Los productos bio también nos entran por los ojos

  • El consumo de productos ecológicos en España ha crecido un 24,5% en sólo un año y la tendencia del mercado sigue al alza
  • Además de las propiedades nutricionales de estos productos, el packaging resulta decisivo a la hora de motivar la compra
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Basta un simple vistazo en el supermercado para darse cuenta de que los productos bio tienen cada vez más presencia en el lineal frente al hueco que ocupaban hace tan sólo unos años, más allá de las tiendas especializadas.

Zumos más auténticos, leche rica en fibra, queso ecológico y hasta Coca-Cola sin azúcar. Cada vez hay más variedad de alimentos orgánicos. ¿La razón? Una demanda al alza.

Lo bio está de moda

Según el último estudio del ministerio de Agricultura y Pesca, el consumo de productos ecológicos en España ha crecido un 24,5% en sólo un año hasta rozar los 1.500 millones de euros en 2015.

Casi la mitad de los hogares españoles compra algún producto bio

Otro informe elaborado este verano, en este caso por Carrefour, concluye que casi la mitad de los hogares españoles (un 47,2%) incluye algún producto bio en su cesta de la compra mientras que el 39,8% afirma haber adquirido más artículos de estas características en el último año. Son los menores de 30 años, junto con las personas que sufren algún tipo de intolerancia alimentaria, los que compran este tipo de productos en mayor proporción y se prevé que la tendencia del mercado orgánico siga creciendo. En concreto, los datos presentados durante la Feria Biofach de Núremberg este año apuntan a un crecimiento del 14% entre los años 2017 y 2021.

¿Son productos más sanos?

Los consumidores creen que sí. De hecho esta es la razón principal que motiva la compra de este tipo de productos, pero ¿cuántos de verdad nos detenemos a analizar la etiqueta nutricional de estos alimentos mientras hacemos la compra?

Lo habitual es que vayamos al supermercado con prisa y que nuestra intención sea pasar el menor tiempo posible comprando para poder emplear nuestro tiempo libre en otros menesteres. Y aquí es donde entra en juego el marketing. ¿Cómo? Diseñando un packaging atractivo para que podamos reconocer a distancia qué productos son ecológicos.

Nos tiene que entrar por los ojos

Observando el packaging de los productos orgánicos, podemos establecer una serie de patrones comunes que suelen reproducir todas las marcas:

  • Colores: identificamos los productos bio como aquellos que usan colores verdes, amarillos o naranjas. En general, suelen ser tonos que identificamos con el color de con frutas, verduras y productos más naturales, que no llevan adictivos. Lo vemos, por ejemplo, en el packaging de los zumos. Distintas marcas usan colores muy parecidos.

En el caso del aceite, frente a los clásicos tonos amarillos del girasol, encontramos productos ecológicos que tiran de colores más verdes: 

También en los envases de leche, observamos packagings muy distintos dentro de la misma marca. En este ejemplo el producto bio, bajo en grasa y rico en fibra, nos entra por los ojos a través del color marrón.

  • Materiales: ocurre lo mismo con los materiales. Para atraer a los consumidores más concienciados con el medio ambiente, los productos orgánicos usan envases biodegradables y fácilmente reciclables. Encontramos ejemplos tan curiosos como estas cajas de huevos hechas con heno prensado.

El cartón también suele ser un material con mucha presencia en este tipo de packaging ecológico, frente a otro tipo de productos que tiran más del plástico (e incluso del doble plástico).

  • Formas: en el capítulo de los packagings más curiosos encontramos ejemplos como estos envases de zumo:

 

Que levante la mano el que estaría dispuesto a comprar un producto con un envase así de bonito motivado por un impulso. Sin detenerse a leer sus propiedades nutricionales. Incluso quien iría corriendo a compartir la foto en sus redes sociales para enseñársela a todos sus amigos. Tampoco me olvido de los que no dudarían incluso en reutilizar el envase para darle una nueva vida.

El packaging impulsa la compra y nos conecta con la marca

En definitiva, el packaging resulta decisivo para motivar la compra. Es un factor a tener en cuenta, a la altura del precio y de la calidad de producto. También cuando se trata de la categoría de los alimentos bio que, en teoría, deberían destacar más por sus propiedades que por el envase que los contiene.

El packaging hace crecer el vínculo emocional con la marca

Y es que un envoltorio atractivo tiene el poder de mejorar la imagen de lo que lleva dentro. Hace crecer el vínculo emocional entre la marca y el consumidor, alarga la vida del producto cuando ofrece la posibilidad de ser reutilizado y consigue penetrar en el territorio de la infuencia cuando es lo suficientemente bonito como para que alguien lo comparta en Instagram. Además, es de sobra conocido que un consumidor emocionalmente conectado está dispuesto a pagar lo que sea necesario por conseguir lo que quiere. El packaging ataca directamente al subconsciente y son nuestros impulsos, más que nuestras cabezas, los que hacen que un producto u otro caiga en nuestra cesta de la compra.

¿Hacemos la prueba?