Varias marcas de leche han sido multadas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) con 88,25 millones de euros. La multa se debe a que estas empresas están acusadas de repartirse el mercado y pactar precios, una práctica que ya hemos visto anteriormente en mercados como el de la construcción y el petróleo.
Así, Danone, Nestlé, Puleva y Central Lechera Asturiana, entre otras, intercambiaban información sobre el precio en origen de la leche y, por ello, la sentencia, contra la que no cabe recurso por la vía administrativa, establece multas de diferente cuantía para las diferentes empresas implicadas.
Qué empresas han sido multadas
- Danone es la empresa que recibe la sanción más alta: 23,2 millones de euros
- Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa), que agrupa a marcas como la gallega Larsa, con 21,8 millones de multa.
- Lactalis: 11,6 millones
- Nestlé: 10,6 millones
- Puleva: 10,2 millones
- Pascual: 8,5 millones
- Senoble, inteproveedor de postres lácteos para Mercadona, multada con 929.644 euros
- Central Lechera Asturiana, participada por Capsa, con 698.477 euros de multa
- Central Lechera Galega (Celega): 53.310 euros
Las asociaciones Gremio de Industrias Lácteas de Cataluña y la Asociación de Empresas Lácteas de Galicia también han sido multadas con 200.000 y 100.000 euros, respectivamente.
Qué ilegalidad han cometido exactamente
Estas empresas han actuado en contra de lo que se dice en el artículo 1 de la LDC (Ley de Defensa de la Competencia) y en el artículo 101 del TFUE (Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea).
Es decir, una violación de leyes que se ha plasmado a través del "intercambio de información comercial estratégica sobre precios de compra de leche de vaca cruda, identidad y volúmenes de compra de ganaderos y excedentes de leche”.
Según la CNMC, cuando se comparte este tipo de información entre empresas que son competidoras "se reduce la autonomía e independencia de actuación en el mercado", algo que "redunda negativamente en los mercados y en los consumidores finales”.
La CNMC concluye que "el intercambio de información sobre ganaderos no tiene más lógica económica que la de tener controlada la cesión de ganaderos entre empresas para asegurarse no tener que negociar precios con ellos", algo que se manifiesta a través de "la dificultad del ganadero para cambiar de comprador".