¿Tiene un tomate la misma imagen para niños y niñas de ciudad que de campo? Esa es la pregunta que la marca de gazpachos Alvalle ha querido resolver a través de un experimento educativo que ha denominado “El proyecto de la huerta”, y que forma parte de su reciente campaña “Con respeto sabe mejor”.
Y es que con la intención de evidenciar la variedad y frescura de los tomates y hortalizas que utiliza en su producto, la marca asegura haber solicitado a un total de 100 niños y niñas -50 de entornos urbanos y otros 50 de entornos rurales- que dibujen lo que consideran un tomate y, de esta forma, determinar si existen diferencias.
Tal y como señala la marca en un comunicado, los niños y niñas de ciudad dibujaron tomates redondos y rojos; mientras que un mayor número de niños y niñas de entornos rurales dibujaron tomates de distintas variedades, colores y formas.
Alvalle señala que este hallazgo está precisamente alineado con su campaña, ideada por la agencia PS21, en la que muestra “la riqueza de la huerta y la amplia variedad de tomates que existen y que utilizan para elaborar sus productos”. En ella también se aborda el desconocimiento sobre los procesos de producción, así como la manera en que trabaja Alvalle.
“La compañía reafirma su compromiso con la autenticidad y el respeto, utilizando solo ingredientes naturales y de proximidad además de promover prácticas agrícolas respetuosas como la colaboración con agricultores locales que se encuentran a menos de 200km de la fábrica de Alcantarilla, Murcia”, explica Alvalle en un comunicado.
La acción de Alvalle trae a la memoria la campaña “Draw Ketchup, de Rethink para Heinz. En ella, la marca de ketchup solicitaba a varios consumidores que dibujaran ketchup y la iniciativa dio como resultado ilustraciones de la icónica botella de la salsa de Heinz. Así, demostró su presencia en el imaginario colectivo y su relevancia cultural.