Cómo Amazon llegó a vender orina de sus conductores en su propia plataforma

  • El periodista y bromista británico Oobah Butler pone en evidencia fallos de seguridad de la compañía en un documental
  • Los conductores orinan en botellas para no ser sancionados por los retrasos en las entregas
Amazon_Orina Conductores_botella amarillas

La imagen muestra a un hombre al borde una carretera sujetando una botella de plástico que contiene un líquido de tono amarillento. El tipo es el periodista, presentador y, cómo denominarlo, bromista online a gran escala Oobah Butler, y no deja dudas acerca del contenido del recipiente cuando dice “¡Es una botella de pis!”.
Butler está en las cercanías de un centro logístico de Amazon en Los Ángeles y recorriendo la vía que conduce a las instalaciones encuentra otras botellas similares con el mismo contenido.

“The great Amazon heist” (El gran robo a Amazon) se ha emitido la cadena británica Channel 4

Así empieza “The great Amazon heist” (El gran robo a Amazon), un documental estrenado recientemente por la cadena británica Channel 4 en el que Butler recurre a diversas artimañas y engaños para poner en evidencia las supuestas malas prácticas de la compañía. Una de ellas es conseguir poner a la venta en Amazon la orina de sus propios conductores embotellada como bebida energética.

La idea de la orina se le ocurre a Butler después de entrevistar a conductores de la compañía y saber que, como los penalizan si se retrasan con las entregas, tienen que orinar en botellas porque no les da tiempo a buscar un servicio en donde hacerlo. A la vez, Amazon les prohíbe llegar a los almacenes con las botellas en los camiones y de ahí que las tiren a la cuneta antes de llegar. Y allí las encuentra Butler.

El mejor restaurante (inexistente) de Londres

Oobah Butler se hizo popular por primera vez en 2017 al lograr, mediante reseñas falsas, que un restaurante inexistente situado supuestamente en su propia casa consiguiera ser el mejor valorado de Londres en Tripadvisor y a lo largo de los años ha llevado a cabo otras acciones de este tipo a costa de instituciones y empresas. 

En “The great Amazon heist” empieza por intentar que los empleados de un centro logístico de Amazon en la ciudad de Coventry le hablen de sus condiciones de trabajo. Como no lo logra, decide solicitar un empleo en la compañía. Lo contratan y consigue introducir una cámara en las instalaciones burlando el sistema de seguridad al afirmar que tiene un tornillo en la cadera. 
A pesar de que tiñe su pelo, a los pocos días les descubren y le despiden, pero no sin antes haber podido comprobar los problemas físicos que experimentan los trabajadores por la dureza de las jornadas y la constante vigilancia a que son sometidos. Butler pasa su primer día de trabajo descargando un camión a altas temperaturas sin aire acondicionado ni ventiladores, y sin que llegue el relevo prometido. 

Las botellas de orina

Una vez que termina su breve estancia laboral, Butler conoce los problemas para orinar de los conductores y recorre las cercanías de almacenes de Amazon en la propia Coventry , en Los Ángeles y Nueva York para buscar botellas arrojadas por los conductores y tiene éxito en la pesquisa. En el documental, un representante de Amazon niega estos hechos y dice que los conductores reciben avisos a través de la app de la compañía de que descansen regularmente. 

Butler, según cuenta, encontró pocos controles en Amazon para garantizar que el producto era seguro y legal

Una vez que tiene al orina, Butler la embotella en unos atractivos envases amarillos con la marca Release Energy  y, según cuenta la revista Wired en su reseña del documental, le resulta “risiblemente sencillo” conseguir poner a la venta en Amazon, en donde se encontró con pocos controles que exigieran garantías de que el producto era seguro y legal. “Creía que la normativa de licencias para alimentos y bebidas me impediría listarlo”, dice Butler en la revista, “y por eso lo registré en la categoría Dispensador Recargable de Líquido, pero el algoritmo lo movió a bebidas”.  Allí llegó a estar en lo más alto de la categoría Bitter Lemon.

Butler cuenta que cuando comprobó que el producto se podía adquirir le pareció muy divertido, “pero cuando vi que la gente intentaba comprarlo, me asusté un poco”. De hecho, ningún comprador recibió una botella de Release Energy. Las únicas compras del producto fueron hechas por un grupo de amigos de Butler. Este cuenta además en el documental que en un punto del proceso un representante de Amazon se puso en contacto con él para ofrecerle los servicios logísticos de la compañía a través del programa Fulfillment by Amazon.

El representante de Amazon señala en el documental que lo que había hecho Butler era un “truco muy burdo” y que la compañía tiene “herramientas líderes en la industria para impedir que productos genuinamente inseguros se pongan a la venta en la plataforma”. Pero da la impresión de que el documental, a través de las botellas de orina y otros trucos de Butler, los pone en evidencia.

Más info.: Ver el documental