Con solo un año de vida, la red social centrada en el formato audio Clubhouse ha alcanzado una valoración que ronda los 1.000 millones de dólares. La participación de personalidades como Elon Musk en una de sus salas de conversación, el acceso solo mediante invitación o la posibilidad de interactuar con figuras destacadas, ha desatado el interés de los internautas por la aplicación en los últimos meses.
Clubhouse ya ha sido descargada por unos 10 millones de personas en todo el mundo, a pesar de que, de momento, solo está disponible para el sistema iOS. No obstante, la plataforma sigue creciendo e incorporando nuevas funcionalidades para satisfacer las necesidades y demandas de sus usuarios. En esta ocasión, ha anunciado la introducción de Payments, una nueva opción que permitirá a los creadores monetizar sus contenidos a través del pago enviado por sus seguidores y otros usuarios de la plataforma.
El objetivo, según señalan los responsables de Clubhouse, es ayudar a los creadores a generar comunidad, audiencia e impacto. “Desde los primeros días de Clubhouse, un principio rector ha sido construir una plataforma que ponga al creador en primer lugar”, ha asegurado el equipo en un comunicado oficial. “A medida que Clubhouse sigue creciendo, es importante para nosotros alinear nuestro modelo de negocio con el de los creadores, ayudándoles a ganar dinero y prosperar en la plataforma”.
De momento, Payments solo está disponible para un grupo reducido de usuarios, pero la compañía promete ir realizando ajustes en la función gracias a los comentarios y el feedback que vaya recibiendo para desplegarla pronto para todos. Tal y como explican, realizar un pago será tan sencillo como acceder al perfil del creador, siempre y cuando este tenga la función habilitada, pulsar en la opción “Enviar dinero” e ingresar la cantidad que se desea enviar. La primera vez que se lleve a cabo esta acción será necesario registrar una tarjeta de crédito o débito.
No obstante, Clubhouse asegura que el pago se destinará íntegramente al creador y que la plataforma no se quedará con nada. Sin embargo, a la persona que envía el dinero se le cobrará una pequeña tarifa correspondiente al procesamiento de la tarjeta, que irá directamente al socio proveedor de pagos, Stripe. Su CEO, Patrick Collison, ponía en valor la apuesta por este modelo de negocio. “Es genial ver que una nueva plataforma social se enfoca primero en los ingresos del “participante” en lugar de la monetización internalizada o la publicidad. Emocionado por la floreciente economía de creadores y la próxima era de modelos comerciales de Internet”.
El equipo de la aplicación destaca que esta será la primera de muchas funciones que permitirán a los creadores recibir pagos directamente en Clubhouse, como alternativa a la publicidad en la plataforma. "Estamos emocionados de ver cómo la gente lo usa y de seguir trabajando duro para ayudar a los increíbles miembros de la comunidad a crecer y prosperar”.
El debate sobre la financiación
En este sentido, cuando la plataforma cerró su última ronda de financiación el pasado mes de enero, comunicó que los nuevos fondos estarían destinados, además de al desarrollo de la aplicación para Android e invertir en servidores y soporte técnico, a crear un programa de becas para creadores emergentes de Clubhouse. La plataforma consolidaría así un enfoque centrado la oferta de contenido de calidad. Un creador podría obtener consejos para llevar a cabo un gran programa o recaudar dinero para una causa, al mismo tiempo que la propia plataforma lo recompensa por ser un anfitrión recurrente.
Sin embargo, el hecho de no percibir un porcentaje de los pagos que se produzcan en las plataformas genera debate en torno a la futura financiación de la plataforma, una cuestión que ha sido objeto de conversación desde su nacimiento. Si bien actualmente depende del capital de riesgo para mantener la compañía en funcionamiento, eventualmente necesitará ganar dinero para ser una empresa autosuficiente
Junto a la cuestión de su futura forma de financiación, Clubhouse también deberá trabajar para hacer frente a las críticas respecto a la falta de control o monitorización del contenido que se genera. En los últimos meses, la aplicación ha recibido acusaciones de generar espacios para la misoginia, el antisemitismo o la desinformación del coronavirus, a pesar de las reglas y políticas contra el racismo, el discurso de odio, el abuso o la información falsa.
