En pleno centro de Madrid, en la calle Gran Vía, están las oficinas de Sra. Rushmore. Y lo primero que nos llama la atención al entrar, en un edificio clásico, de techos altísimos, es... todo.
Las oficinas de Sra. Rushmore tienen mucha, pero que mucha personalidad. Miremos a donde miremos hay mil detalles y curiosidades que demuestran que aquí trabaja gente creativa.
Ya en la recepción unas letras a modo de cartel nos dan la bienvenida. Y largas cortinas rojas dan paso a las demás zonas.
Allí nos recibe Soraya Cuesta, nuestra "guía de lujo" que nos acompaña en nuestro recorrido por toda la agencia. Lo primero que nos enseña es el despacho de Miguel García Vizcaíno y Marta Rico, dos de sus creativos y socios. Un espacio amplio y muy luminoso, con una gran mesa de trabajo y muchos recordatorios de trabajos anteriores.
No podían faltar los del Atlético de Madrid, uno de sus primeros clientes y, sin duda, de los más especiales.
Pero lo que más nos gustó fueron los muñecos de Marta y Miguel. Cada socio fundador de la agencia tiene su propio mini-yo en forma de muñeco.
Vemos sus salas de reuniones, donde seguro que han surgido grandes ideas. La más pequeña tiene una gran foto de la Sra. Rushmore presidiendo el espacio, y es que la señora es casi omnipresente... ¡Es la imagen de la agencia!
En la sala más grande pillamos a algunos creativos reunidos alrededor de una gran mesa con la cara de... ¡exacto! La abuelita más famosa del mundo de la Publicidad: la Sra. Rushmore ;
También estuvimos en la Sra. Rushmore Kitchen, uno de los espacios de ocio que iremos viendo en diferentes rincones de la oficina.
En la octava planta están los despachos de los creativos. Los hay más grandes, más pequeños, pero todos ellos tienen toques que dicen que allí la imaginación es muy importante y que les dan personalidad propia.
En uno de ellos encontramos ¡un futbolín! Elemento indispensable de cualquier oficina molona que se precie.
En la mayoría de los espacios de Sra. Rusmore trabajan grupos de gente reducidos. Uno de los pocos lugares por donde todo el mundo pasa en es el pasillo. Así que allí están expuestos los premios.
En otra zona de esta planta están los programadores creativos.
Aquí encontramos otro de los detalles más divertidos. Una jaula de hámsters reconvertida en cárcel, con unos cuantos presos incluidos (podemos ver entre las barras una foto de Berlusconi y otra de Bárcenas...).
Nuestro siguiente paso es hacia la novena planta. Aquí visitamos los despachos de cuentas.
En toda la agencia la luz es excepcional, especialmente por los enormes ventanales que hay en muchos despachos.
Los guiños a clientes y campañas están presentes en todas las estancias.
También encontramos detalles que dicen mucho sobre la cultura y la historia de esta agencia. Por ejemplo, los maneki-nekos (los gatitos que mueven el brazo arriba y abajo) que encontramos por toda la oficina. Sra Rushmore. ha celebrado muchísimas fiestas en un restaurante chino. Y, poco a poco, ha ido acumulando souvenirs...
Los administrativos también tienen aquí su signo de identidad: los archivadores de colores.
Todos los despachos tienen unos techos altísimos y las paredes blancas, aunque es raro la que no está cubierta con posters, fotografías o dibujos.
Pero la parte estrella de esta planta es, sin ninguna duda, la terraza.
Cuando el tiempo lo permite, se convierte en comedor improvisado. Un pequeño tesoro desde el que tienen unas vistas más que privilegiadas de los tejados madrileños.
Y como punto y final a nuestro recorrido vemos el despacho del presidente, Roberto Lara.
Una habitación amplia, luminosa, con una gran mesa en la que dan ganas de ponerse a trabajar.
Él mismo nos explica algunas cosas de su decoración: un John Wayne de cartón a tamaño real, pósters de películas... nos queda claro que es un gran amante del cine.
Una vez más, ¡muchas gracias a Soraya Cuesta y a todo el equipo de Sra. Rushmore!
Esta agencia es un lugar diferente en el que en todo momento se nota que la creatividad manda.