La tienda del futuro ha llegado y no es de Apple

Si le preguntas a cualquier persona que cómo imagina la tienda del futuro, seguramente responderá con algo tecnológico, de diseño y útil. Y que pertenece a alguna súper marca. Y tendría razón, aunque no en todos los puntos.

Los comercios del futuro, según pensábamos hace algunos años, distan mucho de la realidad. Todos imaginábamos sitios más parecidos a una galería de arte que a una tienda. Monitores gigantes, para interactuar con los productos. Nada de dependientes. Y, sobre todo, una velocidad extrema a la hora de comprar.

 

Más o menos, una ‘appleización’ de todas las tiendas, ¿no?

 

  

El caso es que los primeros que están intentando adaptar estos formatos no son los que todos pensábamos. Por supuesto que Google, Facebook y compañías de ese estilo están a la vanguardia siempre en todo. 

 

Pero aquí nos referimos a empresas mucho más pequeñas, que están poniendo toda la carne en el asador para convertir sus puntos de venta en sitios ‘ultra-tecnológicos’.  

 

 

La tendencia marcaba que las empresas que quisieran ‘tecnologizarse’ debían crear súper aplicaciones para que los consumidores ni siquiera tuvieran que visitar las tiendas para adquirir un producto. 

 

Pero ahora lo que se lleva es algo muy distinto. A la gente le sigue gustando ir de compras y está más que demostrado que los puntos de venta innovadores atraen a los consumidores como la luz a los bichos. 

 

Y hay otro elemento que por tradición hace que a la gente se le haga la boca agua. La tecnología

 

Por lo tanto, no hay que pensar mucho para deducir que si juntamos las dos cosas, la clientela estará asegurada, ¿no?

  

La interacción tiene que ser uno de los elementos principales en las tiendas. Que el cliente toque, pruebe, escuche, y disfrute con lo que nosotros somos capaces de ofrecerle. La sonrisa de una persona dentro de nuestro establecimiento, es una compra segura.

 

Por eso los bares triunfan tanto. ¡Por que nos hacen sonreír

 

 

Además, como punto muy positivo para que los dueños de pequeños comercios se animen a crear espacios innovadores, hay un tema muy importante. 

 

Si dejamos que la gente experimente y disfrute tan cerca de nosotros, el feedback que podemos obtener de ellos será infinito. Cada comentario, cada acción, y cada movimiento, podrán darnos pistas para saber cómo tenemos que encaminar el negocio.