Las cabinas de teléfono de Nueva York han pasado por chapa y pintura para convertirse en puntos WiFi. Renovarse o morir.
Sin embargo, parece que el acceso gratuito a Internet no puede gozar un libre albedrío total. Una parte de la población neoyorquina está monopolizando las cabinas para ver pornografía.
Las cabinas, que se han ido remodelando a lo largo de los últimos meses junto al consorcio LinkNYC, se han convertido en una red de puntos de acceso a Internet gratuito y de alta velocidad. Funcionan para ordenadores y tabletas e incluyen también una pequeña pantalla táctil en la que se pueden consultar mapas, buscar direcciones o navegar por la red.
Y ahí viene el problema. Algunos ciudadanos las han convertido en sus propios dispositivos sentándose frente a ellas durante horas y utilizándolas para ver porno en la calle.
"En algunas áreas de la ciudad los puntos WiFi están monopolizados por personas, que prácticamente han construido campamentos a su alrededor: beben, se drogan y los utilizan para ver pornografía, incluso cuando hay niños cerca, o para reproducir música a todo volumen", explica Corey Johnson, concejal de Nueva York.
Como las quejas de los vecinos empiezan a acumularse, la solución inicial ha sido deshabitar el navegador web. Los quioscos seguirán dando acceso a través de WiFi pero únicamente a dispositivos personales.