El éxito de Cabify, la llegada de Uber a España y la aparición de Car2Go están reduciendo la cuota de mercado del taxi de una forma drástica.
El gremio taxista ha sido de los más castigados durante la crisis 2008-2014 y cuando parecía que la recuperación estaba cerca… pluf!
Aprendamos del error ajeno que siempre es más barato que aprender del de uno mismo.
La llegada de otros jugadores que lo hacen mejor que tú en calidad y precio y que además satisfacen las necesidades de los consumidores de una manera más avanzada, afecta a cualquier sector. Te afectará a ti también si no haces algo para evitarlo; mejor dicho, para anticiparte. Es más, todavía mejor dicho... para ser tu propia competencia; tu propia crisis.
Esta situación nos afectará a todos y sobre todo a aquellos que vivieron y crecieron en épocas de monopolio y falso confort.
Llegados a este punto, la conversación fácilmente podría girar en torno a la Economía Digital y las Nuevas Soluciones de mercado; pero sería más enriquecedor si conversamos poniendo en el centro el Marketing Estratégico, el Ciclo de Vida y la Innovación como elemento vital para el Desarrollo de Negocio y Valor Añadido.
Vale, las cosas están cambiando, pero eso es algo que ha pasado desde mucho antes que tú supieras hablar... Pero por mucho que todo cambie, las bases psicológicas, sociales y económicas del Marketing son inmutables.
Podemos aprender mucho del ocaso del taxi. ¡Hagámoslo!
Hablaré desde mi experiencia personal después de 500 desplazamientos de taxi en 2015 y más de 1500 carreras en toda mi vida. Esta es mi opinión.
➤ El producto es caro y nunca ha bajado de precio. Es decir, no se adapta a la demanda ni a la situación de mercado.
➤ La conducción del taxi habitualmente es agresiva. Lo es cuando estás dentro y lo es cuando vas en tu propio coche y por lo tanto la imagen de marca es mala dentro y fuera. No caen bien.
➤ El servicio es sucio. Se agradece un taxista limpio cuando debería ser la norma. Por no hablar de los asientos, las alfombrillas... incluso la manija de la puerta!!
➤ Las licencias las han vendido a unos precios desorbitados dentro de su propio mercado y su propia burbuja y ahora los conductores están atrapados trabajando 16 horas diarias de por vida para pagar hipotecas de hasta 240.000€.
➤ Todavía es una incertidumbre pagar con tarjeta y muchas veces el conductor te mira con mala cara cuando le ofreces este sistema de pago tan sofisticado. El motivo principal para no tener datáfono es la comisión bancaria que les quita 0,10€ por cada 10€ de ingreso.
➤ El taxista no quiere hacer ventas pequeñas y si le quieres pagar menos de 5€ por 5 minutos de trabajo se molestan porque han estado una hora dando vueltas para encontrar cliente.
➤ El taxista te cobra un suplemento por realizar la solicitud. Hasta la llegada de Apps dedicadas; si realizas la compra mientras el taxista se desplaza sin rumbo depreciando el coche y gastando gasolina, el precio es 2,5€… pero si le llamas para que venga a tu casa para pagarle 10, 15 ó 20€ la bajada de bandera son 5€ alegando que ha venido a buscarte.
➤ Los diferentes miembros del sector se llevan mal entre ellos sin ningún motivo real porque no saben que juntos y regulados podrían haber hecho mejor las cosas y no les importa pelearse incluso mientras tú estás dentro del coche.
➤ El coche huele a tabaco; que el conductor huela a tabaco o que entres en un coche en el que se ha fumado antes pocas horas antes.
➤ Tampoco te hace un descuento si se equivoca involuntariamente de trayecto e incluso los hay que estafan a turistas llevándoles por rutas largas para cobrar más.
➤ La Policía no controla el servicio, el Ayuntamiento tampoco controla el servicio... ni ellos mismos entre sí toman medidas.
Cero Innovación de producto durante muchos años; igual que la Coca-Cola. Pero tampoco hay Innovación en servicio, branding, venta cruzada, promociones...
No lo hicieron antes y tampoco mejoraron durante la etapa de crisis; es decir, simplemente esperaron a que todo pasara y volviera el Estado del Bienestar y del Exceso.
Y claro, ni la crisis se va ni Bill Clinton vuelve a ser presidente... porque de la crisis no saldremos nunca; porque la crisis simplemente es una comparación negativa del presente frente al pasado concreto. Y mientras estás comparando (que por cierto, es algo que podrías hacer toda la vida) te estás olvidando de vivir el nuevo paradigma que ocurre en la actualidad.
Pero ese es otro tema...
Y ahora la realidad es que yo cojo mi teléfono y le pido a Cabify un conductor que me lleve al trabajo o a cenar. Lo hago y llega con un coche limpio que no huele a tabaco. GRACIAS
Me espera 5 minutos en la puerta sin complicaciones ni malas caras y cuando me ve me dice su nombre y verifica el destino que previamente le he indicado.
Me pregunta a qué volumen quiero la música y a qué temperatura quiero desplazarme. Y si lo considera, me ofrece un cargador para el teléfono y habitualmente una botellita de agua que rara vez acepto y que por lo tanto no le supone ningún coste.
Me lleva a mi destino a una velocidad adecuada y por la ruta que considera más oportuna puesto que no me cobra más por el tiempo de uso, sino una cantidad fija por la distancia del trayecto.
Y cuando estamos en el destino me cobra simplemente diciéndome “hemos llegado” y aprieta un botón que automáticamente me factura a través de la tarjeta bancaria que yo ingresé hace meses; que no tengo que tener encima y sin que tenga que esperar el encendido y la cobertura del TPV.
Y cuando veo el importe, por si todo esto fuera poco, me doy cuenta que supone un ahorro aproximadamente del 20%. GRACIAS, te voy a recomendar.
Y ahora yo me pregunto: ¿Qué posibilidad existe para que yo vuelva a coger un taxi?
Una emergencia… que todos los Cabify estén ocupados… que no tenga batería en el teléfono cuando salga del cine…
Tenemos que aprender de este ejemplo.
No dejemos que esto nos pase a nosotros. La zona de confort es muy peligrosa. No se lo pongas tan fácil a tus competidores. No dejes nunca de innovar y sobre todo no te sientas el único rey del mambo porque te quedarás bailando solo…