El absentismo laboral es una práctica que cada año supone unos costes directos de 4.768 millones de euros a la Seguridad Social y de 4.503 millones de euros a las empresas por el abono de la prestación económica en los primeros días de baja.
Y en 2014 ha crecido. Así se desprende del Informe Adecco sobre Absentismo, realizado en colaboración con el IESE, Garrigues, AMAIT, FREMAP, la Universidad Carlos III de Madrid y la Fundación Adecco.
Por primera vez en 6 años, ha subido la tasa de absentismo laboral en España. Ahora se sitúa en un 4,4% (datos de 2014) frente al 4,1% de 2013.
*Nota: La tasa de absentismo se define como el porcentaje de las horas no trabajadas (sin contar vacaciones, festivos ni horas perdidas debido a ERTEs) respecto a la jornada pactada efectiva.
De esta forma, el año 2014 ha marcado el final de una tendencia de reducción del absentismo que había durado 6 años, desde 2008 hasta 2013.
Si nos centramos en los sectores que componen la economía española, la tasa de absentismo en 2014 es del 4,5% en Servicios (máximo de 5,1% en 2007), el 4,3% en Industria (máximo de 5,5% en 2007) y el 3,1% en Construcción (máximo de 3,7% en 2008).
Como una de las conclusiones relevantes del informe, podemos decir que el absentismo “fraudulento” asociado a “bajas por incapacidad temporal” durante los años de fuerte expansión (2001-2007) habría desaparecido en su totalidad en los tres sectores.
El leve repunte del absentismo laboral experimentado en 2014 sería una normalización tras la fuerte bajada experimentada en los años anteriores. Y es que antes se dejaban de coger bajas laborales en casos cuando sí deberían haberse cogido, por miedo a perder el puesto de trabajo debido al “efecto crisis”.
Control del absentismo
El 91% de las empresas controla las ausencias por licencias y permisos exigiendo la presentación de justificantes médicos o de otro tipo. Solo el 2% de ellas dispone de paquetes de horas anuales o sistemas de flexibilidad horaria que facilitan la conciliación de la vida laboral y personal.
Este resultado muestra, según Adecco, la necesidad de racionalizar los horarios laborales y mejorar los sistemas y prácticas de flexibilidad horaria y de calendario laboral que faciliten la conciliación de vida laboral y personal.