Hace unos meses Reebok llevó el Branding al extremo con una polémica campaña que animaba a sus clientes a tatuarse el logo de la marca a cambio de un año de patrocinio deportivo.
O lo que es lo mismo, equipación deportiva gratis si grababan permanentemente el nuevo triángulo en su piel.
Con esta acción, Reebok tanteó la pasión que el target sueco tiene por el deporte. Y a pesar de que en un primer momento 94 personas se inscribieron en esta iniciativa, sólo 9 han accedido finalmente a tatuarse el logotipo.
Y para premiar su fidelidad, la multinacional ha decidido crear un club VIP. Y es que “cuando vimos lo lejos que estaban dispuestos a llegar por la marca, sentimos que teníamos que recompensarles de alguna manera”.
Y dicho y hecho. La empresa convocó el pasado sábado a los clientes tatuados a sus instalaciones para mostrarles la importancia capital que el fitness tiene en su cultura corporativa. De hecho, durante el evento, 17 personas más se tatuaron el logo, lo que eleva la cifra a 26.
Con esta iniciativa, Reebok está decidida a inaugurar “un nuevo tipo de programa de afiliación" con sus clientes, según comenta Charlotte Wik, Manager de Relaciones Públicas de la marca.
