por resumirlo, es que todo lo que vemos es causa de una consecuencia, es consecuencia de una causa, y esa causa se puede analizar y por lo tanto, al analizar la causa se convierte en consecuencia de una causa anterior, de tal manera que puedes ir tanto hacia atrás como hacia adelante en el tiempo, porque si ves un hecho puedes determinar cuál va a ser el movimiento de ese objeto, de ese hecho, teniendo en cuenta cómo ha llegado a ser lo que es. No si me explicado más o menos bien.

Natalia: Es profundo, ¿eh?

Javier: Pero el determinismo básicamente lo que dice y por resumirlo ya en una última frase, es que todo está nunca mejor dicho, determinado hacia el futuro dentro de unos raíles y por lo tanto, aunque crees que estás cambiando, lo único que estás haciendo es continuar con lo que está definido para ti. En realidad cambias. En realidad simplemente estás avanzando porque lo que no hiciste en realidad nunca ocurrió. tomas una decisión de coger el boli azul o el boli rojo, quizás no cojo el boli rojo y crees que has tomado una decisión y has hecho un cambio porque habitualmente solías escribir con boli azul, pero es que en realidad tampoco cogiste nunca el boli azul y por lo tanto no has cambiado nada, simplemente has continuado.

Manu: Dando, dando por hecho que el tiempo es un tema lineal.

Javier: Dando por hecho que efectivamente.

Manu: Que aquí si nos metemos más metafísicos todavía en temas de relatividad cambiaría porque en este momento, en esta dimensión, en este plano, está sucediendo así, pero igual en otra dimensión si el tiempo no es lo que ha pasado ahora, no está directamente vinculado con lo que ha pasado antes, porque pueden haber pasado momentos diferentes...

Javier: Sería lineal, pero el multiverso no tiene porqué no ser lineal.

Manu: Pero sería un universo diferente. Entonces, ¿cada universo tendría su propio determinismo?

Javier: Sí. Claro.

Natalia: Claro.

Marta: En la búsqueda de cuánto de lo que nos sucede es o no previsible, pues tuve, tuve la fortuna de entrevistar a decenas, tal vez cientos, de expertos en big data, físicos, matemáticos... Y este es un campo de la física realmente fascinante, hay mucha gente realmente extraordinaria.

Javier: ¿Qué tal lo he definido?

Marta: Dejemos que la audiencia lo juzgue (risas). Pero DEVS sin duda es una serie ahora muy de actualidad, con esa idea de hasta qué punto, teniendo todos los datos disponibles, si pudiéramos albergar una capacidad de recolectar datos perfecta, podríamos entonces predecir todos los comportamientos. Bueno, pues los muy frikis del Big Data pensarán que sí. Y he conocido a muchos físicos que sostienen que si no anticipamos algo en nuestro sistema de datos es porque no teníamos lo suficiente o no eran o no eran la suficiente buena calidad, porque con los datos pasa como con los churros, que al final depende de cómo le echas, cómo haces la masa, luego el churro te sale mejor o peor, está más ricos.

Javier: ¿Nos podemos quedar con ese titular?

Marta: Por supuesto.

Natalia: Los datos son como los churros.

Marta: El Big Data tiene al final la masa es la clave. No solo es cuánta harina, leche, sino de qué calidad. Es como la masa y cómo está programado el algoritmo. Importante es si hablamos del algoritmo como si fuera una mascota que tenemos en casa. El algoritmo fíjate lo que me ha dicho, mira que anuncio me ha sacado en Instagram, pero no eso lo ha programado alguien y depende de lo hábil que sea, pues estará mejor o peor capacitado para predecir nuestros comportamientos. Pero cuando creíamos tener la ilusión de que vivimos en la década que va a ser marcada por lo previsible, por la capacidad de gestión de datos que haga, que nos anticipe cuál es el producto que más se va a vender este fin de semana, cuántas camisetas rojas de la talla L va a vender una tienda en el barrio de Salamanca con respecto al barrio del Pilar... Todas esas capacidades tan extraordinarias que tiene el Big Data ahora mismo para predecir muchos de nuestros comportamientos de compra, por ejemplo, se van al garete cuando llega algo verdaderamente imprevisible como lo que nos ha pasado con la pandemia. Los algoritmos se volvieron locos. Eran incapaces de predecir si durante el confinamiento a la semana siguiente íbamos a querer hacer pasteles o magdalenas... Se agotaron las bicicletas estáticas, de repente llegaron una serie de comportamientos humanos marcados por lo imprevisible.

Javier: A mi me parece súper previsible.

Marta: Claro, pero al algoritmo no. ¿Qué pasó? Que los grandes retailers tuvieron que dejar de lado la capacidad de cálculo matemático y hablar con los gestores de compras y preguntarles a los humanos y preguntarle a la gente que tenía psicología y que también estaba encerrada en casa, en pijama. Y entonces era mejor un humano capaz de ponerse en la piel de otro porque entendemos lo imprevisible. Pero la máquina que procesa millones de datos de cuántas cervezas se han vendido un 14 de marzo, pues no podía compararlo con la anterior pandemia. Entonces el algoritmo estaba perdido y los grandes retailers tuvieron que delegar más que nunca la intuición, que es algo profundamente humano, de acumulación de conocimientos que tenemos por llevar milenios en el planeta, aprendiendo las cosas que objetivamente te parecen obvias. "¡Pues claro, como no se van a vender las bicicletas estáticas y estamos todos subiéndonos por las paredes!" Pero la máquina, eso no lo sabe porque no siente como la angustia del confinamiento.

Javier: O porque no tiene el dato de la anterior pandemia, porque la siguiente seguro que se lo sabe.

Natalia: Claro, para el siguiente, la siguiente ola ya estamos.

Marta: En segundo de confinamiento a lo mejor nos da por otra cosa. Y eso la máquina no lo va a saber.

Natalia: Puede ser.

Manu: Pero por una cosa importante, que por mucho que se diga la inteligencia artificial no existe. Quiero decir, la inteligencia es algo inherente al ser humano y la inteligencia es lo que te permite discernir. Una cosa es que seas capaz de comparar muchísimos datos, que es lo que hace la llamada inteligencia artificial, y con esos datos te saca previsiones. Pero le falta otra serie de empatía que tiene...

Marta: Totalmente.

Manu: La inteligencia artificial como tal no existe. Intenta emular la inteligencia humana.

Natalia: Por eso es artificial.

Marta: Da lugar a equívoco, porque efectivamente sostengo que hemos sido tremendamente generosos los humanos compartiendo con las máquinas la palabra inteligencia. Hay realmente inteligencia es algo mucho más complejo que poder ganar al campeón de ajedrez, porque a lo mejor ese algoritmo capaz de ganar fácilmente a la persona que mejor juega al ajedrez del mundo, luego no sabe diferenciar un perro de un gato, que es algo que cualquier niño de tres años sabría hacer porque habita en este planeta y tiene cinco sentidos que la máquina todavía no tiene. La inteligencia es algo mucho más complejo y todavía, todavía no es capaz de hacerlo. Pero bueno, hay mucha gente trabajando en esta rama del conocimiento para enseñarle a las máquinas a tener sentido común, que es lo más complejo.

Javier: ¿Eso que acaba de entrar es el sonido del teléfono de Manu?

Natalia: Los móviles en modo avión, por favor.

Manu: Tengo un sonido en modo avión, que tienes una alarma y la alarma si suena.

Natalia: Ah claro, el modo avión no mata alarmas.

Manu: No.

Marta: Ves. El algoritmo tiene mucho que aprender de la vida cotidiana.

Manu: Esto no había pasado nunca.

Javier: Pero es que en realidad... Bueno, te voy a decir para qué quieres el teléfono en modo avión podría estar apagado, pero obviamente lo quieres muchas cosas. Tendría que haber el modo podcast es que es muy raro.

Manu: Está en modo no molestar, y ha decido que me...

Natalia: Que te va a molestar.

Manu: Me va a molestar.

Javier: Bueno, no ha dado pie a poder hablar de él. Dale, Natalia.

Natalia: No, os iba a decir que ya que habéis mencionado lo de la intuición, que es algo, también es algo muy humano y es algo muy, muy yéndonos más atrás del humano, muy animal. Y en el libro de Marta lo imprevisible lo cuenta. Y yo mi experiencia es que no conoce demasiada gente pero luego comentándolo en el podcast, resulta que sí, que es muy mainstream y que en TikTok todo el mundo está hablando de ello y es la rana. Me gustaría que habláramos de la rana.

Javier: Antes de hablar de la rana,(risas). Es que lo de la rana es brutal. Antes dos cosas, uno, lo de El minuto de publi para Marta en serio que no lo vamos a hacer porque es el podcast, es casi branded content.

Natalia: Ya está lo imprevisible. Lo que pasa es que se va a titular el podcast sobre el cambio para no darle tampoco demasiada.

Javier: Bien dicho. Y luego otra cosa, Natalia una cosa ¿has hecho experiencia?

Natalia: He dicho experiencia, sí.

Javier: ¿Has escuchado experiencia Manu?

Manu: Yo creo que ha dicho experiencias, ¿eh?

Javier: Marta, ¿tú de verdad quiere saber lo que es una auténtica experiencia?

Marta: Por favor.

Javier: Mira, una auténtica experiencia es la experiencia inmersiva que provocan los nuevos televisores Philips TV Ambilights, que con su tecnología es capaz de envolver las paredes de nuestra casa de luz color y bueno, se mueven a tiempo real según lo que estemos viendo con su nueva tecnología, como digo, amibights y gracias a sus procesadores OLED.

Natalia: OLED (risas). Todo, todo muy inversivo.

Javier: Oye, que me ahogo diciendo la cuña.

Natalia: No, pues no te ahogues hombre. Rodéate de Ambilights.

Javier: Tendríamos, tendríamos que crear una experiencia inmersiva con los televisores Philips TV ambilights con el podcast se nos tiene que ocurrir.

Natalia: Es un poco difícil porque va a ver el podcast es oír... ¿Cómo se oye el color?

Javier: En función de lo que estemos diciendo, que aparezca una imagen.

Marta: La rana le pasaba la inmersión.

Natalia: Mira, la rana nos va a salvar de este punto. ¿Os cuento lo de la rana?

Javier: Cuéntanos lo de la rana.

Natalia: Venga, os cuento lo de la rana. Dicen que si tú, bueno dicen estará comprobado empíricamente, me imagino. Yo no he metido ranas en ollas hirviendo, pero...

Marta: Ningún animal ha sido dañado para este podcast (risas).

Natalia: Si dejas caer una rana en una olla con agua hirviendo, la rana salta, pero si esa misma rana antula metes en una olla a temperatura ambiente y poquito a poco vas calentando subiendo la temperatura, la rana al final muere, no tiene esa capacidad de reacción porque pierde perspectiva del contexto del entorno que está cambiando a su alrededor y entonces ella va soportando esa temperatura, soportando hasta que pum, palma.

Javier: ¿Qué os parece?

Marta: Es una metáfora del cambio, creo muy, muy profunda, pero también fácil de entender. Y cabe añadir que es que nosotros somos la rana. Esto es realmente inquietante de la historia de la rana (risas). Nosotros somos la rana. El mundo está cambiando a nuestro alrededor. En el caso, por ejemplo, del cambio climático, que tiene también mucho que ver con la proliferación de las pandemias, que es la metáfora que utilizó para explicarme que que cuidado que esto de la pandemia y las pandemias en general lo llevan diciendo los expertos del campo del cambio del campo mucho tiempo en el campo de la epidemiología, pero poco a poco hemos ido deteriorando el ecosistema hasta el punto de no darnos cuenta del peligro que estamos corriendo porque no ha sido de repente. No hemos llegado a este ecosistema de repente, sino que va cambiando. Pero también ese cambio lo vemos con mucho en lo tecnológico y en lo digital.

Manu: Y en lo humano.

Javier: ¿Tú lo habíamos escuchado antes?

Manu: Yo lo había escuchado antes.

Javier: Es que yo, lo de la rana que agradezco mucho, que siempre nos aporta información útil y de valor.

Natalia: Yo, por si acaso alguien.. Yo no lo conocía, ¿eh?

Javier: No puede ser más mainstream que la rana últimamente. Yo no si es porque todo el mundo se ha leído el libro de Marta o al revés. Es que Marta lo vio mainstream, lo metió en el libro, lo coló así para ver si...

Marta: Perdona.. (Risas).

Javier: Pero es que yo lo he visto todas partes ahora, hay vídeos y todo una rana entrando dentro de una.

Natalia: Pero independientemente que sea mainstream y esté en TikTok es algo que viene muy al caso y es un ejemplo muy ilustrativo de que tomemos conciencia un poco de metafísico y profundo que estamos hablando. Oye, esto es real, o sea, nos está pasando a nosotros mismos y es verdad. La pérdida de perspectiva es algo que nos afecta en los procesos de cambio.

Javier: Creo que también pasa con el bogavante, lo digo por si acaso.

Natalia: Sí, claro, pero yo ya te digo, yo no he experimentado.

Marta: Y pasaría con nosotros si nos meten en la bañera con el agua caliente que salimos por patas.

Javier: Y parafraseando a ti, parafraseando a ti, ¿no estamos ya metidos en ello?

Marta: Claro, estamos totalmente dentro de este cambio. Pero hay una buena noticia en la rana, fijaos cómo nos hemos adaptado de una manera resiliente, que también es una palabra muy mainstrem. (Hablan varios a la vez) En este momento, teniendo en cuenta dónde estábamos hace apenas diez años, si es que fue hace diez años cuando se presentó el iPad, que no teníamos tablets, no sabíamos lo que era una tablet.

Javier: Hace 5 años que no existía la comida a domicilio más allá de Telepizza, es muy fuerte, ¿eh? Cinco años ya no es tanto. Ya no tenemos que nos a diez, cinco años que no podías pedir a domicilio si no era casi con el propio restaurante ¿eh?

Marta: Claro. Y la idea de tener el mapa por el que nos movemos en el teléfono o las reservas de los aviones, o salir de casa sin dinero. Que yo llevo muchos meses saliendo de casa....

Javier: Pues sin dinero...

Marta: No, pagándolo todo con el móvil porque habíamos estado no cuantos años oyendo que sí, que íbamos a pagar con el móvil, pero lo de pagar con el móvil era una cosa que no terminábamos de entender. Bueno, la desaparición. Ahora que hablábamos de cómo nos ayuda ver las cosas que desaparecen para ver lo que viene. La desaparición del dinero en efectivo es otro de los grandes cambios que estamos viviendo en esta década, que se está consumando y que hemos naturalizado. Nos hubieran dicho hace apenas una década que no íbamos a necesitar dinero para movernos por la ciudad con total tranquilidad. Y que podíamos lo mismo coger una bici o unos minutos un coche para que nos lleve de un sitio a otro que ni siquiera necesitábamos poseerlo, que sólo podíamos usarlo y no hubiéramos entendido nada si nos hablaran de los servicios de carsharing. Hemos introducido una cantidad de cambios en nuestra vida asociados con la digitalización de los que no somos conscientes y no sólo la gente joven, también la gente más mayor. En eso que es verdad que la pandemia ha servido de acelerador profundo para llevar la digitalización a generaciones que jamás se habían planteado utilizar algunas cosas que eran de los chavales, pero ahora que sí, que son relevantes,.

Javier: Durante los 25 minutos que llevamos de podcast, habéis mencionado algo cercano a esto que voy a meter ahora, ya con el siglo XX siglo XXI, la pandemia COVID, etcétera. Y bueno, pues aprovechando que el C de C celebrado hace poquito, relativamente poco, según cuando escuches este podcast, tengo por aquí un comentario que hacía Genís Roca que decía que el COVID ha sido el empujón que necesitábamos para entrar en el siglo XXI. Porque si no, no lo hubiéramos hecho nunca.

Manu: No puedo estar más en desacuerdo con esa frase.

Natalia: Revélate Manu.

Manu: Me revelo. Es que ahora que parece que el día 1 de enero de 2020 estábamos todavía aquí en la cueva, y realmente el día 1 de enero de 2020 ya el mundo había cambiado tantísimo desde el día 1 de enero del año 2000, cuando estábamos con el efecto 2000 de apagar los ordenadores porque se van a jorobar en el año 2000. O sea, la entrada en el siglo XXI ya existe. Yo creo que ya hablar de entrada en el siglo XXI ya vamos un poquito...

Javier: O sea que crees que Genís Roca lo que estaba buscando era el titular y el tuit y...

Manu: A ver, no me quiero meter con él, pero creo que es una frase que queda muy chula. Queda guau, tal la analizas y luego dices, es mentira. Lo que que ha hecho es acelerar todavía más este cambio, pero es un cambio que ya venía desde desde lejos.

Natalia: Lo que pasa, yo creo Manu, que yo estoy de acuerdo contigo, pero estoy de acuerdo con Genís también.

Manu: Ahora dice Marta otra cosa y de acuerdo con Marta.

Natalia: No, pero ni te explico, te cuento. Creo que ciertas cosas en las que tienes razón y que ya veníamos viviendo ciertos cambios, pero hay otras cosas, como lo que decía Marta del dinero, que a personalmente me toca la patata porque yo estaba deseando ya que se acabara el dinero en efectivo. No podía soportarlo más.

Manu: ¿Por qué os metéis con el dinero en efectivo?

Natalia: Porque yo no llevo dinero suelto nunca, entonces cuando tengo que pagar el autobús.

Marta: A la gente desordenada nos ha hecho mucho bien esto de la digitalización.

Natalia: Yo no puedo pagar con el dinero. Parece un atraso. ¿Por qué? Porque son menos de 5 euros. Bueno, mira, perdona que no sé.

Manu: Cada uno que pague como quiera, creo que hay que detener las opciones.

Natalia: Pues hay ciertas cosas en las que yo creo que sí. El señor Genís Roca que tiene razón y ha tenido que llegar a una pandemia para que digamos ojo, que las moneditas así de mano a mano no son buenas. Paguemos con el móvil.

Marta: Pues no sólo porque coincidí con Genís Roca en el Kursaal, en el C de C, que la verdad fue interesantísimo. Esta y otras muchas reflexiones de las que planteaba, pero creo que tienen mucha razón. Es verdad que la anécdota de si comienza el siglo XXI y dónde, la tendremos que ver con perspectiva. Muchos historiadores sostienen que el siglo XX no empieza en 1900 ni en 1901, sino en el 14 con la Primera Guerra Mundial, que es cuando realmente se produce el cambio de época y mentalidad. En el siglo XXI se venía diciendo que había sido en el 11-S con las Torres Gemelas el acontecimiento. O sea que no es el 1 de enero del año que cambia el siglo cuando cambiamos de época, sino con algo que profundiza ese cambio. Pero claro, cuando decíamos...

Javier: En el año 2020 eso ya está roto, porque cada año podemos cambiar tanto que es una nueva época.

Natalia: Pero eso sólo nos lo enseña la perspectiva histórica y realmente no sabemos hasta qué punto y cómo de profundo va a ser el cambio que nos produzca la pandemia. Lo que que sabemos ya hoy es que hemos acelerado más la digitalización en ocho meses de lo que se pensaba que sería en los próximos diez años, así que ha sido como apretar el acelerador, porque, por ejemplo, en el caso del teletrabajo seguramente sea más paradigmático. España era uno de los países más atrasados de la OCDE en tasas de teletrabajo, menos de un 5 por ciento en España. Y si lo comparamos con la gente en Estocolmo, por ejemplo, roza ya el 40 por ciento antes de la pandemia. La gente que habitualmente no teletrabajar o todos los días, sino que tenía unas empresas que le permitían la flexibilidad de hacerlo con naturalidad un 5 por ciento frente a un 40 por ciento del siglo XXI. Estamos en el año 2020 para ambos países, pero la digitalización había llegado a velocidades diferentes y en países como España, y especialmente porque tiene un tejido de pymes que no pueden costearse la digitalización, a lo mejor a la manera en que las grandes empresas es especialmente representativo. Ha habido muchísimas empresas que han acelerado la digitalización porque no tenían puestos los mimbres para poder teletrabajar y de repente esto que hubiera sido si no en el año 2030, ha tenido que ser o en tres meses que nos hemos apañado como hemos podido.

Javier: Esto que dices me recuerda una conversación que tuve con David Alayón, que también participó en el C de C, que decía que, me decía Javier, si es que el futuro es en el futuro, el futuro ya es el presente, lo que pasa es que el futuro está mal repartido. Entonces, puede ser que otra ciudad efectivamente... Estocolmo ya estaba en el futuro de España. Es lo que está comentando un poquito Marta...

Natalia: Muy metafísico estás hoy, eh? Me has hecho mucho caso.

Javier: Claro. Estoy intentando llevar el podcast, te estoy intentando hacer caso.

Natalia: Oye, ya que hablas del futuro, el presente, porque no hablamos un poco del efecto lindy, que me parece súper interesante.

Javier: Y más con lo que ha dicho Marta cuando cuando mencionó la pandemia, que no sabemos hasta qué punto va a ser significativa o no la pandemia, o hasta qué punto fue significativo o no otro tipo de hechos que han pasado al efecto lindy va un poco por esa línea.

Natalia: Va un poco por ahí sí. El efecto lindy lo que habla es tratar de predecir el futuro, cuánto tiempo van a durar las cosas no perecederas, o sea un tomate más o menos nos dura una semana en la nevera. Según si tengas mejor o peor frigorífico.

Javier: Efectivamente. Podríamos hablar de eso un rato también.

Natalia: El tuyo es mejor seguro, pero hace ruido. (Risas). Pero las cosas no perecederas. Por ejemplo, ahí hay ejemplos, los típicos que se ponen con un libro que se lleva editando 100 años, probablemente se mantenga 100 años más. O en la comparativa entre Beyoncé o los Beatles, pues Beyonce durará menos, puesto que llevan menos tiempo de moda. Es bastante polémica la teoría, pero básicamente lo que viene a decir es que futuro es igual a el pasado, que ha sobrevivido, menos el presente, que se puede desmembrar en cualquier momento y lo que nos queda, es el futuro.

Javier: Pero es que todo lo que lleva mucho tiempo. Hubo un momento en el que llevaba poco.

Natalia: Sí, pero en comparación con otras cosas que llevaban menos, pues al final eso sobrevivió. Yo no voy a defender la teoría del efecto lindy porque no me pasa un poco como lo que decía antes. No si estoy de acuerdo o en desacuerdo, pero es para darle vueltas a la cabeza.

Javier: Yo entiendo que si ahora analizamos cuánto de repercusión ha tenido Michael Jackson en los últimos años, en función de cuántos años lleva teniendo repercusión, pues el algoritmo te dice que...

Natalia: Va a tener más éxito que Bisbal.

Javier: Efectivamente, que dentro de 100 años Michael Jackson seguirá vivo y Bisbal no seguirá vivo. Vale. Pero es que en el año 1980 Michael Jackson estaba empezando. Entonces, si le hubieses preguntado el efecto lindy te hubiese dicho que Maikel Jackson llegaba a ningún sitio. No sé, es un poco raro.

Marta: Ahí está la clave de tener la suficiente perspectiva. Pero que podemos a lo mejor afirmar, sin lugar a mucho equívoco, que Beethoven tiene más futuro que el último hit reguetón, que por más que lo pete ahora en la última red social, hay algo que hace que las obras maestras que tan bien en un campo en el que se está invirtiendo mucha inteligencia artificial para ver hasta qué punto son previsibles o no los grandes hits. Las obras maestras nos tocan, por decirlo en el lenguaje técnico, la patada ¿vale? Y hay algo que hace que, volviendo al origen, a la pregunta que le hacías al principio de todo, lo que no cambia que son las emociones, aquello que consigue conectar con las emociones, las grandes obras maestras lo son porque son universales, no solo geográficamente, también atemporales. Una tragedia escrita por Shakespeare sigue funcionando porque en realidad no está hablándonos de Enrique Octavo, nos está hablando de la ambición y la ambición seguirá existiendo. No sabemos en qué formato ni con qué plataforma en el año 2050. Entonces, cuando se conecta con lo universal, eso permanece. Y hay algo profundamente imprevisible, que es lo que lo hace fascinante, porque si no sería tan sencillo como tener un buen programa de software con muchos datos para saber cómo componer una canción del verano. Se intenta con los bestsellers y a veces se da en el clavo porque los best sellers tienen algo de previsible. Sabemos lo que está funcionando en el mercado. También Netflix, Amazon lo están haciendo con las series. Se llevan los años 80. Vamos a poner un poco de misterio, un poco de radiocasette y luego tienes 80 series que son todas iguales, porque eso está funcionando. Es verdad que hay un componente del éxito previsible, pero es mucho más perecedero ese éxito es como el fast food de consumo cultural, no conecta con lo universal.

Javier: ¿No creéis que está bien por la cantidad de oferta que hay?

Manu: Totalmente. Justo y va a ir por ahí. Creo que...

Natalia: Saturación.

Manu: Por más saturación y que también. No digo que esto puede frenar un poco mal.

Javier: A ver, cuidado que el podcast se edita, a ver si la vas a liar.

Manu: Las obras de Beethoven, obviamente, son una obra maestra. Creo que no hay lugar a duda. La cuestión es si un compositor, con la cantidad de competencia que hay, compusiese esas mismas obras, ¿tendrían la misma duración y tendría el mismo impacto? Yo creo personalmente que no, porque, es mucho más difícil que se ponga el foco ahí y creo que ahí también influye mucho cuando... Ya no podemos eliminar el contexto a la hora de una obra, la obra tiene su contexto. Entonces, bueno.

Marta: Sí, lo bueno y lo malo cambia según las épocas. En el caso, por ejemplo, de la política es muy claro. Siempre cuando se escucha una sesión de control del Congreso de los Diputados, que es algo que si no tenéis que hacer por trabajo, tampoco recomiendo mucho.

Natalia: Apasionante.

Javier: ¿Tú tienes que escuchar...?

Marta: A me toca. Bueno, no tengo que, pero teniendo en cuenta que escribo de ello, lo lógico es...

Javier: Obvio.

Natalia: Ponerte un poco al día. (Risas)

Marta: Pero como... A ver el mundo tertuliano, a veces hasta se documenta, te lo digo como exclusiva.

Javier: Nosotros nos tenemos que ver las bobinas del C de C, de Cannes, del Sol es otro tipo de...Eso te lo recomiendo que lo hagas.

Marta: Pues una, una cosa que se suele decir siempre es claro. Los políticos de ahora no hablan como los de antes. Es como comparar un tuit de Rufián con un discurso de Castelar. Y la reflexión también que se puede hacer es la contraria de ¿si nos soltarán un discurso de Castelar, ahora le prestaremos alguna atención? Nuestra atención también ha cambiado. Pero una cosa es el consumo rápido de mensajes y cómo nuestra atención se fragmenta nos vuelve mucho más previsibles a los estímulos y a las notificaciones de los algoritmos. Y otra cosa es la obra de arte. Ahí que hay un componente universal. Pero con esto de la saturación os quería contar una cosa. A lo mejor la conocéis. Es la paradoja de la mermelada. Es un experimento que se hizo hace 25 años, antes de antes del WhatsApp, antes de Netflix, antes de que llegáramos a casa al sofá y no supiéramos que ver, porque tenemos no cientos y miles, decenas de miles de horas de entretenimiento disponible en streaming. A ver, al entrar en el supermercado que era más probable que la gente comprara, se puso un expositor con 24. Creo que eran dos docenas de diferentes sabores de mermelada y otro que sólo tenía 6. Y el estudio demostró que había mucha más gente que se paraba. El 60 por ciento de la gente se paraba en el expositor con más opciones, era abrumadora la diferencia. Preferimos o somos adictos a tener opciones. Pero luego la segunda parte del experimento demostró que en realidad el expositor que más vendía era el que menos mermeladas ofrecía. Porque aunque somos adictos a tener muchas opciones y esto es algo que entronca profundamente con el mundo conectado y el streaming, en realidad queremos tener opciones, pero luego nos bloquea el exceso de oferta y preferimos que nos lo den sencillito. Y ahí es cuando el algoritmo del que siempre hablamos, a lo mejor para demonizarlo cumple una misión fundamental que es hacernos hacer de filtro, conocernos mejor para darnos un poco mascadito, lo que a lo mejor nos puede gustar, siempre sabiendo que el algoritmo en realidad no está trabajando para nosotros, aunque nos hayan creado esa ilusión. Está trabajando para la empresa que lo ha programado y nos va a ofrecer el artículo que más dinero le va a hacer ganar a esa empresa que nos va a hacer pasar necesariamente mejor rato del día.

Javier: Pero, ¿eso tiene que ver con que los resultados de búsqueda de Amazon no sean tan cortos y no te deje ver mil productos en una sola página y sea siempre tan difícil navegar por el resultado. búsqueda?

Manu: Y la mejor opción.

Javier: Claro, te pone tres opciones Amazon Choise. Y ya que como que tienes que elegir eso, a me pasó alguna vez decir ¿y si me quiero tirar una hora buscando producto? Me parece súper difícil.

Marta: Porque es mucho más probable que compres si haces eso. La idea de que lo que está en la segunda página de Google no existe.

Javier: Ahora lo que se dice es que si no estás en Reason Why, pues no importas dentro del sector.

Natalia: No eres nadie.

Marta: Y si no has leído Lo imprevisible y te sabes lo de la rama, perdóname. ¿De qué estamos hablando? (Risas).

Javier: Efectivamente. Eso se dice mucho. Siguiendo con el tema del cambio. Natalia, ¿por qué duelen los cambios?

Natalia: Uy, ¿por qué duelen los cambios? Bueno, a ver no a todo el mundo le duelen. Hay tipos y tipos de personas, de dolor también.

Manu: De cambios.

Natalia: De todo de todo (risas). No, pero bueno. El pequeño libro de los grandes cambios es un librito que recomiendo, yo creo que en algún podcast he hablado de él. Dice que el cambio no se puede producir nunca de una forma indolora, sin provocar un poco ese dolor, porque todo cambio requiere movimiento. El movimiento provoca una fricción y esa fricción causa un dolor y además, nuestro cerebro. Los cambios radicales o los cambios repentinos los clasifica como un peligro. Entonces, innatamente tendemos a rechazarlos. Entonces, el cambio al ser humano, por norma general, como no le gusta esto de la zona de confort, de quedarnos ahí tranquilitos y de no implementar cambios o mejoras o hacer las cosas diferentes como que no nos gusta.

Javier: Pero si lo hacemos poco a poco. Puede ser que no se sienta y por lo tanto zambullirnos el cambio sin dolor como una rama.

Natalia: Como la rana.

Javier: Está todo relacionado, está todo relacionado.

Marta: Sí, hay un componente que entra dentro de lo que nos diferencia con mucho de los robots y lo que hace que difícilmente podamos imaginar, más allá de la ciencia ficción, los escenarios en los que los robots nos controlen o nos dominen. Otra cosa es que se nos desmadran, que eso puede ser. Es la ambición, las máquinas no tienen ambición, no desean cosas, no quieren el poder, no tienen, no quieren dejar un mejor planeta para sus hijos porque no tienen. Y sin embargo, los humanos, si no ha habido ningún momento a lo largo de la historia de la humanidad en la que esté documentado que la gente que viviera en ella dijera pues ya está. Esto era todo esto, ya tengo todo lo que necesito.

Natalia: Pues ya estaría.

Marta: Qué tranquilo está todo, que bien. No, en absoluto. Todas las épocas tienen sus crisis y cuando resolvemos un problema y tenemos las comodidades, por ejemplo en el hogar, que es una de las grandes revoluciones del siglo XX, los electrodomésticos, bromeábamos antes con el frigorífico. Pero fijaos en el cambio que supuso en la vida cotidiana, la revolución en el hogar. Pues no, no, en el siglo XXI no dijimos bueno, pues muy bien, lo del hogar ya lo resolvimos en el XX, vamos con otra cosa. No. Seguimos queriendo aumentar el confort y las cosas siempre porque somos profundamente vagos, que es otra cosa que las máquinas no se pueden permitir. Reducimos al mínimo el esfuerzo siempre que podamos por una cuestión evolutiva. Cuanta más energía podamos ahorrar, mejor. Entonces, como somos vagos y ambiciosos, el mundo nunca nos convence del todo.

Javier: La gente está escuchando. Vamos a seguir con el cambio, pero la gente está escuchando que hacéis gracias del frigorífico, pero no han estado con nosotros en el prepodcast.

Natalia: No han estado. Pero de tu frigorífico hemos hablado ya en algún podcast. A lo mejor también.

Javier: A ver, yo os aclaro rápidamente para que esto quede para despejar todo tipo de dudas en torno al frigorífico. Es que me he comprado frigorífico hace no mucho y un tope de gama para que cuando te lo compras dices voy a hacer una foto.

Marta: Ya, ya tengo lo que necesitaba la historia de la evolución de la humanidad.

Javier: El hecho que te despiertas y dices voy a ir al frigorífico a aunque no tenga hambre sólo para el momento.

Natalia: Vivir la experiencia.

Javier: Efectivamente, pues mira, esto lo podríamos haber dicho para introducir a Philips antes. Esto es brutal, es doble puerta puerta francesa, tal innovación brutal y lo mejor que tiene mi frigorífico es que silencioso vale tope de gama silencioso dentro de las gamas de los silenciosos, de los más silenciosos.

Marta: ¿Pero cómo de silencioso realmente?

Javier: Pues a lo mejor tiene treinta y muchos, pero por debajo de 40, que es lo que significa silencioso. Y el problema que tiene, efectivamente Marta es que siempre es silencioso, es decir, que siempre hay un mínimo de ruido constante. Entonces estoy tan agobiado que lo voy a devolver porque hay un zumbidito así como (hace ruido). (Risas) No es así.

Natalia: Esto es ASMR.

Javier: Claro, pero es así, solo constante todo el día 24 horas. Entonces estoy deseando comprarme eso de los malos de los 180 euros, así y que suene mucho, pero pocas veces estoy en ese punto. No tiene nada que ver con el cambio, pero bueno, me he cambiado de frigorífico.

Natalia: Si eso es un cambio.

Manu: Y te va a tocar volverte a cambiar.

Natalia: Otra vez el recambio.

Manu: Moraleja cómo lo llamamos esto, el cambio no es un, no es una cosa que hablas tocando. En cambio, el cambio es una constante yo creo, siempre está en proceso, siempre se está cambiando.

Natalia: Uy, Manu se está poniendo Heráclito.

Javier: Nunca hubiera pensado yo que mi frigorífico hubiera dado paso a Heráclito.

Manu: Porque era imprevisible. Bueno, ya basta. (Risas).

Marta: Luego, echamos cuentas.

Javier: Una cosa Manu esto de cambiar y descambiar.

Natalia: vas a descambiar la nevera.

Javier: Claro, yo se que a Manu esto le hierve la sangre, le pone el pelo largo.

Marta: Ay, a mi me encanta.

Javier: A ver Manu.

Manu: Cuando te dicen voy al Zara a descambiar esta camiseta....

Marta: Descambiar soy profundamente reivindicadora de descambiar por llevarte a la contraria Manu.

Manu: Por llevarme la contraria.

Marta: Por la cara que me estás mirando es por ahí no paso, ¿eh.

Manu: Del buen uso del descambiar. O sea que te compras una camiseta, la cambias y luego vuelves a Zara a decirle no, no, que sí, que la quería, porque eso sería descambiar.

Marta: No, ¿sabes qué pasa? Hay un componente profundamente humano también, que es el emocional, y descambiar es una palabra que usaba mucho mi abuela. Es una palabra de mi abuela como cocreta, ¿no? Descambiar y descambiar está en el diccionario de la RAE, porque esta discusión yo la he tenido más veces y reivindicando la memoria de mi abuela...

Javier: ¿Has llegado a tirar algo a la pared? Reivindicándola.

Marta: No, pero y como justificación a la palabra descambiar, tengo un argumento en realidad antes cambiaste la prenda que ibas a una tienda de ropa por dinero. Entonces la segunda vez que la cambias porque ahora cambias otra vez...

Natalia: Oh, la intercambiaste.

Marta: No, cambiaste una cosa por dinero y ahora descambias aquello y tienes tu dinero de vuelta.

Natalia: Tiene sentido Manu, ¿qué tienes que decir a esto?

Manu: Que aceptamos pulpo como animal de compañía. Y mencionas a la RAE, la RAE recuerda que fueron los que quitaron la tilde de solo.

Marta: Yo es que estoy muy en el futuro y por tanto solo siempre sin tilde. Ponerle tilde a solo...

Natalia: Marta que me vas a caer mal, ¿eh?

Marta: Que no, que no, que esto es como lo de la nostalgia, es como ponerle tilde a fue, que es una cosa muy del siglo XX, pues ponerle tilde a solo es de 2004.

Natalia: Eso son el tipo de cambios con los que yo no, ahí la fricción, a me puede causar dolor guion. O sea guion sin tilde, por Dios de mi alma.

Marta: Yo creo que eso es solo una manera de aferrarse a "yo fui a EGB". ¿Sabes? Ese rollo, yo estudié..

Natalia: Yo gramática.

Marta: Yo aprobé aquel examen de nueve a aquellos que se les olvidó poner la tilde, merecen mi desprecio (Hablan todos a la vez).

Javier: Se me está revolucionando el gallinero aquí.

Manu: Es la resistencia al cambio. Ya yo he llegado a poner esto es verídico, totalmente llegado a poner en un mail. Aquí te mando el guión, ponerlo con tilde y poner entre paréntesis, coma que se escribe a un cliente, que la RAE dice de que sin tilde, pero yo no lo puedo creer sin tilde para que no parezca que estoy haciendo una falta de ortografía. Esto es resistencia al cambio.

Natalia: Pues muy bien hecho.

Manu: Por hilarlo.

Javier: El hilador te voy a llamar a partir de ahora que me quitas el cargo, pero....

Speaker Oye, hemos menciona Heráclito, no que vas a decir, pero nos hemos quedado ahí, que a lo mejor la gente no sabe quién es Heráclito.

Marta: Frigorífico...

Manu: De Heráclito hemos ido a las cocretas.

Natalia: Y a las tildes.

Javier: No, es que haya una nueva sección que presentamos en el podcast, que es algo que quieres proponer, algo muy concreto para mejorar el mundo o algo que crees que deberíamos quitar también como muy concreto y que una vez que ocurra, creemos que mejoraría mucho el mundo y todo sería mucho más fácil. Entonces me lo estáis poniendo un poco a huevo. Yo quería hacer mi primera aportación, que la verdad es que no lo iba a hacer yo, pero es que me habéis puesto muy, muy ahí, que es ponerle tilde a incluido, creo que eso mejoraría el planeta. No, no lleva tilde ni nada, ni tiene por qué.

Natalia: ¿No lleva tilde? Me has hecho dudar.

Javier: Yo creo que debía llevarla.

Natalia: Claro, es que siempre yo creo.

Marta: ¿Esta sección es de cosas que pondrías al mundo o que quitarías?

Javier: Las dos valen.

Natalia: Para hacer el mundo mejor.

Marta: Para hacer el mundo mejor, ¿no podemos pedir la vacuna del Coronavirus? Si no la tilde para incluido.

Javier: No, hombre no, cosas muy concretas.

Marta: Tengo muy claro que es lo que si tuviera la varita mágica de erradicar que habría que eliminar de la faz de la tierra que son las frutas de plástico.

Javier: Ostia, tienes toda la razón.

Marta: Por favor. ¡Qué planeta es este!

Javier: No,completamente de acuerdo contigo.

Natalia: Pero hay gente que le gusta.

Javier: ¿A quién le gustan los frutos de plástico?

Marta: Sí, también a mi no me gusta la tilde de solo y mira como me habéis mirado (risas).

Javier: Bueno, esa es nuestra nueva sección. Ya tenemos un par de propuestas.

Natalia: Pensaré en ello, ¿eh? Porque yo ahora mismo me pilla un poco ahí, ¿eh?

Javier: Tenemos un par de propuestas, una de ellas muy buena, la de incluido, y luego tenemos otra propuesta. (Risas) Bueno, vamos con Heráclito y luego le vamos a preguntar a Marta que ha soñado.

Natalia: Vale, jo pero ahora qué aburrido, ¿no? Después de hablar de cosas tan divertidas, heráclito como otra vez volver al 80.

Javier: Bueno, es que la gente tiene que conocer a Heráclito de Éfeso.

Natalia: Heráclito de Éfeso, el filósofo griego, para los que no la conozcan, es el filósofo del cambio, ya que estamos hablando de cambio.

Javier: ¿De qué época es más o menos?

Natalia: Presocrático (Risas) Sí, que me lo estudiado.

Javier: Quinientos antes de Cristo.

Natalia: Todo cambia, nada permanece. Todo fluye y todo está en constante cambio. Y la maravillosa, el maravilloso ejemplo de del río, decía que como nada dura eternamente y todo está en movimiento. No vamos a poder nunca descender dos veces por el mismo río, porque ni el río ni nosotros seremos los mismos la segunda vez que lo hagamos, todo cambia constantemente.

Javier: Brutal, ¿eh?

Natalia: Brutal.

Javier: Qué razón tiene.

Natalia: Si lo piensas tiene muchísima razón.

Marta: Eso pasa mucho con las películas, ¿no? Una película que te ha gustado mucho, mucho, mucho hace años vuelves a ella y no eres la misma persona y la película de repente...

Natalia: Sí, parece otra.

Marta: No es la misma que recordabas.

Natalia: Que te empeñas en que te guste, pero no. (Risas).

Javier: Efectivamente. Eso pasa también con los restaurantes. Cuando te dicen cuál es el mejor restaurante que puedo ir o el que mejor es el mejor restante en el que has estado. Es que depende de muchísimas cosas.

Marta: Entre otras cosas del cocinero.

Javier: Del cocinero de ese día, de tu estado de ánimo...

Natalia: De tu compañía.

Manu: De tu compañía, de mil cosas.

Natalia: total.

Manu: Hasta el tiempo que hacía ese día, si llega a hacer algo de frío...

Marta: Ves tener todos los datos de lo que pasaba aquel día. Es muy...

Javier: Que digo yo que Heráclito cuando cuando pronunció este teorema no....

Natalia: Le llevó tiempo hacerlo, ¿eh?

Javier: Que quién le iba a decir a él, que 2500 años después está ahí, estaríamos nosotros hablando de ello, poniendo ejemplos de restaurantes y de películas. Que poco metafísico.

Natalia: No, pero te digo, el feng shui, que a lo mejor que es algo que nos suena un poco más que Heráclito, es precisamente la filosofía de Heráclito, esa resiliencia y ese okey pues fluyamos y todo cambia, y yo me adapto y ya está ahí.

Marta: Pero en realidad ahí lo que permanece es esa sensación. O sea que no hemos cambiado tanto desde Heráclito para que la manera en la que él describía cómo vivimos el mundo, todavía tenga sentido tanto tiempo después, en una época en la que los retos y los problemas son diametralmente diferentes, pero permanece al final los humanos nos entendemos, podríamos empatizar con el Heráclito de hace 2500 años, y eso quiere decir que no somos tan diferentes en el fondo, ¿no?

Natalia: No hemos cambiado tanto-.

Marta: Porque la esencia humana es lo que permanece y al final es la inteligencia. Es que vuelvo un poco a...

Javier: Oye, estamos a punto de ser prólogo del libro de Vips. Así que cuidado. (Risas).

Natalia: Pobre Manu.

Marta: Ojo, no, porque en la esencia no todo es bueno cuando hablamos de...

Manu: Del Vips. (Risas y hablan todos a la vez).

Marta: No si sigue habiendo libros en el Vips.

Natalia: No, cerraron la tienda ya, eso cambió.

Javier: A veces me pasa que hago este tipo de comentarios y luego en el podcast siguientes, dentro de uno o dos llega alguien del Vips que me trae Natalia y digo yo dios mío Natalia, como haya escuchado el podcast...

Marta: No, pero en la esencia para que no parezca que nos ponemos así, trascendentes, aspiracionales y tal. En realidad, la esencia del ser humano, hay cosas buenas, pero luego hay otras realmente deplorables que también permanecen. Yo le dedico un capítulo entero a la estupidez, porque creo que es fundamental para entender por qué las máquinas no pueden entender del todo los humanos, porque hacemos cosas que no tienen ningún sentido.

Javier: Pero eso es muy fácil. Algorítmicamente es muy fácil eso haz exactamente lo contrario que el algoritmo. Entonces el algoritmo saca la solución...

Natalia: Uff pero ser estúpido no es solo lo contrario.

Marta: Ser estúpido es ir incluso en contra de tus propios intereses. coges un ñu, en medio de la Sabana y no es tan tonto como alguien con el que se quiere hacer un selfie al lado del león. El ñu nunca se haría el selfie porque son las cosas de la vida de los humanos.

Natalia: Os digo una cosa para no ser estúpidos hay que estudiar un poco y hay que formarse y hay que aprender a razonar.

Javier: Tienes razón.

Natalia: El saber nunca ocupa lugar.

Javier: Efectivamente. Y ¿qué le recomendamos a nuestro público, a nuestra audiencia si quiere saber y que no le ocupa lugar?

Natalia: Pues nuestra recomendación es que lo hagas en ESIC Business School, que precisamente en relación a muchos de los temas que estamos hablando, tienen bastantes masters y posgrados. Tienen uno de tecnología concretamente, que Marta no para hablar de los datos, los algoritmos, probablemente ahí aprendas sobre ello.

Javier: ¿Y no tienen ninguno sobre cambio? O sea un máster de cambio.

Natalia: Un máster de cambio no, pero se lo podemos plantear, oye.

Manu: Pero es al revés. Con tanto cambio creo que el estar constantemente formándose y el estar constantemente a la última es más necesario que nunca. Y esto ya no ya no por publicidad, que también.

Natalia: No, no, tienes toda la razón.

Manu: Es una consecuencia del cambio. Y por llevarlo también un poco también...

Javier: Oye Marta, ¿qué has soñado hoy?

Marta: Pues mira, he soñado muchísimo, muchísimo. Yo madrugo mucho, porque por las mañanas también os hago madrugar a todos los que escucha el programa de Alsina y os pregunto capitales, pero, pero he soñado muchísimo. Y fíjate que tenía deberes acordarme de lo que he soñado y soy incapaz de recordarlo. Pero el soñar intensamente es algo que está estudiado, ha sido muy habitual durante el confinamiento y no si es porque ahora volvemos otra vez a estar inundados de noticias del Coronavirus. El inconsciente también busca su escapatoria y hay una profesora de Harvard fascinante que estuvo estudiando, pidió a todo el mundo que estuviera soñando cosas durante el Coronavirus que le enviaran sus sueños y dice que es la primera vez en la historia de la humanidad. Ella, que ha estudiado los sueños a lo largo de la historia en grandes momentos de crisis como la Segunda Guerra Mundial o el 11-S, en momentos realmente de shock, en el que los mismos sueños se iban repitiendo en diferentes lugares del mundo, que no tenían nada que ver porque nunca habíamos vivido una situación en el que más de 1000 millones de personas se tuvieran que confinar a la vez. Y entre los sueños recurrentes....

Javier: Claro, el contexto se hace muy global.

Marta: Claro, el contexto social global y el encierro también lo era un encierro con wifi, que también era novedoso, y la idea de los monstruos y los insectos como metáfora del virus, pues fueron una constante. Y yo es verdad que esos sueños de los monstruos los he tenido, pero no como angustia, a me angustia eran los deadline, la angustia de tener que terminar de escribir algo. Ese que es mi mayor monstruo medio.

Javier: Medio me ha respondido más bien tirando a no, aunque más contra algo muy interesante. Entonces, para cubrirse las espaldas te cuento yo sueño que he tenido.

Marta: Por favor.

Javier: Me he levantado a las tres de la mañana, que no si era un sueño o un delirio.

Marta: A la nevera (risas).

Javier: No, no. Pero podría haber sido. A borrar un email que había enviado que nunca había llegado a escribir.

Marta: Guau.

Javier: Estaba soñando, acordaros que tenía 38.6 de fiebre, imaginaros el momento de mi cabeza dando vueltas al mismo sueño. Pues yo estaba soñando, me he acostado justo leyendo un comentario en LinkedIn, un tema, un profesional de la industria que hacía un comentario me ponía a darle vueltas y digo qué razón tiene. Me he puesto a soñar sobre su comentario, sobre cómo nosotros tendríamos que introducir eso en nuestra, en nuestro proceso editorial. Entonces me he puesto a soñar con que enviaba un email a redacción y pum, pum, pum, pum, pum, pum. Y diciendo madre mía, lo he hecho fatal, lo he hecho por la noche. Seguro que no... Bueno, tanto es así que tan mal estaba, que me he levantado a las tres de la mañana para intentar borrar -que no se puede borrar un email-, para intentar borrar un email para que no lo hicieran hoy por la mañana, porque creía que no estaba bien hecho. Y para cuando me meto en mi mail y literal que me he levantado, me he metido en el email y digo pero primero, ¿cómo voy a borrar un email?, y segundo, ¿cómo voy a borrar un email que no he enviado? Que loco, ¿eh?

Natalia: A eso me ha pasado alguna vez también de soñar que he enviado un email o una slack y luego al día siguiente: "oye, no has hecho tal". ¿El qué? Si no me has dicho que haga nada. Y es que lo había soñado, que le había pedido a la persona que hiciera algo. (Risas) Muy crazy. Me pasó una vez, una vez.

Manu: Total, creo que nunca he contado aquí mi sueño, pero que esta mañana me he acordado y era un sueño muy basquito y muy estúpido, incluso. Hablabas de de la estupidez. He soñado que va un poco también con esto de la nueva economía y el cambio, que era como si fuese como un raider de algunas de Glovo, algo de esto. Yo iba con mi bici por Madrid, pero estaba tan, tan, tan feliz, dando vueltas con mi bici, entregando cosas. O sea, os lo juro, no era un sueño agobiante o pesadilla o tal.

Marta: Necesitabas el mundo exterior claramente.

Javier: Has soñado con que eras raider de Globo.

Marta: Y era feliz.

Javier: Se iba repartiendo paquetes que volaban, "toma".

Manu: Y era súper feliz. Si, no, realmente era como que tenía un punto, y aquí me un poco más. Tenía un punto casi de videojuego. Yo iba aquí con tal. A lo mejor no tenía que entregar el paquete físico. Como un videojuego, te acercas y allí ya el paquete se ha entregado.

Javier: Oye Manu, ¿nos podríamos hacerce raiders como experimento social a ver qué tal tal es?

Manu: Podríamos.

Javier: Podríamos hacerlo. A lo mejor te invito a hacerlo, no es broma, ¿eh?

Manu: En vez del gym, vas con tu bici y tal.

Javier: Pues sí, podríamos hacerlo.

Natalia: Pues sí. Lo que pasa es que ahora estamos entrando ya en el invierno un poco duro.

Javier: Pues más, más razón para hacer experimento social.

Natalia: Os comprometéis, ¿no?

Javier: Pues a no me importaría. ¿Se puede ser Raider fin de semana porque tampoco...?

Manu: Sí, realmente.

Marta: ¿Sabéis que es una de las profesiones que se está robotizado?

Javier: ¿El Raider?

Marta: Porque tienen mucho de rutina. En realidad.

Javier: Claro. Es que todo lo que no se puede....

Marta: Todo lo que es una rutina, tarde o temprano se automatizará. Y ya hay ciudades, en España no he visto que todavía haya ninguna iniciativa, pero a Europa ya ha llegado en Reino Unido y en Estados Unidos cada vez más. Vehículos autónomos que son mini, mini robots que van repartiendo la comida a domicilio porque simplemente desde el móvil el restaurante puede pedir que vaya el carrito con el código, lo metes dentro y eso es un carrito autónomo que va por la acera. Es menos inquietante que un coche autónomo. Y entonces que se han tenido los permisos para circular. Entonces, en el fondo también tiene mucho de rutina, salvo que aparezca un perro o un niño con un palo. Y entonces tiene que aparecer el del videojuego, que decías Manu que es el que se encarga de gestionar las imprevisibles. Al final, al final de la cadena del robot, siempre hay un humano gestionando siempre los imprevistos.

Manu: En Black Mirror hay un capítulo que empieza con un crimen, si no me equivoco, que lo descubren por la cámara de uno de estos entregadores de comida.

Javier: Ahora que han mencionado, lo de lo de los repartidores y lo automatizado, yo recuerdo en la universidad, en una ocasión nos preguntaron cómo veíamos el futuro y yo no he acertado ni por asomo y me he acordado de lo que yo dije y yo proponía ciudades con tubos como los de los supermercados cuando meten el dinero que sube para arriba nunca sabes dónde va y fú. Va a algún sitio que te imaginas que llega en un microsegundo y ya está ahí, en la súper caja del supermercado.

Natalia: ¿Yo el futuro sabes cómo me lo imaginé?

Javier: Que cogías un paquete y se iba directo a la otra punta de Madrid.

Marta: Eso lo imaginaba Julio Verne en el siglo XIX también. Así los periódicos del futuro.

Javier: ¿Iba así por tubos?

Marta: Sí. Era una conexión. En el fondo era una banda ancha decimonónica.

Natalia: Yo me imaginé, no sé, creo que me lo pidieron también en la universidad.

Javier: Igual fue en la misma clase.

Natalia: Igual fue en la misma clase del mismo profesor, no lo sé. Una vitrocerámica que se limpiaba sola, con unos limpiaparabrisas de coche que salían fiii, iban arrastrando toda la mierda, luego, la iban escondiendo, y eso no se ha cumplido, está todavía por inventar.

Marta: En el fondo era la gestión de una ambición de pereza que era, por Dios, no limpiar la vitrocerámica. Cuántas cosas hemos inventado por pereza nosotros.

Javier: El limpiaparabrisas de Natalia, si hubiera sido en los espejos retrovisores, hubiera funcionado de maravilla, ¿eh?

Natalia: Ostras, eso es un invento que yo no como todavía no ha llegado. Cuando llueve por el retrovisor no ves una mierda.

Javier: Pero tendría que ser doble también en los tuyos, en las propias ventanillas un poquito, porque si no...

Natalia: Sí. En todo el coche en general, ¿por qué sólo delante y detrás?

Marta: No, hombre. Pero ya limpias para retrovisores.

Natalia: Ah, ¿sí? Dime de que marca, yo no lo conozco.

Javier: Marta, estás muy en el futuro, estás muy en el futuro.

Natalia: Sí. Demasiado. Yo eso no lo he visto, ¿eh?

Javier: Oye, lo vamos a tener que dejar aquí.

Natalia: Ay no.

Javier: Que llevamos una hora de podcast. Sí, sí, espero que lo hayáis pasado bien. Marta, ¿qué tal? ¿Te lo has pasado bien?

Marta: Me lo he pasado fenomenal.

Javier: ¿Tú crees que ha sido algo útil? ¿Poco?

Marta: Muchísimo. Sí, desde luego que sí.

Javier: Y¿hemos hablado de cambio Natalia?

Natalia: Claro que sí.

Javier: Vale. Pues entonces hemos cumplido más o menos nuestras premisas. Nos vemos en el siguiente podcast. Lo dicho, muchas gracias, adiós.

Una reflexión sobre el Cambio

El mundo cambia a nuestro alrededor y lo hace muy rápidamente, sin que seamos casi conscientes de ello. Como la rana en la olla, que se calienta poco a poco mientras el animal permanece impasible al incremento de la temperatura, hasta que ya no tiene escapatoria.
En apenas 10 años hemos pasado de no tener internet en el teléfono a estar permanentemente conectados y disponibles para cualquiera. Y es que los móviles nos han vuelto mucho más previsibles, "porque vamos dejando un rastro de datos que nos hace analizables en nuestro comportamiento más cotidiano", explica Marta García Aller, Periodista y Autora de “Lo imprevisible” en este nuevo Episodio de 80/20.

Pero, a pesar de que cada vez con más precisión las máquinas predicen nuestros comportamientos, la intuición es algo que no nos podrán quitar, añade García Aller, porque “todo aquello que no sea posible prever, por más datos que tengamos, es lo que permanecerá inmutable en un mundo en el que el big data y la inteligencia artificial están volviendo cada vez más cosas previsibles”.

Sin embargo, tal y como afirma Jeff Bezos, más que hablar e indagar sobre el cambio, debemos preguntarnos por lo que permanecerá inmutable a lo largo de los años para desarrollar estrategias a largo plazo y sobreponernos a las consecuencias porque, en un mundo que cambia tan rápido, necesitamos palancas a las que agarrarnos para poder adaptarnos a ese cambio.

En este episodio reflexionamos sobre lo que cambiará y lo que no:

¿Perderemos la habilidad de gestionar imprevistos por depender tanto de algoritmos?
¿Hasta qué punto con todos los datos disponibles podremos predecirlo todo?
¿Estamos perdiendo la paciencia?