Sobre el diseño especulativo y el cuestionamiento del presente: el futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos hacer

  • El Diseño Especulativo imagina posibles escenarios futuros, desafiando normativas actuales
  • El arte contemporáneo impulsa la reflexión crítica y promueve futuros más conscientes

El futuro, como algo desconocido que aún no ha llegado, suele causar inquietud, pero precisamente en ese territorio del desconcierto es donde se halla cómodo cualquier proceso de innovación disruptiva. Como bien sugería el historiador español Antonio Rodríguez de las Heras -quien aportó una mirada sabia y reflexiva sobre el frenético mundo de las nuevas tecnologías- planificar el futuro nos permite cuestionar el presente y considerar alternativas.

Ni todos los futuros están destinados al desastre, como nos han hecho creer las historias de ciencia ficción en la literatura y el cine, ni todos los futuros son escenarios ideales donde la tecnología es la respuesta a todos nuestros problemas. Es precisamente en ese intersticio donde el Diseño Especulativo revela su verdadero valor, ofreciendo una crítica incisiva al funcionamiento de nuestro presente.
Nuestras crisis han propiciado una transformación significativa que deja tres elementos imprescindibles a saber gestionar: complejidad, caos y contradicción. Y es aquí donde las empresas empiezan a introducir y apostar por reflexiones ligadas al Diseño Especulativo y empezar así a activar nuevas miradas y formas de narrar, donde poner en práctica la creatividad y la imaginación como elementos clave.

Al igual que nuestra imaginación está profundamente arraigada en nuestra cultura, el valor de disrupción de una empresa es proporcional al lugar que ocupa en sus comités ejecutivos mentes capaces de cuestionar y especular, inspirados por la diversidad cultural y las ganas de concebir alternativas a las normas establecidas, que la industria capitalista sistematiza sin opción a revisión o crítica.

Por eso hoy, la consultoría estratégica de diseño hay que entenderla en su misión de contar historias, tejidas en la trama de la cultura, los valores y desafíos de cada compañía. Es importante que cuando trabajemos en proyectos de Diseño Especulativo, indaguemos en las motivaciones, miedos y aspiraciones de cada empresa. Ese es el punto de partida para reflexionar sobre qué tipos de problemas queremos abordar, qué tipo de futuros habilitar y, en consecuencia, qué artefactos diseñar.

La disconformidad con el presente actúa como un motor para la innovación. El Diseño Especulativo utiliza la fuerza política y subversiva del poder creativo de la imaginación para explorar escenarios hipotéticos y provocar debates sobre cómo podríamos vivir y organizarnos de manera diferente en el futuro. El diseño especulativo es una disciplina que ayuda a organizaciones y sociedades a anticipar cambios, prepararse para desafíos y aprovechar oportunidades emergentes. Bajo el interrogante “¿nos estamos ubicando en el lugar apropiado para diseñar nuestro futuro?”, el Diseño Especulativo trata de dar respuesta unificando metodologías, técnicas y herramientas de varias disciplinas: desde la ingeniería hasta la arquitectura, pasando por la sociología, economía, diseño y cómo no, una de las disciplinas fundamentales para diseñar nuevos escenarios: el arte.

Mapping Speculative Design Practices, Elliot P. Montgomery, 2018 

El Diseño Especulativo explora escenarios hipotéticos que a veces pueden parecer inverosímiles, pero que sirven para cuestionar el presente y abrir nuevas posibilidades. Una práctica que busca inspirar y provocar debate, estimulando la reflexión crítica sobre cómo queremos que sea el mundo.

Narrativas divergentes para diseñar los artefactos del futuro. 

Pensar otros modos de vida es esencial en este proceso. El arte contemporáneo, con su capacidad para desafiar las convenciones establecidas, ofrece una lente poderosa para explorar nuevas narrativas divergentes. Desde pinturas y esculturas hasta performances e instalaciones interactivas, los artistas nos invitan a imaginar, debatir y conceptualizar nuevas lecturas del mundo.

¿Qué podemos aprender del arte? Los artistas no solo cuestionan las normativas vigentes, sino que también exploran y reinterpretan los paradigmas existentes. 

El arte puede ayudar a estrategas en sus enfoques a entender una nueva forma de observar y reflexionar, sobre modos de vida y modelos de relación con nuestros artefactos. Posibilita educar nuestra mirada y expandir nuevos imaginarios en torno a cómo proyectar las representaciones de la sociedad, así como estar atentos para que los futuros tecnológicos que diseñemos tengan un impacto positivo en las personas y en el planeta, y por tanto no perpetúen las desigualdades y discriminaciones que ya conocemos del pasado y del presente.

No se trata solo de desarrollar productos innovadores o estrategias empresariales rentables, sino de reflexionar sobre qué tipos de futuros queremos habilitar y qué impacto tendrán nuestras decisiones en las generaciones venideras. Nuestras acciones de hoy no solo deben anticipar el cambio, sino que también deben inspirar nuevas formas de pensar y vivir: ¿estamos dispuestos a cuestionar lo establecido y abrir espacio para nuevas posibilidades?

Tres proyectos artísticos que nos hacen reflexionar sobre el futuro 

El interés por el futuro que muestran estos tres artistas tienen la capacidad de revelar aspectos de lo que está por venir. Lo fascinante de estos proyectos es que conciben el futuro como una simultaneidad de realidades. No abordan el futuro como una noción temporal, sino como una cuestión filosófica sobre nuestras expectativas del tiempo.

  • Ice Watch de Olafur Eliasson (2014-2018)
    Esta instalación se ha ido presentando en varias ciudades. En ella, Eliasson transportó grandes bloques de hielo de Groenlandia y los instaló en espacios públicos, donde se dejaron derretir lentamente. La obra busca crear una experiencia tangible del cambio climático, haciendo visible y palpable el derretimiento del hielo polar debido al calentamiento global. Una obra que invita a especular sobre futuros en los que no se tomen medidas adecuadas para mitigar sus efectos.
  • Sanger Visions de Heather Dewey-Hagborg (2012-2013) 
    El artista utilizó muestras de ADN encontradas en espacios públicos para crear retratos faciales mediante técnicas de análisis genético y modelado en 3D. Este proyecto cuestiona la privacidad genética y la identidad, planteando cómo la tecnología puede influir en nuestra percepción de la privacidad y la individualidad en la era digital.

Finalmente, reflexionando sobre el mensaje que nos transmiten estos artistas y   recordando las palabras de José Luis Borges -"El futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos a hacer"- es importante subrayar la importancia de la acción y la toma de decisiones en la creación y configuración del futuro. Porque el futuro no es un lugar al que vamos, sino un lugar que estamos creando.

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