Cutty Sark ha revivido este fin de semana la historia de su marca. Desde Escocia a Madrid, la firma ha convertido el Palacio de Duarte Pinto Coelho en un museo sobre el que recrear su trayectoria durante el último siglo.
Personajes literarios, contrabandistas, policía aduanera, músicos y cabareteras han centrado este evento. Un club secreto que ha servido a Cutty Sark para reforzar su Branding a través del Marketing de Contenidos.
Y ese contenido no ha sido otro que un viaje en el tiempo que ha reunido a más de un millar de personas y que el equipo de Reason Why tampoco ha querido perderse.
Así, de la mano de Tam O’Shanter, el personaje que creó el poeta escocés Robert Burns en la misma novela en la que hace alusión al pequeño vestido Cutty Sark, era el encargado de dar la bienvenida a este periplo marcado por los contrastes.
Guiados por Shanter, la marca nos trasladó hasta una tienda de vinos del Londres de los años 20. Un pequeño establecimiento en el que encontramos al ilustrador James McBey trazando los primeros bocetos de la etiqueta de la marca.
Una etiqueta que la Ley Seca censuró con dureza y que el capitán Bill McCoy se encargó de sortear con el contrabando de destilados.
Un alijo que dio cuenta de la situación de la época y que nos condujo hasta el control aduanero.
Un paso que sorteamos gracias a la entrega de los pasaportes que Cutty Sark diseñó para la ocasión.
Y que constituía el último paso antes de entrar en la fiesta más auténtica del Nueva York de los años 20.
A ritmo de jazz y de swing, la marca se esforzó por recrear todos los detalles de los cabarets neoyorquinos: pianistas, bailarinas, camareros…
Todos rendidos a la estética que marcó los inicios de Cutty Sark y que un siglo después la marca ha revivido con esta experiencia para los consumidores.