Duralex, la empresa fabricante de las vajillas indestructibles, quiebra

  • La empresa fabricaba sus vajillas aplicando la técnica de moldear el vidrio a altas temperaturas y enfriarlo súbitamente
  • Ha sido declarada en quiebra por un tribunal comercial de Orleans tras un periodo de observación de 6 meses
Duralex

La empresa francesa Duralex, que se hizo famosa al fabricar una “vajilla indestructible”, ha sido otra de las grandes afectadas por el coronavirus. La caída en la producción, junto con los problemas de fluctuación de caja que llevaba arrastrando desde hace años, ha provocado que haya sido declarada en quiebra por un tribunal comercial de Orleans, tras un periodo de observación de 6 meses.

La multinacional comenzó su actividad en 1939

La multinacional comenzó su actividad en 1939 fabricando lunas de automóviles aplicando la técnica de moldear el vidrio calentándolo a 700 grados y enfriarlo súbitamente. Pero no fue hasta 1945, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando la empresa con sede en La Chapelle-Saint-Mesmin (Loiret), decidió traspasar esa técnica a la fabricación de vajillas y encontró su mina de oro.

En ese momento, Duralex encontró la forma de fabricar una vajilla mucho más resistente que una de vidrio convencional y decidió comercializarla a un precio bastante asequible. Además, decidió tintar esos platos y vasos de color ámbar o verde, creando con ello una marca que se expandiría a los hogares de un centenar de países.

Cambio de dueños durante estos 75 años

El negocio fue boyante hasta que Saint-Gobain decidió vender la compañía 1997 a la empresa italiana Bormioli Rocco & Figlio, que explotó el negocio sin invertir. Esta situación provocó que en 2002 Duralex empezase a experimentar pérdidas, por lo que en diciembre de 2005 la empresa se volvió a vender, esta vez al turco Sinan Solmaz, que había prometido modernizar la empresa. Sin embargo, Solmaz no cumplió su promesa y en 2007 Duralex entró en fase de liquidación judicial.

En 2007 Duralex entró en fase de liquidación judicial

Un año después, en 2008, los hermanos André y Antoine Ionnaides, consiguieron remontar la empresa, pero tras reducir drásticamente su actividad tras un accidente relacionado con la sustitución del horno de producción en 2017 y la reducción de actividad con el coronavirus, la compañía se ha sido finalmente declarada en quiebra.

Finalmente, el presidente actual, Antoine Ioannidès, ha prometido que los 248 empleados que mantiene la empresa a día de hoy continúan “trabajando y cobrando” y ha afirmado que  “al finalizar el inventario de todos los créditos por parte de los representantes legales, la empresa podrá proponer un plan de recuperación por continuación", según el comunicado emitido al personal del que se ha hecho eco Le Monde.