Consejos para diseñar la tarjeta de visita perfecta

La tarjeta de visita sigue siendo una excelente herramienta de personal branding. Tanto, que en el próximo evento de networking la persona a quien quieres impresionar acabará con decenas de tarjetas encima. Te damos 5 consejos para que la tuya destaque.

Consejos para diseñar la tarjeta de visita perfecta. La clásica tarjeta de visita aún es una herramienta de marketing muy efectiva. Ya sea en un evento de networking, en una reunión entre profesionales o en un encuentro casual en el supermercado, las tarjetas siguen circulando en el mundo de los negocios.

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Pero precisamente el problema es que circulan demasiado. La competencia es brutal y las posibilidades de que una tarjeta acabe en la basura son demasiado altas.

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Te dejamos 5 consejos para conseguir que tu tarjeta no pase desapercibida.

 

1. Demuestra quién eres

Si eres capaz de que tu tarjeta demuestre a qué te dedicas, tienes una apuesta ganadora. Para los diseñadores gráficos es fácil, pero hay profesionales ingeniosos en todas las disciplinas.

 

Transportista

Tienda de desgustación de quesos

 

Dentista

 

Técnico de bicicletas

Entrenador personal

 

Fotógrafo

 

Abogado de divorcios

 

 

2. Tómatelo con calma

Está bien querer destacar, pero pasarse con los colores brillantes y demasiado llamativos puede ser contraproducente.

 

Si el fondo es demasiado estridente, el texto pasará desapercibido.

 

 

En general, una tarjeta demasiado cantosa da un aspecto poco profesional.

 

 

Y ya no hablemos de los que intentan poner en la tarjeta el máximo de información posible. Con tu nombre, cargo, email y teléfono es suficiente. No hace falta que incluyas tus tarifas en la tarjeta: eso vendrá después.

 

 

 

3. Un poco de sentido del humor

No es habitual que una tarjeta de visita nos haga sonreír. Si lo consigues, seguro que te recordarán.

¿Alguna vez habíais visto un médico de cirugía estética presentarse así?

 

 

Otro médico que se toma su profesión con buen humor, un especialista contra la calvicie.

 

Y esta escuela de pilates da vida a su eslogan en la tarjeta: despierta tu cuerpo.

 

 

4. Cuidado con las formas

Una forma diferente puede hacer destacar tu tarjeta. Pero si es demasiado grande, demasiado pequeña o demasiado irregular, puede que no sea fácil de guardar.

 

Un pequeño cambio en la forma puede ser original, como esta tarjeta cuadrada.

 

 

Pero si te pasas, lo más probable es que la tarjeta acabe perdida en un bolso, se confunda con el folleto del evento, o que a quien se la has dado no le quede más remedio que quedársela en la mano hasta que se harte y la tire.

 

 

 

 

La mayoría de las tarjetas de visita tiene una forma tan uniforme que el más mínimo cambio llama la atención. Recuerda el punto 2, tómatelo con calma y, si quieres, juega sutilmente con la forma.

 

 

 

5. Utiliza la parte de atrás

Las tarjetas tienen dos caras. Sí, sabemos que es una obviedad, pero lo decimos porque parece que muchos no se han dado cuenta.

 

Según vemos en la mayoría de tarjetas, habría que deducir que el que la diseñó se esmeró muchísimo en crear una tarjeta preciosa, con toda la información de contacto, luego le dio la vuelta y... ¡Pánico! ¡Hay otra cara! ¿Qué pongo aquí?

 

Una idea brillante: el mismo logo, pero más grande. Que rellene todo el espacio.

 

Pues eso es un espacio desaprovechado. Las tarjetas de visita pueden acabar en una caja, en un archivador, en un tarjetero… Si le vas a enseñar el culo de la tarjeta al que la está mirando, mejor que tenga algún incentivo para darle la vuelta.

 

Aquí os dejamos algunos ejemplos creativos:

 

Una sopa de letras.

 

La cara sonriente es la D del logotipo.

 

Esta tarjeta tiene claro qué es la cara y qué es la espalda. Una buena invitación a girarla.

 

Todo el mundo reconoce Apple por la pequeña manzana. Pero la tarjeta incluye una frase de bienvenida que nos da inmediatamente una buena predisposición: "Eres increíble. Deberíamos hablar".