Cuando una persona con dislexia trata de leer un documento, la frustración termina por hacerse con el control al ser incapaz de identificar las letras que hay sobre el papel.
Un problema que resulta difícil de entender para las personas que no viven el día a día de este tipo de discapacidad que afecta a la lectura y que sufre entre el 3 y el 57% de la población. Pero que Daniel Britton ha querido ilustrar con una nueva línea de tipografía diseñada para replicar estas frustraciones.
Este diseño tipográfico fue creado a partir de la poda de un 40% de cada letra de la fuente Helvética. Cada carácter puede ser reconocido, aunque con cierto esfuerzo. De hecho, si se construyen palabras y frases con ellas, los lectores podrían tardar diez veces más de lo habitual en descifrarlas, según ha estimado Britton.
Aunque la tipografía no muestra exactamente lo que una persona disléxica ve, Britton ha tratado de generar una respuesta emocional similar a la que sienten aquellos que padecen trastornos de lectura.
“Lo que yo quería hacer era recrear o simular las emociones que se sienten durante la lectura al tener dislexia para resaltar lo frustrante que es tratar de leer algo simple”, ha explicado Britton quien fue diagnosticado con este tipo de trastorno durante la universidad.
Los anuncios que promueven la concienciación sobre la dislexia en Reino Unido ya han publicado esta nueva tipografía, mostrándosela también a los miembros de Parlamento británico.