Nike y Skims, la marca de moda impulsada por la influencer Kim Kardashian, han establecido una alianza y lanzarán próximamente NikeSkims, una nueva firma ciyos productos unificarán deporte y vida cotidiana. Y una de las formas en las que la empresaria dio a conocer la colaboración fue publicando la imagen de una acreditación corporativa que la presentaba como la empleada número 1 de la organización.
Kim Kardashian no es la única que ha lucido con orgullo y de esa forma su relación con una gran empresa. Entre otros, también se ha visto a los cantantes Pharrel Williams y Tyler The Creator compartir sus respectivas acreditaciones de Louis Vuitton en redes sociales. El primero fue nombrado Men’s Creative Director de la marca en febrero de 2023, y el segundo creó el año pasado una colección cápsula para la firma de lujo.
Ray-Ban ha nombrado Director Creativo al rapero A$AP Rocky
Y el exjugador de baloncesto Shaquille O'Neal también ha compartido su acreditación en el marco de su vinculo con Reebok, que en 2023 le nombró Presidente de su división de baloncesto. Uno de los ejemplos más recientes es el nombramiento del rapero A$AP Rocky como Director Creativo de Ray-Ban.
Y es que ese tipo de documento acreditativo han ganado presencia, no sólo como fórmula para comunicar la colaboración, sino para transmitir que los acuerdos van más allá del mero empleo de la celebridad como imagen de marca. Se trata, como reflejan los ejemplos citados, de asociaciones basadas en la creación y en que la figura famosa realmente asume un rol activo en la iniciativa propuesta.
“Monogramas dibujados a mano, suelas onduladas, perros, colores pastel… Quería mezclar mi estilo y los códigos de Louis Vuitton juntos de una manera que se sintiera ligeramente caprichosa pero que pudiera ser usada”, comentó el año pasado el rapero Tyler The Creator al compartir la colección. “Qué experiencia estar en esa oficina, la imaginación corriendo salvaje. Estoy feliz de finalmente compartir esta colección con vosotros. Todavía no me lo puedo creer”.
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Por su parte, Reebok otorgó el puesto de Presidente de Reebok Basketball -de nueva creación- a O'Neal, ampliando una relación con el jugador que se extendía desde 1992 y como parte de su estrategia a largo plazo para revitalizar la presencia de la marca en el deporte de equipo y, concretamente, en el baloncesto de alto rendimiento.
Tal y como señaló en su momento, la responsabilidad de O'Neal en el cargo es liderar la estrategia de la marca en baloncesto y cultivar alianzas con atletas y organizaciones para fortalecer la posición de Reebok.
Aunque la vinculación de las marcas con celebridades puede suponer en algunos casos un mero ejercicio de comunicación, en otros refleja la forma en que las empresas ya no se conforman con que influencers o creadores asuman el papel de embajadores, sino que se integran en la propia organización. Y se trata de una estrategia que plantea ventajas para ambas partes.
Una relación de ida y vuelta
Por un lado, la marca se puede beneficiar de la influencia y la visibilidad de la celebridad, así como de su trayectoria y experiencia en su respectivo cambio, su visión creativa y su credibilidad. Esto favorecerá la legitimidad de la compañía a la hora de adentrarse en nuevos territorios, desarrollar nuevos productos o acercarse a nuevos públicos.
O reforzará valores de la marca, según apuntó Louis Vuitton con el nombramiento de Pharrel Williams. En su momento la marca apuntó que la forma del artista de “romper barreras en los diversos mundos que explora se alinea con el estatus de Louis Vuitton como Maison Cultural, reforzando sus valores de innovación, espíritu pionero y espíritu emprendedor”.
La más reciente expresión de la colaboración entre Pharrel y Louis Vuitton se pudo ver en enero en París con la presentación de la colección otoño-invierno 2025 para hombre.
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Por su parte, los influencers y celebridades pueden humanizar sus figuras mediante colaboraciones con las marcas. Sin ir más lejos, la expresión de las alianzas a través de las citadas acreditaciones refleja cómo, a pesar de su estatus de glamour y exclusividad, también pueden asociarse a la experiencia de un empleado promedio que debe tener una credencial para acceder a las oficinas.
El documento simboliza que la celebridad para a ser parte del colectivo de la organización y evoca la asunción de ciertas responsabilidades de horarios. Con ello se rompe la percepción de inaccesibilidad propia de las personas famosas, y se traslada cierta imagen de autenticidad y cercanía con el público.
La acreditación, tanto real como en ejercicio comunicativo, es la muestra de cómo las celebridades se han convertido en agentes estratégicos para muchas marcas, especialmente las de la industria de la moda, y cómo la relación también se está percibiendo a la inversa: las marcas han pasado de pagar a los famosos para que luzcan sus prendas, a ofrecerles un puesto y a co-crear con ellos.
Es también la expresión máxima de la influencia, ya que la visión de la celebridad no determina sólo el producto, sino también la estrategia de negocio de la compañía.